Después de la masacre de Uvalde, en Texas, un nuevo tiroteo se registró ayer en Estados Unidos, esta vez en una fábrica de maquinarias en Maryland, donde se produjeron tres muertes, según confirmó el gobernador de ese estado, Larry Hogan.
El lugar del tiroteo fue la fábrica Columbia Machines, de la localidad de Smithsburg.
"El 9 de junio de 2022, aproximadamente a las 2:30 p. m. (hora local), agentes de la oficina del alguacil respondieron en referencia a un tiroteo. En este momento, la Oficina del Sheriff puede confirmar que hay múltiples víctimas y que el sospechoso ya no representa una amenaza para la comunidad. Publicaremos información a medida que podamos", remarcaron inicialmente las autoridades locales.
El demócrata David Trone, representante de Maryland, escribió en Twitter que su oficina estaba en contacto con las autoridades del área y monitoreaba activamente el tiroteo en Smithsburg, una localidad de casi 3000 personas, ubicada a 120 kilómetros al noroeste de Baltimore, en el límite de los estados de Maryland y Pensilvania.
“La Policía Estatal respondió, persiguió al sospechoso, el sospechoso disparó y éste le disparó al policía estatal en el hombro, quien luego devolvió el disparo”, dijo Hogan en una conferencia de prensa.
Las nuevas muertes suceden a la tragedia de la escuela de Uvalde y la renovada polémica por el uso de armas en ese país. El miércoles, la Cámara de Representantes de Estados Unidos dio media sanción a una ley que endurece levemente los controles para acceder a las armas, aunque es poco probable que el Senado la apruebe.
La legislación, aprobada por 223 votos a favor y 204 en contra se votó para dar respuesta al alto número de asesinatos con armas de fuego, sobre todo tras los recientes tiroteos masivos ocurridos en Nueva York y Texas, que dejaron una treintena de muertos.
La iniciativa reúne otros ocho proyectos de control de armas, como el aumento de la edad a 21 años para comprar ciertos rifles, la limitación del tamaño de los cargadores y la codificación de las normas de control de armas existentes.
"El hecho de que nuestros hijos no puedan ir a la escuela sin temor o preocupación por su seguridad es un ataque a la cultura de nuestro país", afirmó la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La líder demócrata hizo hincapié en que "por los niños debemos detener esta violencia con armas en nuestro país y devolverles la confianza en su seguridad dondequiera que estén".
Pero los líderes republicanos de la Cámara de Representantes instaron a sus miembros a votar en contra de la medida, argumentando que se trata de un "paquete reaccionario" compuesto por propuestas que violan los derechos de la segunda enmienda de los estadounidenses y obstaculizan su capacidad para protegerse.
A pesar de la oposición de los republicanos, la legislación fue aprobada en la Cámara de Representantes, aunque es poco probable que obtenga la misma suerte en el Senado, que está dividido al 50 por ciento y en el que se necesitan 60 votos para que los proyectos de ley avancen.
En este sentido, el senador Chris Murphy, demócrata de Connecticut, que es uno de los principales negociadores, subrayó que el proyecto de ley de la Cámara de Representantes presionará al Senado para "hacer lo correcto". Asimismo, Pelosi recalcó a sus colegas demócratas que el paquete "urgente" incluye disposiciones que "salvarán vidas y darán esperanza".
También pidió a todos los demócratas que durante las dos horas de debate que preceden a la votación se queden en la Cámara, en una muestra de apoyo a los sobrevivientes de la violencia con armas de fuego y a los que fueron asesinados.
El proyecto de ley contempla medidas como aumentar la edad de compra de rifles semiautomáticos de 18 a 21 años así como prohibir la importación, venta, fabricación, transferencia y posesión de dispositivos de alimentación de municiones de gran capacidad. Además, prevé convertir el tráfico de armas de fuego en un delito federal distinto, "brindando a los fiscales las herramientas que necesitan para acusar a las personas responsables del flujo de armas de fuego a manos de los delincuentes".
Cada vez que un tirador abre fuego entre multitudes se reaviva el debate sobre el control de armas y llegan nuevos proyectos de control al Capitolio sin que se introduzcan verdaderas reformas, en buena parte debido a la influencia del poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle.