Dos días antes de una instancia judicial decisiva en la causa por el asesinato de Jonatan Herrera, el 4 de enero de 2015, mañana, a las 11, señalizarán como sitio contra la violencia institucional la esquina de Ayacucho y Pasaje Villar. La placa indica el lugar donde fue asesinado el joven en 2015 por integrantes de las fuerzas de seguridad. Miércoles y jueves, a partir de las 8.30, frente al Centro de Justicia Penal, la Multisectorial contra la Violencia Institucional acompañará a la familia de Jonatan en las audiencias que llevará adelante la Cámara de Apelaciones en lo penal para revisar la condena de uno de los responsables, Ramiro Rosales, como lo dispuso en 2021 la Corte Suprema de Justicia provincial. Es que había sido condenado por homicidio culposo, pero el máximo tribunal dejó sin efecto esa calificación. "Los jueces han dicho que no hubo intenciones de asesinar a mi hermano, pero le gatillaron 52 veces", planteó Julieta Riquelme. 

“Desde hace 7 años emprendimos una larga lucha, que nos costó tener que irnos de nuestro barrio después de la denuncia que hicimos. Nos han amenazado, han intentado cerrar la causa, nos han ofrecido mucho dinero”, repasó la militante de la Multisectorial contra la Violencia Institucional. 

Aunque alcanza a uno solo de los acusados por el crimen, para la familia es una instancia decisiva. Rosales fue sentenciado en juicio oral a seis años y medio de prisión por homicidio culposo, figura que la Cámara Penal confirmó por mayoría. Ese fallo fue recurrido por la querella ante el máximo tribunal santafesino que, en marzo de 2021, no convalidó la figura de homicidio culposo y ordenó que vuelva a la Cámara para emitir un nuevo fallo.

"Habiéndose individualizado a Rosales como autor de uno de los disparos mortales por recuperarse un proyectil de su arma en el cuerpo de la víctima, y alegándose que su conducta habría sido dolosa -no culposa-, estimo que las particularidades circunstancias del caso ameritan adentrarse a la consideración de la causa, a fin de agotar el análisis de los supuestos en que, como el presente, se invoca a la responsabilidad de agencias estatales", reza uno de los pasajes del fallo emitido por la Corte Suprema provincial. Ahora, la Cámara deberá dictar una nueva sentencia. 

Jonatan tenía 23 años, estaba lavando el auto en la puerta de su casa, y fue alcanzado por disparos de integrantes de la Policía de Acción Táctica (una división que ya no existe), que se bajaron de un colectivo para participar de la persecución a un joven que había robado una juguetería, y ya estaba reducido cuando mataron a Jonatan. En un juicio oral, en 2017, se condenó a tres policías por homicidio culposo, en una sentencia que Riquelme calificó de "bochornosa". 

Para Riquelme, la violencia institucional "está totalmente invisibilizada", y por eso se comprometió a "luchar para que no vuelvan a ocurrir estas cosas. No solamente para una sentencia justa y ejemplar por Jonatan, sino para poder poner en agenda estas prácticas que son de parte de la policía. Las letales, pero también otras que llevan adelante, que están totalmente invisibilizadas". La activista también consideró importante "exigirle al estado que produzca información sobre esto, porque no la produce, y obviamente que al llegar una instancia de juicio no es fácil, porque hay un montón de cosas que tenemos que atravesar y lo hacemos solos. Si no fuera por la organización y compañeres, esta lucha no hubiera sido posible". 

La señalización de mañana es organizada por el Concejo Municipal y la Secretaría de Género y DDHH de la Municipalidad de Rosario, que realizarán el acto junto a familiares, amigxs, vecinxs y organizaciones.

Como activista de la Multisectorial contra la Violencia Institucional, Julieta está empeñada en "deconstruir la figura de los pibes matables". "Justamente, hace una semana emprendimos una campaña para recorrer los barrios para hablar de lo que hace la policía, de lo que significa la violencia institucional y sobre todas esas prácticas que están totalmente invisibilizadas, pero de alguna manera habilitan que otras graves prácticas ocurran, como la muerte de mi hermano", dice la militante, quien asegura que podría "pasar horas contando la experiencia lamentable que atraviesan nuestros pibes y nuestras pibas en los barrios". 

Y es enfática. "Hay que remarcar que no sucede en todo Rosario, sucede en determinados barrios contra determinados pibes y pibas que sufren estas violencias. Es increíble, y es muy triste, y por eso queremos señalar muy fuerte que la lucha puede revertir esto. Nos encontramos en estos barrios con estos pibes y estas pibas y charlamos cuáles son las formas, qué queremos decir, para deconstruir esta figura de pibes matables, porque nos sigue costando a nosotres, siempre a un sector de la sociedad y queremos que la sociedad en su conjunto nos escuche, porque pedir más policía, más represión, implica más muerte para nosotres, y claramente creemos que la policía es parte del problema y no de la solución".