La Sala IV del Tribunal de Juicio de la ciudad de Salta que juzga a cuatro jóvenes en calidad de partícipes secundarios del femicidio de la maestra jardinera Sandra Palomo, ordenó ayer la detención del testigo Tomás Giménez. La decisión se tomó a instancias de la fiscalía, que lo acusó por falso testimonio.
El joven ahora detenido también se hacía llamar Tomás Correa, usando un apellido ficticio, y utilizaba también el apellido de su madre, Bovadilla.
La presidenta del tribunal, Norma Vera, consideró que se corroboraron las contradicciones en su testimonio, por lo que dispuso su detención y que fuera llevado a la Alcaidía General, a disposición del Juzgado de Garantías de turno, además de remitir las copias de su declaración a la Fiscalía Penal 1, para que avance con la imputación formal, si así lo considera.
Giménez declaró el lunes último y ante una pregunta del abogado querellante Javier Latorre dijo que se tomó fotografías en el subsuelo del supermercado Vea en 2020 y las subió a instagram. En ese lugar fue asesinada Palomo un año antes, el 31 de agosto de 2019. El testigo refirió que fue a ese lugar con otro amigo, Facundo Guaymás, quien también se hacía llamar por el apellido materno López, y fue citado a declarar este martes.
La fiscala de la Unidad de Femicidios, Mónica Poma, dijo que a pesar de las instancias dadas para que Giménez “explicite y aclare, resultan insalvables las contradicciones en su testimonio” y también entre su relato y el de Guaymás.
El Tribunal le tomó declaración a Giménez en dos partes, el lunes la jueza lo mandó a pensar a una sala contigua cuando no supo explicar por qué se tomó la fotografía en el subsuelo del supermercado donde se cometió el crimen. La magistrada dispuso que Giménez volviera a declarar ayer después de que lo hiciera Guaymás y le había advertido de la prohibición de contacto entre ambos.
Pero la fiscala señaló que hubo “una violación más que grave” respecto a la prohibición de contacto que tenía como fin garantizar la espontaneidad del testimonio. Es que cuando declaró Guaymás refirió que la novia de Giménez fue a verlo la noche anterior a la audiencia, “me dijo que Tomi me había nombrado en un caso, si yo por favor podía decir que me tomé la foto con él”. Añadió que grabó la conversación con la novia de Giménez, por ese motivo, la jueza dispuso el secuestro de su teléfono.
Guaymás relató que fue con Giménez el 12 de agosto de 2020 al supermercado, “A sacarnos fotos, fuimos a la parte de abajo”, manifestó refiriéndose al subsuelo de la sucursal de Tres Cerritos. Aseguró que fueron en una moto, con otro amigo.
Giménez había dicho que fue con Guaymás, en el vehículo de la madre de éste último. Luego cuando volvió a declarar este martes, adujo que se había confundido, que en realidad fueron en la moto y esta vez mencionó al otro amigo. Esta fue una de las contradicciones que generaron su detención.
Al juez Roberto Lezcano le llamó la atención que los tres adolescentes se trasladaran en la misma moto y desde el barrio La Paz, en la zona sur, hasta Tres Cerritos, cruzando de un extremo a otro la ciudad. Guaymás ratificó que fue así. Dijo que se sacó una foto en un carrito. La fiscala Poma le preguntó de quien fue la idea de sacarse esas fotos y respondió que fue de Giménez.
El testigo sostuvo que otras personas también se sacaban fotos similares y que lo vio en Pinterest. “Solamente estábamos pensando en subir fotos al instagram”, justificó. Dijo que le interesaba que sus fotos tuvieran más de mil seguidores. También Giménez fue mencionado por otrxs testigxs como un instagramer que tenía muchos seguidores.
Latorre le preguntó a Guaymás si publicaron las fotos simultáneamente con Giménez. Respondió que luego de las tomas fueron a su casa, editaron las fotos y las subieron el mismo día desde su teléfono.
En este proceso se juzga Esteban Ian Caro (20), Ricardo Nahuel Bonifacio (20) y a Damián Caxal (19) y Hugo Carrizo (18), los dos últimos eran menores de edad al momento del hecho. Los cuatro acusados se encuentran con prisión preventiva en la Alcaidía General. Están acusados como partícipes secundarios del homicidio triplemente calificado.
