El gobierno de Irán denunció que la detención en Ezeiza del Boeing 747 venezolano que transportaba a 14 tripulantes venezolanos y cinco iraníes forma parte de una "operación de propaganda" contra Teherán como consecuencia de sus políticas nucleares.
"Las últimas semanas están llenas de propaganda, operaciones psicológicas, guerra de palabras para provocar un sentimiento de inseguridad (en Irán) y este caso forma parte de ello", aseguró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Said Khatibzadeh, en una conferencia de prensa.
El funcionario señaló que “hace más de un año” que la compañía Mahan Airlines vendió el avión en cuestión a Venezuela.
Asimismo, el gobierno de Irán sostuvo que este episodio se trata de un castigo de Occidente después de que esta semana decidiera desconectar 27 cámaras de vigilancia sobre sus actividades nucleares, como respuesta a una resolución aprobada el 8 de junio en la que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) denunciaba la falta de cooperación de la República Islámica.
La reacción de Teherán suscitó las condenas de Washington, Berlín, Londres y París, que instaron el jueves a Irán a "poner fin a la escalada nuclear".
El avión demorado
El Boeing llegó a Ezeiza el lunes 6 de junio, con una carga de autopartes; integraban su tripulación catorce venezolanos y cinco iraníes. Previamente, por el mal clima, había hecho una escala en Córdoba. En el aeropuerto internacional, un operativo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), Migraciones, la Aduana y la Policía Federal revisó la carga; según fuentes de la PSA no encontró nada extraño, pero los efectivos retuvieron los pasaportes de la tripulación iraní y le impusieron como condición para salir del país hacerlo en un vuelo de línea. Nadie fue detenido, pero los tripulantes quedaron alojados en un hotel de Ezeiza.
El reclamo de AMIA y DAIA
La AMIA y la DAIA advirtieron que la compañía Mahan Air fue “sancionada por los Estados Unidos por sus vínculos con actividades terroristas”; por esto, ambas organizaciones de la comunidad judía le reclamaron al Gobierno que dé “una información exhaustiva y detallada sobre las personas que viajaban en el avión y los motivos de su paso por el país”.
Las entidades señalaron que los atentados del 17 de marzo de 1992 contra la Embajada de Israel y del 18 de julio de 1994 contra la AMIA “que aún permanecen impunes, fueron planificados y ejecutados por el Hezbollah, un grupo terrorista financiado y apoyado por la República Islámica de Irán”. “Algunos de los acusados iraníes, que en la actualidad son funcionarios del gobierno de dicho país, y que tienen pedidos de captura internacional, han circulado recientemente por países que los reciben y protegen, burlando la exigencia de la Justicia local y de Interpol”, agregaron. Y concluyeron que por eso, “resulta pertinente exigir a los organismos de control a cargo que brinden, con celeridad y precisión, la información requerida y los resultados de la investigación que se está llevando a cabo, ante un hecho que despertó sospechas y confusión”.