El periodista Alejandro Bercovich y el documentalista Patricio Escobar declararon en la causa por las responsabilidades políticas de la Masacre de Avellaneda, que a casi 20 años de ocurrida no ha tenido avances en su investigación. Propuestos como testigos por los familiares de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, declararon sobre un reportaje que le realizaron recientemente a Eduardo Duhalde. El ex presidente ratificó en esa entrevista, realizada para el documental Diciembre, que él dio la orden de que los piqueteros que manifestaban en el Puente Pueyrredón no entraran a la Capital Federal. “Dí la orden de que no pasaran”, sostiene. Y agrega: “La gente no puede hacer lo que quiera”.

La represión en la que fueron asesinados Kosteki y Santillán ocurrió el 26 de junio de 2002. En los días previos, Duhalde coordinó con el gobernador bonaerense Felipe Solá un operativo que reunió a la Policía Federal, la Bonaerense, la Gendarmería y la Prefectura, con la asistencia de la exSIDE, para impedir que la masiva marcha piquetera reunida sobre el Puente Pueyrredón pasara a la Ciudad de Buenos Aires, para llegar a la Plaza de Mayo. Además de matar a Kosteki y Santillán, en la represión hubo otras 33 personas heridas con balas de plomo, lo que da una idea de la magnitud de aquel operativo con el que el gobierno quiso disciplinar la protesta social.

En las horas siguientes a la masacre, los funcionarios duhaldistas intentaron instalar la idea de que los manifestantes se habían “matado entre ellos”, en una maniobra que revela hasta qué punto eran responsables de lo sucedido. Más tarde, ese argumento fue reemplazado por el que sostienen hasta el día hoy: que todo fue culpa de un grupo de policías fuera de sí.

Bercovich y Escobar entrevistaron a Duhalde en octubre del año pasado. “Él fue muy taxativo en decir que no podía permitir que la marcha pasara a la Capital”, dijo Bercovich a Página/12, luego de declarar ante la fiscal federal Paloma Ochoa.

Escobar participó en el rodaje de esa entrevista, pero además es el autor del documental La crisis causó dos nuevas muertes, centrado en el lamentable accionar que tuvo el diario Clarín, que retuvo las fotografías de los asesinatos, con lo que el gobierno pudo seguir diciendo que los manifestantes se habían matado entre ellos -durante unas horas, hasta que el fotógrafo independiente Sergio Kowalewski difundió sus propias fotos de la masacre en Página/12. 

En los últimos meses, el documentalista realizó nuevas entrevistas para actualizar La crisis; hablaron con él de la masacre varios de los funcionarios que entonces tuvieron cargos con poder de decisión, como Solá (exgobernador), Juan José Alvarez ( exsecretario de Seguridad de la Nación) y Jorge Matzkin (exministro del Interior).

“Lo que pasó está claro: hubo una planificación del gobierno nacional, que incluyó maniobras de inteligencia previas, como la difusión de informes de inteligencia con datos falsos sobre los manifestantes, para generar un clima que justificara la represión”, dijo Escobar a este diario. “No hay ningún misterio en lo que pasó”.

En la puerta de los tribunales federales de Comodoro Py, la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi y el Frente Popular Darío Santillán instalaron una radio abierta para acompañar a los declarantes. Allí, varios sobrevivientes de la represión advirtieron que los únicos condenados por los crímenes, el comisario Alfredo Fanchiotti y el cabo Alejandro Acosta pidieron a la justicia el beneficio de la libertad condicional.

“No son presos comunes, son asesinos. Aquel 26 de junio nos dispararon cuando ya nos estábamos retirando, cuando nos estábamos alejando, cuando estábamos ya a 50 metros del puente”, recordó Marcial Bareiro. ”El Estado es el responsable de las fuerzas que actuaron, supuestamente fuerzas de seguridad. La impunidad tiene que terminar”.

La causa por las responsabilidades políticas de la Masacre de Avellaneda está a cargo del juez federal Ariel Lijo. Archivada en 2015, los familiares de Kosteki y Santillán lograron su reapertura. Año a año presentan nueva documentación, sosteniendo el reclamo de justicia.