Una canción sobre el femicidio
Otro de los elementos que más llamó la atención fue la mención al título de una canción en inglés, “Bellyache”,con la que Guaymás subió las fotografías a su instagram. El testigo dijo que desconocía el significado.
Latorre leyó parte de la letra traducida al castellano e hizo referencia a que había similitudes entre este tema y la forma en que se cometió el femicidio de Palomo. La canción, cuyo título se traduce como “Dolor de barriga”, hace referencia a un crimen, a cuerpos en la parte trasera del vehículo, y esto coincide con la forma en que fue trasladado el cuerpo de la víctima de esta causa.
El testigo refirió que conoció a Giménez cuando empezó la cuarentena en abril de 2020 y que después se empezaron a seguir por instagram.
Contó que al recibir la notificación de su citación para la audiencia de juicio, empezaron a investigar con su hermana de qué se trataba. “Vi el tema de la señorita que mataron”, sostuvo.
Recordó, sin embargo, que una vez, en julio de 2020, estuvo en una juntada donde había otras tres personas a las que no conocía y allí Giménez hablaba con Alejo D. “de ese tema”, haciendo referencia al femicidio.
“Tomi (Giménez) dijo que todo el mundo le quería echar la culpa a él, que un chico (sería L.C., el considerado autor material del crimen, inimputable por su edad) le quiso hacer un intercambio de zapatillas para involucrarlo a él”, manifestó.
Guaymás sostuvo que “mucho no se quería meter porque (Giménez) no era de su entorno”. Aunque luego contó que se hicieron muy amigos. La jueza le señaló las contradicciones en las que incurría, porque también dijo que Giménez era mitómano.
A su turno, Giménez aseguró que el lunes a la noche se encontró con su novia, que le comentó "que se sentía mal porque metió a un amigo que no tiene nada que ver acá" y ella quería ir a hablar con Guaymás, y aunque le dijo que no lo hiciera, "ella fue igual".
Además, recordó haber hablado sobre esta causa con su amigo, "7 u 8 meses después de que lo conoció". Refirió que conoce a Guaymás de una fiesta a comienzos de 2020. "Fuimos con unos amigos, a casa de una amiga, él estaba ahí", contó.
Al enterarse que su hijo iba a ser detenido, la madre de Gímenez, María Bovadilla, dijo algo mientras el tribunal se retiraba. Luego, la invitaron a declarar: "Puedo entender a los padres de los imputados, siento dolor por la víctima, pido justicia, no quisiera que mi hijo termine así, es lo único que les pido", dijo } cuando le consultaron por sus expresiones.
Bovadilla sostuvo que no le dieron la oportunidad de hablar porque sólo citaron a su hijo en la etapa preliminar de investigación. Aseguró que el 31 de agosto, L.C. invitó a su hijo a salir pero lo permitió y dijo que luego vio que L.C. le decía "maricón" a su hijo.
Añadió que pasado el fin de semana del asesinato de Palomo, en el teléfono de su hijo "empezaron a llover mensajes de Whatsapp" en dos grupos. "Primero estaban hablando de que sabían lo que hizo (L.C.)". Dijo que después la novia de Caxal, Candela Loprete, mandó audios llamando al silencio para resguardar a su pareja. Bovadilla contó que por consejo de su madre, abuela de Giménez, su hijo abandonó esos grupos y los eliminó. Luego relató que tiempo después la Brigada de Investigaciones fue a buscar al adolescente y le contaron que lo habían estado buscando con el apellido Correa (que no era el real).
La mujer también dijo que el padrastro de Caxal, el expolicía Gustavo Bravo, hostigó a su hijo por facebook y una vez en el colectivo, afirmó que le decía que "si su hijo estaba preso él (Giménez) también debía estarlo". Ell querellante le preguntó si un abogado de la defensa le dijo que le iba pasar un número de teléfono o un papel para tramitarle la libertad a su hijo, Bovadilla dijo que a su esposo se le acercó uno de los letrados, en referencia al abogado Ricardo Belbruno, defensor de Carrizo.
El padrasto de Caxal se reía y hacía comentarios en la audiencia por la detención de Giménez. Al terminar la audiencia también fue llamativa la actitud sonriente de los imputados.