Las mujeres ganan en promedio 24 por ciento menos que los varones, dedican más horas a tareas de cuidado, lo cual limita sus posibilidades de insertarse en el mundo del trabajo, y muestran mayor tasa de informalidad laboral, con un 36 por ciento, contra el 31 de los hombres. Así surge del último informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM). que advierte sobre las dificultades y las desigualdades que sufren las mujeres.
Otro dato que refleja esa realidad es que la tasa de actividad de las mujeres es significativamente más baja que la de los varones: 40 contra 54 por ciento. Esto quiere decir que solo 4 de cada 10 mujeres forman parte de la fuerza laboral, mientras que dentro de los varones participan más de la mitad. Al abordar la problemática de la desocupación, en línea con la tendencia histórica, las mujeres alcanzan un 9 por ciento frente al 7,7 en los varones. Hay más de 850 mil mujeres que buscan trabajo y no lo obtienen.
El informe del CEM señala que los varones ocupados trabajan en promedio 41 horas por semana, en tanto que las mujeres ocupadas lo hacen 33 horas. Es decir que las trabajadoras se incorporan en mayor medida que los varones en trabajos de tiempo parcial. Esto muestra que la mayor participación de las mujeres en tareas domésticas y de cuidado no remunerado también opera en la intensidad de la participación femenina en el mercado laboral.
Noelia Méndez Santolaria, economista especialista en temas de género de Paridad en la Macro, explicó la importancia de descentralizar las tareas de cuidado para lograr la autonomía de las mujeres. "Las mujeres al cargar con mayor peso en los cuidados, dedicarle más tiempo y participar más de ella ven restringida su posibilidad de participar en el mercado de trabajo remunerado. El salario es un factor importantísimo para la autonomía de las personas, las mujeres pierden autonomía con respecto a sus pares varones al tener menos posibilidades de dedicarle tiempo al trabajo remunerado. La última encuesta nacional de uso del tiempo dice que 9 de cada 10 mujeres participan en trabajo no remunerado y le dedican el doble de tiempo que sus pares varones".
“La mayor presencia de las mujeres en las tareas domésticas no remuneradas opera como límite para una mayor participación en el mercado laboral”, remarca el informe. Es que a partir de los datos se evidencia que el reparto desigual de tareas de cuidado es el centro de la desigualdad de género porque impacta en su inserción en el mercado laboral, en la posibilidad de desarrollar proyectos personales y el uso del tiempo libre y de ocio. Al tener que responsabilizarse por las tareas domésticas se ven imposibilitadas para formarse fuera del horario laboral para progresar en su carrera profesional, con puestos de mayor jerarquía y mejores salarios.
Sin ir más lejos, en el marco de un encuentro de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), referentes de la construcción pidieron incrementar la participación de mujeres en el sector, al dar cuenta de la escasa participación de la mujer en esta actividad debido a barreras que frenan su inserción. En el encuentro se propusieron diferentes ejes de trabajo para corregir esta desigualdad y aumentar su empleabilidad.
Esto influyó, a su vez, en la recuperación del mercado de trabajo luego de los momentos más agudos de la pandemia. Donde también hubo una inserción desigual, siendo más lenta para las mujeres, quienes recién en el tercer trimestre de 2021 alcanzaron y superaron los niveles de ocupación de la pre-pandemia, en tanto que la recuperación de los varones se dio de forma más rápida, muestra el informe del CEM.