"Cuando hay que cubrir a terceros, aparece el interés político". Con esa frase, el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa se metió en el debate por el avión de Emtrasur que aterrizó en Ezeiza con 19 tripulantes y autopartes enviadas por una proveedora de Volkswagen. El dirigente del Frente de Todos minimizó las críticas de la oposición, al asegurar que tanto ANAC como Migraciones y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) "actuaron correctamente", pero deslizó que el interés de la alianza opositora en revisar el último vuelo y no los anteriores de esa flota aérea pretende tapar "la presencia de una tabacalera de Paraguay de un socio de un dirigente político argentino".
Los dichos de Massa se conocieron este mediodía en un evento organizado por el Grupo Clarín. Allí el presidente de la Cámara Baja insistió en poner el foco en el "contrabando", al enunciar una ruta aérea en el que mismo avión de Emtrasur partió de Paraguay rumbo a Aruba, un territorio no soberano que integra el Reino de los Países Bajos. Sin embargo, cuando se le consultó sobre quién era el presunto político argentino socio del dueño de una tabacalera implicada, Massa solo respondió: "Al que le quepa el sayo que se lo ponga".
Lo que Massa no quiso decir sí lo publicó este martes Página/12: el 13 de mayo, el mismo avión que hoy fue retenido en Ezeiza partió de Paraguay con una carga provista por una empresa -Tabacalera del Este- de Horacio Cartes, expresidente de Paraguay y amigo de Mauricio Macri. Cabe destacar que, días atrás, el Ministerio Público de Paraguay recibió del organismo antilavado del gobierno un informe que involucra al propio Cartes y a empresas y personas vinculadas con él con una red de lavado de activos y contrabando de cigarrillos. Los datos de esas operaciones están contenidos en un "extenso informe de inteligencia" de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) en poder de la fiscal general, Sandra Quiñónez, según los diarios ABC Color y Última Hora.
Un viaje bastante extraño
Macri y Cartes comparten más de un rasgo en sus historias personales: ambos fueron presidentes, empresarios y comandaron clubes de fútbol (por lo que se especuló que el viaje de Macri tenía algo que ver con su cargo la FIFA, algo que fue rápidamente desmentido). Cartes fue presidente del Club Libertad mientras Macri comenzaba a ascender en Boca Juniors. Además de ser uno de los pesos pesados de la política paraguaya (desde el Partido Colorado), Cartes es además una de las personas más ricas del país (su fortuna superaría los 200 millones de dólares, según informó en su última declaración jurada como presidente).
A su vez, ambos expresidentes arrastran su buena cuota de causas judiciales: en el caso del exmandatario paraguayo, una está vinculada al Lava Jato (por la que llegó a tener una orden de captura internacional), otras con el narcotráfico, el contrabando de cigarrillos, entre otros cargos que nunca llegaron a tocarlo. Solamente una vez estuvo preso, dos meses, por una maniobra para conseguir dólares. También lo acusaron de comprar legisladores. Aparte del prontuario, Cartes es dueño de un multimedios, empresas de alimentación, bancos y una cementera. También tiene en común con Macri su faceta como empresario del negocio de la energía.
En junio del 2020, cuando la pandemia golpeaba a todos los países del mundo y las vacunas anticovid aún eran una ilusión, el expresidente argentino tomó la decisión de romper la cuarentena y hacer un viaje relámpago a Paraguay. Mientras la oposición paraguaya vinculó ese encuentro con una reunión de negocios, el líder de Juntos por el Cambio ensayó otra explicación: dijo que había ido a Asunción para hablar de la pandemia, sin detallar por qué el encuentro tenía que ser cara a cara.
Lo que sí se supo es que Macri se subió a un avión de una compañía de Cartes. ¿La empresa? Tabacalera del Este.