La Justicia porteña ordenó a Metrovías S.A. indemnizar con 150.000 pesos a una usuaria del servicio por los daños que sufrió al caer por las escaleras de la estación Leandro N. Alem de la línea B. En el fallo, el juez eximió al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) de la responsabilidad en el incidente porque, señaló, "no puede alegarse que omitió controlar y fiscalizar con cierta periodicidad el estado de las instalaciones concesionadas",a través de la empresa Subterráneos de Buenos Aires S.E. (SBASE). La sentencia ya quedó firme y está en etapa de ejecución.
El titular del Juzgado 24 en lo Contencioso Administrativo y Tributario y de Relaciones de Consumo, Darío Reynoso, condenó a Metrovías a resarcir a una pasajera por "gastos médicos, daño emergente, daño físico y moral", como consecuencia de las lesiones que sufrió al caeren la estación Alem. "Se encuentran configurados los supuestos necesarios para responsabilizar a Metrovías S.A", afirmó el magistrado, argumentando que -según consta en el artículo 42 de la Constitución Nacional-, "en una relación de consumo, es el deber de la empresa garantizar la protección de la salud y seguridad de los usuarios".
Por otra parte, el magistrado rechazó la demanda de la damnificada y eximió al GCBA de la responsabilidad en el incidente ya que, según las pruebas presentadas por la parte demandada, "SBASE, en tanto empresa estatal que tiene a su cargo la administración de la red de subtes y el control de la operación del servicio, llevó adelante la fiscalización de la estación Leandro N. Alem", de acuerdo a la normativa vigente. A criterio del juez, "no puede alegarse que el GCBA omitió controlar y fiscalizar con cierta periodicidad y a través de la empresa estatal SBASE el estado de las instalaciones concesionadas", considerando que la Ciudad realizó correctamente --de acuerdo al artículo 27 de la Constitución de CABA-- su labor de "planeamiento y gestión del ambiente urbano".
Escaleras rotas y sin bandas antideslizantes
Según la resolución, la pasajera demandó tanto a Metrovías como al GCBA porque sufrió una caída, el 18 de junio de 2016 cerca de las 10.28, cuando bajaba las escaleras de la estación Leandro N. Alem del subte B junto con su hija, a quien tenía alzada. Las escaleras, señaló la mujer, "se encontraban rotas en sus bordes y sin bandas antideslizantes", por lo que se cayó al pisar "uno de los bordes que se encontraba averiado".
La mujer fue asistida por el SAME y luego trasladada al Hospital Argerich, donde se le diagnosticó una fractura en el tobillo izquierdo (fractura oblicua). La víctima indicó además que fue operada el 29 de junio de 2016 en el Sanatorio Itoiz y que en la intervención le colocaron una placa de titanio y tornillos.
La mujer destacó que como consecuencia del incidente tuvo que modificar su vida "teniendo que aprender nuevamente y de a poco a caminar", que primero tuvo que inmovilizar el pie durante dos meses y medio, y luego, utilizar una silla de ruedas por más de dos meses para pasar, finalmente, a recurrir a muletas. También refirió que debió asistir a más de 25 sesiones de kinesiología.
Lo ocurrido a raíz del accidente le provocó "una profunda depresión, malestar, amargura, puesto que no podía valerse por sus propios medios, necesitando ayuda para bañarse, trasladarse y atender a sus tres hijas", recoge la resolución judicial.
Por otro lado, la pasajera añadió que, debido al estrés y angustia que le causó su nuevo ritmo de vida, su hija --quien padece una discapacidad en el lenguaje, aprendizaje y conducta-- "sufrió un retraso en su escolaridad, a pesar de que concurría a sus terapias de fonoaudiología, psicología, psicopedagogía".
La mujer ejercía como maestra jardinera antes del accidente, pero luego del episodio, detalló, debió dedicarse a realizar tareas administrativas, lo que le produjo una "nueva situación de ansiedad y tristeza", por tener que adaptarse al nuevo ambiente laboral y realizar tareas no relacionadas con su profesión.