La especulación financiera que comenzó la semana pasada con el desarme de posiciones en los bonos indexados por inflación aún no se detiene. Las acciones y los títulos argentinos volvieron a registrar fuertes pérdidas ayer, mientras los dólares financieros y el blue avanzaron en sus respectivas cotizaciones. El ministro de Economía, Martín Guzmán, escribió el domingo cerca de la medianoche en Twitter que el Gobierno no va a defaultear la deuda en pesos. De ese modo, buscó ponerle un freno a los rumores que, según afirman en el Palacio de Hacienda, son alimentados por la oposición. Además en estos días habrá medidas monetarias y financieras que, de acuerdo a la evaluación que hacen en Economía, implicará que quienes jugaron a desestabilizar perderán mucho dinero.
Los analistas esperan que el Banco Central vuelva a subir esta semana la tasa de interés con la expectativa de que la codicia le ponga freno al miedo. La decisión se efectivizaría en la reunión de directorio del próximo jueves, pero antes Economía encarará hoy una la licitación de la deuda en pesos.
El derrumbe
Los títulos públicos en dólares surgidos del último canje retrocedieron hasta un 4,1 por ciento y tocaron mínimos históricos, quedando a precio de default. Esta caída provocó que el indicador riesgo país trepara a 2118 puntos marcando un nuevo record desde la reestructuración de la deuda.
La bolsa local bajó 1,4 por ciento, siendo las mayores bajas las del Grupo Supervielle (-4,4 por ciento), Holcim (-4,3) y Cresud (-4,2 por ciento). A su vez, las acciones argentinas que cotizan en Nueva York cayeron hasta 12 por ciento. En este caso la caída fue mayor porque en Estados Unidos crece la aversión al riesgo de la mano de la suba de la tasa de interés.
La contracara de todas estas bajas fue el dólar. El blue avanzó 6 pesos y cerró a 216 pesos, su máximo desde el 9 de febrero pasado, acumulando un incremento de 8 pesos en apenas dos jornadas. En la bolsa porteña, el dólar "contado con liqui" que se opera a través del bono Global 2030 subió 10,13 pesos (+4,5 por ciento) alcanzando los 237,74 pesos, su máximo valor nominal desde enero. En apenas tres jornadas, la disparada fue de 27 pesos. Por su parte, el dólar MEP trepó 4,17 pesos (+1,9 por ciento) hasta los 227,37 pesos, luego de haber superado los 230 pesos durante la jornada.
¿Qué es lo que pasa?
Desde el Ministerio de Economía dejaron trascender que la caída de los bonos en moneda local ajustada por inflación fue consecuencia de una serie de rumores, alimentados por economistas del PRO, que indicaban que el próximo gobierno defaultearía la deuda en pesos. Eso explicaría por qué los tramos más largos de los bonos CER sufrieron las mayores caídas. El TX26, por ejemplo, cayó 11 por ciento solo el miércoles pasado y en la semana llegó a retroceder casi un 18 por ciento.
En respuesta a esos rumores, Martín Guzmán les pidió el jueves pasado a “los economistas del Gobierno anterior o de la oposición que digan qué harían con la deuda pública en pesos, que lo digan en público. No podrían hacerlo”. “Que ayuden a todos los argentinos y que digan que van a respetar y fortalecer el financiamiento en la propia moneda. A mí no me consta (que la oposición piense en ese tipo de medidas), pero ante la duda, que se manifiesten”, dijo en declaraciones a Radio Nacional. Por último, desafió: “A algunos les puede convenir que haya esas dudas, por eso tiene que haber claridad. Varios testean a ver cómo se reacciona y nosotros también, a ver cuánto están dispuestos a perder algunos”.
Una vez desatada la escalada fue el propio Guzmán el que tuvo que salir este domingo a negar que vaya a ser este gobierno el que vaya a declarar el default de esos bonos. “En cuanto a la barbaridad de defaultear deuda en pesos: nuestro Gobierno jamás haría eso. El crédito en la moneda propia es un pilar de todo Estado soberano”, aseguró. Está claro que el gobierno no va a defaultear la deuda en pesos, como hizo el macrismo en sus últimos meses de gobierno.
Más allá de los rumores y las especulaciones, típicos de momentos de incertidumbre, no hay una sola causa que explique los actuales movimientos en el mercado. Algunas fuentes oficiales también le apuntan a Guzmán porque los bonos CER tenían tasa negativa ya que en Economía creyeron que el ajuste por inflación era suficiente incentivo para suscribirlos y los colocaban por arriba de la par, lo que le terminaba garantizando a los inversores una rentabilidad un poco menor a la inflación. Eso hizo que nunca fueran bonos atractivos en el mercado secundario. Por eso no hubo demanda cuando algunos comenzaron a vender y la cotización se desplomó. Ahora el Banco Central salió a sostenerlos.
Otro factor que sin duda colabora con la corrida es el mal clima internacional. Estados Unidos no le encuentra la vuelta a la inflación y la Fed comenzó a transitar el camino de la suba de las tasas, lo que hace que los inversores se alejen de activos más riesgosos en los mercados emergentes y apuesten por bonos del tesoro de Estados Unidos.