Vemos a Lila en escena y también en el back, hablando frente a un espejo mientras recuerda la vida que tiene, la que supo tener y la que quisiera. Lila es una cantante de esos clásicos melosos donde el amor y su falta lo pueblan todo, y se muestra transparente ante el público que está solo a unos pasos de su presentación. Entrecerrando los ojos todo esto podría ser una película de Almodóvar, donde la estética del drama se mezcla con el culto al pop y siempre guarda una pulsión vital: “Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”, dice Lila citando al personaje de Agrado en Todo sobre mi madre. Y ella decide soñar. Y lo comparte.
El unipersonal Lila está escrito y actuado por Ulises Puiggrós, quien encarna la vida de una cantante que a través del arte hace resiliencia frente a las violencias que atacan su identidad. La obra está centrada en el momento en que, tras 20 años de exilio en España, Lila regresa a Buenos Aires para presentar su show. Entre las interpretaciones que hace de clásicos como “Resistiré” y “Qué ganas de no verte nunca más”, Lila va y viene de su camarín, donde habla de su intimidad y hace un pasaje por las vivencias propias, que son también las de muchas mujeres trans de su época.
“En el proceso creativo tuvo mucho que ver Romina Escobar, con quien tengo una linda amistad. Hace varios años la conocí e hicimos un par de obras, una de ellas se llamó Miranda, donde Romina era la protagonista y se basaba en la vida de una chica que volvía a su pueblo”, dice Ulises. “Para escribir Miranda entrevisté a muchas personas trans y en Lila de alguna manera están condensadas esas historias”.
–Cuánto te influyeron las películas de Almodóvar al momento de componer Lila?
–Es parte de mi mundo, soy fanático de Almodóvar y es una gran inspiración a nivel imagen y dramaturgia, me gusta mucho cómo escribe así que se puede encontrar una influencia en mi trabajo. Al momento de elegir las canciones tuvo que ver con mi época, porque Lila tiene la misma edad que tengo yo, 50, y buscaba que hubiera conexiones con la historia que va a relatando.
¿Pensaste en algún público en particular?
–Mi objetivo principal fue que empatice con la gente, me gustaría llegar a ese público que no conoce la realidad de las personas trans o que por ahí conoce lo que la mala prensa se ocupó en difundir. Por eso además de las funciones en Buenos Aires voy a estar de gira por varias provincias. Ya estuve en San Juan y voy a llevarla a Córdoba, Tucumán, Mendoza, Santa Fe, Salta, Jujuy y estoy arreglando con otras.
La obra logra un equilibrio entre lo terrible y la esperanza, ¿cuál pensás que es la clave?
–Me parece que encontrándole un poco de humor a la realidad de lo que le pasó a Lila y poniendo las canciones se hace más ameno, el mensaje no te lo tiro de golpe, sino que de a poquito se va a simpatizando.
¿Qué suma el lenguaje teatral al universo que contás?
–Tanto el teatro, como el cine o cualquier otra expresión artística tienen la función de ponerte como un espejo que te muestra algo que a lo mejor vos tenés delante, pero que no te detenés a verlo o no lo harías. Entonces me parece que tenemos que ser inteligentes al momento de contar las cosas, encontrarle el timing y la forma. Porque si vamos con agresión o queriendo imponer algo seguramente el espectador no lo va a tomar bien, se va a bloquear y no vas a llegarle con las historias y realidades que deseás visibilizar.
Lila se presentará los viernes 17 y 24 de junio a las 20.15 en Castor y Polux, Tacuarí 955. También puede verse online desde la plataforma Teatrix.