La nueva edición del ciclo Noches de Piano reúne una sorprendente selección de artistas y repertorios, con Teatro El Círculo (Laprida 1223) como lugar de encuentro. Entre el jueves y el domingo, siempre en el horario de las 21, el escenario de El Círculo presentará a Lilia Salsano y Alexander Panizza (este jueves); Andrés Pilar, Madreselva Quinteto y Mariano Ruggieri Grupo (el viernes); y Tomás Bozzano, Nora Sarmoria y el dúo Hernán Jacinto-Javier Malosetti (el sábado).

Si bien oriundo de Canadá, y allí radicado, Alexander Panizza tiene un afecto particular por la ciudad de Rosario, porque “se mezclan cuestiones de orden emocional y afectivo, viví muchos años allí, tengo mucha familia y amigos, y es muy emocionante volver luego de dos años y medio”, explica a Rosario/12. Además, lo hace de manera compartida, en una noche donde su piano brillará junto al de Lilia Salsano, “una excelente pianista y amiga. Es realmente una celebración no sólo compartir la música con el público sino también poder reencontrarnos entre colegas”.

El repertorio previsto por Panizza incluirá piezas de Frédéric Chopin y Ravel. Al respecto, dice: “Traté de pensar el repertorio como una especie de reencuentro, de celebración, después de todo lo pasado. Elegí obras muy queridas por el público, de bastante impacto emocional, que aún los no tan melómanos conozcan; sobre todo en lo referido a Chopin y Ravel. Un poco fue esa la motivación. Forman parte de un programa mucho más grande, que estoy tocando en otras ciudades, donde se incorporan otras obras de Ravel y de tres compositores canadienses”.

El paso de Panizza por Rosario viene precedido de otras presentaciones, una en Mendoza junto a la Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo, otra en el Mozarteun de San Juan. Después de Rosario su rumbo se dirige a Córdoba, “luego vuelvo a Rosario para tocar con la Sinfónica y después sigo de viaje a Salta y a Buenos Aires, donde estaré en el CCK. Después, iré a tocar con la Sinfónica Nacional del Paraguay. Y luego, el camino ya sigue en otros países, y estaré participando en un festival de música en la Isla de Vancouver”. De su producción discográfica más reciente, hay que destacar Panizza Plays Ravel (2022), “fue un producto de la pandemia, se hizo durante ese tiempo. Primero nació como un proyecto audiovisual, a partir de unos videos subidos a internet, y luego surgió la iniciativa de convertirlo en un disco. Y está la puerta abierta para completar toda la obra de piano de Ravel en otro volumen”.

Pianista, compositora, arregladora, directora de orquesta, cantante y acordeonista, Nora Sarmoria despliega una manera tan vasta como personal de hacer y vivir la música. Sobre los temas que interpretará en la noche del sábado, dice que será “un popurrí, habrá temas de Rada, probablemente de Atahualpa, de Violeta Parra y del Cuchi Leguizamón, y también temas míos”. Se debate entre quién incluir y a quién no, problema inevitable, pero que en todo caso dice sobre la familia enorme de artistas que la habitan. Como ella dice, “hay un espíritu colectivo, que hace que uno sea ese árbol a la vista, cuyas raíces se unen a las de otros árboles. Esa sensación de que uno respira y exhala la música que está más allá de uno, pero desde su lugar. Es algo que le escuché también a Caetano: uno hace la música del lugar de donde es. Siempre está la impronta del lugar de uno y no es poca cosa; más allá de las características rítmicas y musicales, hay un espíritu colectivo”.

-Como el diálogo que planteaste entre Cuchi Leguizamón y Thelonious Monk en Thelonious & Cuchi (2020).

-Lo más loco es que hablando con los hijos del Cuchi me dijeron que él no lo conocía a Thelonious. Todo surgió a partir de una iniciativa de Adrián Iaies, para un espectáculo que pude grabar. Según él, yo tenía una manera de tocar muy del Cuchi, y sentía que mis composiciones tenían que ver con Thelonious. Y la verdad que no era algo muy alejado porque son dos referentes muy fuertes en mi formación, y en mi deformación también (risas). Hay toda una cosa en común entre el encare de Thelonious y el del Cuchi que a mí me resuenan con mi propio modo de expresar.

-En esa manera de expresarte resuena también la poesía, tal como hiciste hace poco con el disco Letras Amigas (2020).

-Para mí las palabras tienen música y esas letras de amigos míos me resonaron, ya tenían una música, una agrupación rítmica. Esos poemas me fueron llegando en distintos momentos de mi vida, hace 2 o 20 años, y algunos estaban hechos con una sola vocal. Eso fue muy fuerte. Tenía todo un poema con la “a”, otro con la “e”, ¿qué pasó acá?, me dije. Y todo eso me disparó el disco, que en un comienzo iba a ser más amplio, con poemas traducidos, pero me quedé con lo de mis amigos.

-Tu tarea docente debe aportarte de manera significativa también.

-El intercambio es impresionante, pero como soy muy anárquica siempre me costó mucho estar en instituciones, acabo de irme de una (risas), me siento encerrada. Pero aprendo un montón de los grupos, además yo nunca paré de dar clases, ya sea de manera individual, grupal, o cuando viajo a través de los conservatorios o los talleres. Siempre recibís muchísimo más de lo que das. Es así, la música es amor.