En el juicio por el femicidio de la maestra jardinera Sandra Palomo declaró ayer la licenciada en Servicio Social del Poder Judicial, Mónica Descals, quien realizó informes sobre L.C., el adolescente de 15 años que para la Fiscalía es el único autor de este asesinato. El dato que sobresalió de su declaración fue la expresión que había referido este chico a una secretaria del colegio al que asistía, “en dos semanas me van a ver llegar en una camioneta”.

La referencia a la camioneta se enmarca en la hipótesis de la Fiscalía respecto a que L.C., sobreseído por ser inimputable debido a la edad que tenía al momento del crimen, asesinó a la mujer para robar el vehículo, aunque en las audiencias quedó evidenciado que solo lo condujo por unas horas y lo dejó en inmediaciones del domicilio de la víctima en Tres Cerritos, barrio donde también vivía él. Esa hipótesis también se contradice con una pericia integral oficial en la que dos criminalistas del mismo Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), y un policía de la División Homicidios señalaron que no hubo planificación del crimen y que tampoco pudieron determinar el móvil.

¿Puede un adolescente haber asesinado a una mujer con múltiples heridas de arma blanca solo para conducir una camioneta?, es el interrogante que tiene no solo la familia de la víctima, sino que surge en el marco de las audiencias del juicio hasta el momento. 

Respecto al informe vecinal de L.C, la perita dijo que lxs vecinxs relataron que estaban impactadxs por el femicidio y solicitaban que el chico no regresara a vivir en ese lugar. También contó que le hicieron referencia a "un vínculo no del todo cordial" entre la madre y el adolescente, ya que escucharon insultos. "Había una relación de violencia verbal entre él y su madre", señaló.

Otro dato relevado por la perita fue el hecho de que el progenitor de L.C. está preso porque mató a su cuñado. Por ello, el adolescente tuvo como referencia solo a sus abuelxs y tíos maternos. "El padre está detenido, nunca tuvieron vínculo. El menor durante la entrevista tuvo un rechazo absoluto. Dijo puntualmente 'mi padre es una mierda' y no quiso hablar del padre", detalló.

Descals también dijo que para las autoridades del colegio, L.C. era un líder negativo. "Pagaba el desayuno para todos y luego no tenía para el colectivo", mencionó. También le dijeron que a veces mentía, por ejemplo, dijo que sus padres eran abogados. 

Descals también hizo informes sociales respecto a los imputados H.C. y D.C. Dijo que todos tienen en común la ausencia de sus progenitores, los dos primeros vivían en familias monomarentales, mientras que el último tenía una familia ensamblada.

Entre otros datos que aportó la perita, señaló que L.C. tenía amistad con H.C. desde hacía 6 meses y con D.C., de dos meses, a la fecha del femicidio. Indicó que se habrían conocido por otro joven o adolescente en común, de apellido “Correa”.

Descals señaló que H.C. y D.C. integraban el grupo La Banda, de 43 personas que compartían salidas nocturnas a fiestas. Indicó que no se comprobó que H.C. consumiera estupefacientes.

También la perita dijo que H. C. y D. C. consumían marihuana y bebidas alcohólicas. Dijo que hacían uso, pero no presentaban consumo problemático o adicciones.

En cuanto a H.C., la perita dijo que tenía una familia monoparental y un hermano más chico. La madre "fue quien ejerció ambos roles, una mujer que siempre trabajó para ganarse el sustento. Descuidó el control y autoridad del joven", señaló.  

D.C. también tuvo un progenitor ausente desde los 5 años, cuando se separó de su madre. Sin embargo, luego la madre constituyó con otra pareja una familia ensamblada. El padrastro, un expolicía, quien ya declaró en audiencia, siempre nombró a D.C. como su hijo. La perita dijo que este hombre fue "el referente masculino dentro de ese hogar".

La perita señaló que D.C. acudía a un establecimiento educativo en horario vespertino, era repitente, aunque tenía buen concepto. "No se advertían situaciones de violencia, sí tenía dificultades en el rendimiento", señaló. "D.C. se adapta a la normativa hogareña, tiene más disciplina y orden respecto de los otros imputados, cumple con la escolaridad", indicó.

Además dijo que este adolescente tenía novia y con ella se incluían mutuamente en los grupos familiares. En cuanto a sus vínculos con los otros imputados, la perita señaló que era amigo desde hace 3 años de Ian Caro y Bonifacio. 

La querella representada por Javier Latorre y Gabriela Arellano, volvió a pedir que declare el perito de parte Carlos Párraga, lo que les fue denegado por la presidenta del Tribunal de Juicio, Norma Vera.

Latorre también solicitó que declare el perito informático de parte Emilio Rosales, quien realizó un informe en los primeros meses de investigación y en este caso la jueza  hizo lugar a este pedido.

La Fiscalía viene oponiéndose a los pedidos de la querella respecto a que se llame a declarar a testigos que pueden aportar datos que difieren de su acusación oficial. Hay una disconformidad evidente de la familia de la víctima con la investigación fiscal. Respecto a Rosales, la fiscala Mónica Poma dijo que "se trata de una situación conocida por la querella", y que no fue ofrecido en el plazo que correspondía. 

En este proceso se juzga a Ian Esteban Caro, Ricardo Nahuel Bonifacio, D.R.C. y H. E.C. (menores al momento del hecho) como partícipes secundarios del femicidio triplemente agravado. La querella considera a los cuatro jóvenes coautores.

El juicio se realiza con tribunal colegiado, presidido por Vera e integrado por los vocales Roberto Lezcano y Maximiliano Troyano.