La Ciudad de Buenos Aires recupera un refugio para la música independiente: Café Vinilo. Después del cierre de la emblemática sala que funcionó durante doce años en la calle Gorriti, en Palermo, el club de música se reinventa y se traslada a una nueva casa en el barrio de San Cristóbal. "Durante la pandemia sostuvimos el local de Gorriti lo más que pudimos, pero llegó un momento en el que se tornó imposible, porque no había certezas de fechas de reactivación", introduce Teresa Rodríguez, productora de Café Vinilo y una de las impulsoras del espacio. "Entonces, decidimos cerrar esa sede, pero con Eduardo Misch -el otro productor- teníamos ganas de seguir, porque tener una sala es algo que nos gusta mucho", explica Rodríguez sobre el espacio ubicado ahora en Estados Unidos 2483.
La reapertura sucedió el primer fin de semana de junio, con la actuación de la compositora, cantante y pianista riojana Ana Robles y retoma este sábado a las 21 con la presentación del dúo integrado por el pianista y compositor Sebastián Macchi y el guitarrista Matías Arriazu. El nuevo espacio cuenta con una capacidad para 40 personas, y promete la intimidad y la serenidad de siempre. “Un día apareció esta casona de 1913 y la verdad es que nos encantó porque tiene el espíritu del otro Vinilo: tiene un patio interno y una calidez que se mantiene”, se entusiasma Rodríguez. “Entonces, empezamos a renovar el espacio, porque era una casa chorizo. Y después de un par de meses de obra, volvimos a abrir la sala. Y el piano de Gorriti, que es el corazón de Vinilo, está en esta nueva sede”.
Además de la programación de conciertos, la nueva etapa de Café Vinilo incluirá obras teatrales, exposiciones, performance, instalaciones, talleres, ensayos y presentaciones artísticas dedicadas a la producción, gestación y experimentación de las artes. “Estamos tratando de darle más lugar a los talleres y a las clínicas, para empezar a abrir un perfil educativo”, adelanta. “La idea es mantener la línea estética de la sala anterior, cuidando la música y la escucha”, explica la productora.
Durante el resto de junio se presentarán Guillo Espel Cuarteto (viernes 17); Abi González y Violeta Videla (sábado 18); Paula Suárez y Mercedes Lescano (viernes 24); Horacio Cacoliris y Matías Tozzola (sábado 25). Y el jueves 23 tendrá lugar un workshop de André Mehmari, “Ritmos en la música popular brasileña, análisis y abordaje de arreglos”. Además, se llevarán a cabo talleres de narración oral a cargo de Juan Tapia y José Luis Gallego, entre otras actividades.
“El deseo más fuerte era tener la sala”, resalta Rodríguez en relación al actual contexto incierto a nivel económico y sanitario. “Pospandemia cambiaron un montón de cosas, como el concepto de boletería o cómo paga la gente. Pero en el momento del concierto sigue pasando la misma maravilla: sentarte a escuchar. Eso sigue estando y es lo que nos impulsa a seguir. Y también tener una capacidad más chica creo que nos va a dar más posibilidades para sostener el espacio”, entiende.
En octubre, Café Vinilo será sede del Festival de Música Independiente, donde se incluirán otros clubes de música como Pista Urbana, Circe y Virasoro. “Vamos a hacer una actividad para congregar a los espacios que forman parte de la Cámara de Clubes de Música en Vivo (Clumvi) y para festejar que seguimos funcionando. Y también celebrar la potencia de lo colectivo”, concluye.