Una carta circula por la ciudad para ser firmada por quienes adhieran. "Desde la comunidad de barrio Ludueña venimos asistiendo sistemáticamente a la muerte de niñxs, adolescentes y adultxs que quedan presos de los tiroteos o son blanco de balaceras por disputas territoriales de nuevas bandas delictivas. El intenso crecimiento del narcomenudeo en nuestra ciudad y los silencios desde ciertos sectores de poder han profundizado excesivamente esta situación", dice el texto que se puede firmar online. "Miradas inertes, un silencio abrumador y el encuentro en abrazos infinitos caracterizan el clima que vivenciamos estos días en nuestro barrio Ludueña. Ocurre que sucedió nuevamente, como una secuencia siniestra que se repite antes de lograr recuperarnos del hecho anterior. El pasado 29 de Mayo asistimos con dolor a la muerte inesperada de Huguito, y al tiroteo contra Alan, otro adolescente que se encuentra gravemente herido. Fueron dos víctimas esta vez; podrían haber sido más. Como ocurrió en otras oportunidades, la zona se colma de fuerzas de seguridad, medios de comunicación y políticos realizando un despliegue superficial y momentáneo, pero al cabo de días vuelve a suceder como una reproducción cíclica a la cual los sectores más postergados estuviéramos destinados", agregan.

Lo que ocurre en Ludueña no es episódico. "La muerte sucesiva de personas, cual campo de batalla, no puede ser naturalizada. Nos negamos a que sea naturalizada. La sensación es esa: asistimos al desencadenamiento de sucesos que hubieran podido ser prevenidos. El debate desde hace unos años en Ludueña es el derecho a la vida; ¿cuándo nos tocará? ¿Cómo protegemos a lxs chiquxs dentro de la escuela? ¿Y a los que no pueden salir de sus casas por amenazas o por miedo? Es un barrio tomado, pero donde permanentemente cada integrante, cada familia sigue resistiendo día a día, construyendo estrategias colectivas que les permitan concretar sus deseos, sueños y otros proyectos de vida", sigue el texto.

La carta de la comunidad es contundente. "El asesinato tiene una acción, una estrategia y se dirime en términos políticos porque el sufrimiento de nuestro barrio tiene responsables".

Por eso, exigen respuesta. "Desde la comunidad de Ludueña venimos a requerir a las autoridades se hagan presentes en el barrio como actorxs politicxs, y presenten un plan de acción que incluya condiciones dignas de vida. El barrio es víctima tanto de la violencia generada por los tiroteos, como también de la violencia provocada por el olvido de políticas públicas básicas las cuales se padecen desde hace tiempo. Han sido innumerables los reclamos realizados por la falta de luz y alumbrado público, el estado de las calles, la carencia de líneas de transporte público que ingresen a Ludueña (sólo lo hacen dos líneas y tienen demoras de más de sesenta minutos), el vaciamiento en ofertas culturales y el poco acompañamiento a aquellas propuestas que aún siguen en pie. ¿Será necesario aclarar que el acceso a estos servicios es básico para garantizar cualquier medida de cuidado? ¿Debemos insistir con la importancia de sostener y fortalecer todos los espacios culturales posibles que habiliten un lugar de encuentro y un sentido de pertenencia para nuestros niñxs y jóvenes?", dice el texto. 

Con el legado de Edgardo Montaldo como bandera, plantean: " Somos conscientes que la competencia desde nuestras prácticas pedagógicas con las organizaciones de narcomenudeo resulta desventajosa y arrasadora a la vez. Es imperante una lectura territorial en conjunto con la planificación de nuevos modos de encuentro con el otrx. Por eso convocamos a la comunidad toda y al sector político para realizar un trabajo ético en pos de amparar los derechos de nuestros niñxs y jóvenes. Son infancias que están en riesgo. No bajaremos los brazos".