El Mapa Nacional de la Discriminación proyecta para Catamarca un Spaghetti Western. Los tres motivos principales de discriminación en Catamarca son en primer lugar “ser feo”, según la belleza hegemónica; en segundo lugar ser pobre, y en tercer lugar, para ser aceptado en la sociedad catamarqueña debes ser una persona delgada, la gordura no está bien vista.
Así lo reveló un estudio de alcance nacional que realiza periódicamente el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), que busca sistematizar la información acerca de los procesos y las formas que adquieren las prácticas discriminatorias en nuestro país.
Los datos obtenidos en el informe, afirman que la provincia de Catamarca discrimina en primer lugar por cuestiones estéticas, que son aquellas experiencias de discriminación relativas a la existencia de un modelo de “belleza hegemónica”: aquellas situaciones de discriminación relativas al señalamiento social de la distancia entre las personas y ese modelo, es decir, al señalamiento de todos aquellos rasgos o caracteres físicos que son considerados como fuera de la norma.
En segundo lugar, las personas catamarqueñas discriminan por el color de piel, por la ideología y por géner, y en tercer lugar las personas gordas.
Un dato a nivel nacional es que el ámbito donde mayormente se produce la discriminación sigue siendo en el ámbito educativo.
El relevamiento fue elaborado junto con 23 universidades nacionales que desde sus equipos de trabajo aportaron sus capacidades y experiencia para garantizar el desarrollo de la investigación en las diferentes provincias o regiones, y el trabajo de consolidación estadística realizado por la Universidad Nacional del Litoral.
Desde el INADI señalaron que el Mapa Nacional de la Discriminación es un aporte a la comprensión de las experiencias, las percepciones y las representaciones sobre la discriminación, y a la elaboración de criterios e indicadores útiles para el diseño de políticas antidiscriminatorias cada vez más inclusiva.
Otro dato importante que aportó el informe es que mientras que en 2013 solo un 12% de la población consideraba a la discriminación como vulneración de derechos, en el 2019 un 36% indicó esta respuesta.
Según el estudio, la interpretación de la discriminación como vulneración de derechos permite dar cuenta de cómo la sociedad ha desnaturalizado ciertas prácticas. La discriminación es identificada por el 72 % de la población, lo que implica que hay un 28 % de las personas que aún mantiene naturalizadas tales situaciones de vulneración de derechos que ocurren día a día en la sociedad.