Los caminos de cada uno los llevaron a encontrarse, a compartir escenarios. Así es como Pablo Juárez y Juan Iñaki delinearon Navíos, un espectáculo donde “canciones como barcos unen territorios”. El próximo puerto será el del Complejo Cultural Atlas (Mitre 645), el jueves a las 21. “Con Juan nos conocemos hace muchos años, y por intermedio de amigos empezamos a cruzarnos. En Córdoba presenté un disco y él fue invitado a cantar. El año pasado él estuvo en Rosario, y me convocó para hacer algunos temas. Entre ensayos y charlas, nos gustó lo que hicimos y surgió la idea de hacer un proyecto. Él tenía también la necesidad de hacer algo más chico y se entusiasmó conmigo”, explica el pianista a Rosario/12.

La reunión germinó en presentaciones que tuvieron a Córdoba como primera elección, ahora toca Rosario. Como Pablo Juárez comenta, “ya tuvimos una gira en Córdoba, de cuatro funciones, sigue Rosario y está previsto ir a Buenos Aires y un par de lugares más, de acá a fin de año, hasta concretar la grabación del disco. Somos dos artistas que se juntan a hacer canciones nuestras e iberoamericanas, de compositores quizás no tan incursionados, a través de canciones que tal vez no están tan en la oreja de la gente”, continúa.

-¿Cómo decidieron el repertorio?

-Fue una ardua tarea (risas). Como todo lo que tocamos tiene que ver con nosotros mismos, quisimos un repertorio que nos guste y nos conmueva. Pero no podemos meter todo lo que nos gusta en un concierto de una hora, ¡hay tanta música! Decidimos hacer una selección de músicos y compositores iberoamericanos, combinado con composiciones nuestras, nuevas, que no están grabadas, y alguna que otra antigua, de otro disco. La elección de los compositores tiene que ver con esto, con algo que nos conmueva. Por ejemplo, así como yo le propuse a Juan una canción que me encanta y quiero tocar, de Antonio Lizana, un saxofonista español que tiene unas canciones tremendas; él me propuso un tema de Chico Buarque; y luego yo sumé otro de Bola de Nieve. Así fue surgiendo el repertorio.

-Dada tu trayectoria, ¿qué es lo que encontrás con Iñaki, de manera distintiva?

-Entre un montón de cosas, la versatilidad que tiene a nivel escénico, pero sobre todo ese compromiso, esa mirada desde adentro hacia afuera. En este sentido, los dos siempre buscamos conmovernos con lo que hacemos, y parados desde un mismo territorio, que es Sudamérica. El show agrega la lectura de algunos poemas, también hay intervenciones con loops y tocamos arriba de eso; hay mucho juego. Yo uso piano y sonidos sintetizados, también efectos de otras cosas. En esto de jugar libremente, él me aporta y yo también a él, porque somos inquietos. Si bien estamos muy definidos en la búsqueda, somos inquietos a la hora de jugar, y creo que todo eso es lo interesante. Quizás él viene de una raíz más folklórica, estuvo en Cosquín y es un gran cantante, muy conocido desde ese lugar y abierto a otros repertorios y búsquedas. Y yo vengo más del lado del jazz. Esta conjunción, este encuentro, hace más explosiva la cosa, porque los dos estamos en una búsqueda de soltarnos y de volar con la música.

Juan Iñaki es cantante, de una gran versatilidad. 

En este diálogo abierto entre músicas variadas, de procedencias y épocas diferentes, lo que se delinea es un mapa en movimiento; como destaca el músico: “en cada país hay un referente, y esto dice sobre la ebullición constante en la que están Latinoamérica e Iberoamérica. Justamente, el espectáculo se denomina ‘Navíos’ porque tiene que ver con la experiencia del navegante, con pasar por diferentes puertos y lugares, recogiendo tradiciones, canciones, miradas. Es tan amplio todo este territorio, está tan lleno de matices, cultura, poesía, escritores; es impresionante. Es inagotable la fuente de producción cultural que tenemos y eso nos conmueve, porque se puede navegar infinitamente por esos lugares”.

-De acuerdo con las presentaciones que realizaron, ¿cómo fue la respuesta por parte del público?

-Fue muy bien recibido, los conciertos que hicimos estuvieron apuntados a poner el repertorio en marcha, y la gente reaccionó muy bien. Creo que el espectáculo funciona como un navío porque, así como al salir con un barco hay movimiento, hay sol y tormenta, lo que hacemos es igual de variado. Se pasa de la música a la poesía y es un repertorio muy llevable, lindo de tocar y de oír. Ahora seguramente tocaremos algunos temas nuevos y cambiaremos algunas cosas, siempre estamos abiertos, también porque uno va procesando un montón de cuestiones. No es lo mismo tocar hoy lo de hace dos meses porque la vida está en movimiento y las emociones también, se mezcla todo. Nos permitimos cambiar algunas canciones. En este concierto habrá invitados (los bailarines Renzo Cremona y Alejandra Bustos), que danzarán algunas músicas, y la apertura estará a cargo de Mango Sudaca, un grupo de música latinoamericana.

-De alguna manera, cada presentación es un paso más respecto del disco y la decisión final sobre las canciones.

-Creo que ninguno de los dos lo piensa pero intuitivamente sabemos que es así, más que nada porque los dos venimos con muchos discos grabados, conciertos y giras, y cada uno se va poniendo cada vez más comprometido con lo que se quiere hacer. Tal vez, esta serie de conciertos sea algo simbólico, sean puertos, y la concreción del disco será la largada de otra cosa. Lo cierto es que ya estamos en el escenario y ya están sucediendo las cosas, sin saber qué quedará y qué será lo nuevo. Es una búsqueda, es un viaje, constante.