Desde Cali
Comenzó el descuento de días hacia el ballottage presidencial del 19 de junio en Colombia. Las últimas encuestas anticipan una elección apretada entre el candidato progresista Gustavo Petro, al frente del Pacto Histórico, y Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, que con perfil de outsider se presenta como ni de izquierda ni de derecha. Los números muestran un empate técnico entre ambos, una tendencia que se mantiene en la mayoría de las casas encuestadoras.
La encuesta de la empresa Invamer, por ejemplo, arrojó el viernes que Hernández tendría 48.2% de intención de voto, Petro 47.2%, 4.7% votarían en blanco, y 2.2% siguen indecisos, en un análisis con 2.19% de márgen de error. El tracking presidencial de GAD3 mostró por su parte un cuadro reñido, donde el candidato del Pacto tomó la delantera el jueves con 48.5% contra 46.7%, números que el viernes se invirtieron a favor de Hernández en 47.9% contra 47.1%. Una solo encuestadora, Yanhaas, arrojó el sábado un resultado diferente, con 45% a favor de Petro, frente a un 35% de Hernández.
Se trata de un cuadro donde la presidencia podría dirimirse por decenas o centenares de miles de votos. Esa situación, sumada al hecho de que por primera vez podría ganar un candidato progresista, le otorga al tramo final una alta tensión, atravesado por una campaña sucia recrudecida en los últimos días a través de la filtración de videos que exponen reuniones de la campaña política de Petro desde adentro.
Los “petrovideos”
Varios medios, en particular la Revista Semana, comenzaron a difundir a partir del miércoles una serie de videos de conversaciones privadas de miembros de la campaña de Petro. Las grabaciones, en su mayoría de fines del 2021, revelaron estrategias de campaña del Pacto Histórico, como, por ejemplo, cómo dividir al espacio del centro político, atacar políticamente a determinados entonces precandidatos, preocupaciones sobre cómo el gobierno estadounidense percibía al candidato progresista, o críticas de Verónica Alcocer, esposa de Petro, sobre el curso de campaña.
“Nos desnudan completamente a través de un delito” explicó Petro en una entrevista acerca de los videos que retratan con imágenes de primer plano el interior de la campaña, sus reuniones, debates, estrategias. Los materiales hasta el momento difundidos serían solamente una parte de la totalidad en manos de Semana ya que, según el candidato presidencial, existen cerca de nueve meses de grabaciones en lo que denuncian fue un caso de espionaje.
“Está desesperada la revista Semana con el ascenso en nuestras encuestas. Están publicando simplemente la evidencia que nos grabaron ilegalmente. ¿Quiénes? Los mismos que le entregaron grabaciones: el gobierno. Un Watergate que debe ser investigado por una comisión independiente”, afirmó Petro. La existencia de espionaje de alto nivel en Colombia, llamado chuzada, no es nueva: en 2020, por ejemplo, la cabeza del Ejército fue acusada de espiar a magistrados, periodistas y congresistas de oposición.
La Revista Semana, ligada al uribismo, negó que las grabaciones provengan del espionaje, sino que habrían sido entregadas por un “militante” del interior de la campaña. “Esas grabaciones no son nuestras, no existe un infiltrado”, señaló Petro al respecto, indicando que las reuniones internas de la campaña no son grabadas.
Los “petrovideos”, como fueron nombrados, impactaron en la dinámica general de la campaña. ¿Cuánto afectarán al Pacto en el marco de una contienda tan reñida? El candidato progresista, siguió en simultáneo, con su dinámica de campaña, ya lejos de los grandes mítines de primera vuelta, ahora cercano, de tú a tú en una canoa de pescadores, una mina, una asamblea con transportistas, o friendo plátano junto a una señora en una casa humilde.
Hernández en Miami
El candidato, exalcalde de Bucaramanga, anunció el jueves la suspensión de sus “apariciones públicas” hasta las elecciones, debido a que su vida estaría en riesgo. Así, luego de negarse a debatir con Petro de cara al ballottage, su estrategia fue redoblar el trabajo vía redes articulado a una escala en Miami. En la capital de La Florida realizó una rueda de prensa para denunciar que la campaña de Pacto tenía orquestado un plan para asesinarlo: “ya recibí las precauciones que están intentando matarme, y esa matada no es a plomo, será a cuchillo”, afirmó, sin presentar pruebas ni dar detalles.
En su visita por el epicentro de las derechas latinoamericanas en Estados Unidos, Hernández brindó una entrevista que dio lugar a titulares, como no tener problema en ser calificado de “Trump colombiano”, poseer más de cien millones de dólares. Allí evitó nuevamente dar precisiones sobre su programa y repitió su idea-fuerza: “cuál es la promesa mía: no robar, no mentir, no traicionar, y una modificación en el código penal y en el de procedimiento penal para poner a buen recaudo todos esos políticos que se roban a Colombia y nunca los meten a la cárcel”.
El candidato inesperado a la segunda vuelta, que sintetiza la encrucijada presidencial en “a quién le van a entregar la chequera”, dejó así las actividades públicas en Colombia a tres días del final oficial de la campaña este domingo 12. La última semana podría estar marcada por nuevos episodios de campaña sucia, en particular de otros petrovideos para buscar restarle votos al Pacto Histórico.
Se anuncia un domingo de elecciones con probables resultados apretados y consecuente incertidumbre. Ese escenario podría resultar muy complejo para un país que llega al final de una campaña presidencial marcada por un “paro armado” de paramilitares, denuncias sobre la fiabilidad del sistema electoral, derrota de los partidos tradicionales y un pedido mayoritario de cambio en la primera vuelta, y un uribismo atrincherado tras Hernández para impedir que gane un gobierno progresista en un balotaje histórico.