Desde Cali
“Crecí en una montaña en el medio de la nada, en el olvido estatal y la presencia de la violencia armada”, dice a PáginaI12 Francia Márquez, que el próximo domingo podría ser electa vicepresidenta de Colombia. La candidata se toma unos minutos en una agenda sin descanso en Cali y toda la región del sur-occidente colombiano, de donde es oriunda, para la charla. Viste un vestido de colores fuertes, alegres, habla con medios, se reúne con mujeres, empresarios, jóvenes, personas que se acercan en la calle a abrazarla y fotografiarse.
El fenómeno Francia
El fenómeno Francia Márquez quedó claro en el resultado electoral del mes de marzo: “participé en la consulta interpartidista del Pacto Histórico y a nivel del Pacto saqué la segunda votación, a nivel de Colombia saqué la tercera, por encimas de clanes y de empresas políticas que hay en política, y eso muestra que represento a la gente de a pie, a la gente que nunca ha tenido derecho en este país, que han sentido que la política nunca ha sido para ellos”, dice.
Ese resultado la llevó a ser la fórmula presidencial de Gustavo Petro en el Pacto Histórico, que competirá en el balotaje contra Rodolfo Hernández y su candidata a vice Marelen Castillo este 19 de junio. Esos meses de campaña la llevaron a recorrer el país sobre el que, cuenta, vio “por un lado como incertidumbre, desconfianza, miedos, temores, odios también que se expresan, pero por otro lado muchísima alegría, muchísima esperanza que la gente está sembrando. Veo las posibilidades reales de un triunfo”. Hay en su rostro una gran expectativa de cara al domingo, así como preocupaciones por lo que se juega y a quienes se enfrentan.
Una historia larga
“Soy parte de una lucha, de un pueblo, que no empezó ahora con mi candidatura a la vicepresidencia, sino que han sido luchas que empezaron quienes me antecedieron en este camino, mis abuelos y abuelas. Yo soy una mujer que desciende de pueblos de hombres y mujeres que fueron esclavizados, y esos hombres y mujeres han luchado toda la vida por parir la libertad”, cuenta Francia.
“Empecé mi liderazgo muy joven, muy niña por así decirlo, con 13 años yo ya estaba acompañando a mi familia y mi comunidad para defender su río, defender su territorio, y ahí me hice, me formé. Ahí me enseñaron el carácter que tengo, me enseñaron la valentía, me enseñaron la dignidad y eso soy”. Su carácter, dice, es “fuerte”, algo que transmite en la mirada y la palabra.
“Eso para una sociedad patriarcal y machista como la que tenemos, que una mujer diga que tiene carácter fuerte se muestra como negativo, se muestra como la mujer rabiosa, la mujer que grita, que hace bulla, que no tolera, y pues sí no tolero la injusticia, el maltrato, el machismo, el racismo, entonces soy fuerte y pues es la única forma de poder romper las barreras en nuestro país”, dice quien ganó el premio internacional medioambiental Goldman en el 2018.
La idea de ser presidenta comenzó antes del estallido del 2021. “Al principio me decían bueno usted enloqueció, otros me decían que era una igualada en términos despectivos, que era una infiltrada en la política, no me importó, seguí para adelante”. Su aspiración presidencial coincidió luego con las masivas movilizaciones de tres meses que tuvieron epicentro en Cali. Sin embargo, “en términos concretos de las elecciones -del pasado 29 de mayo- la juventud que salió a las calles, que es la mayoría, no son los que salieron a votar masivamente”, explica. Cómo acercar a esa juventud a las urnas es una de las preguntas de la campaña.
Lo que se juega
“Está en juego la paz, está en juego la dignidad, está en juego que la clase social baja, media, tenga garantía de derechos, está en juego el Estado social de derecho, la institucionalidad, está en juego la democracia. Por supuesto todo eso implica que la vida está en juego y eso es lo que nos estamos jugando, la vida de los colombianos y las colombianas”, dice de cara a una elección donde la mayoría de las encuestas muestran un empate técnico que podría definirse por algunos centenares de miles de votos.
“El otro candidato está apoyado por el uribismo y el uribismo votó por el no a la paz, y este gobierno uribista hizo trizas la paz, entonces todos están ahí, por lo tanto van a seguir haciendo trizas las posibilidades de paz, porque ellos lo que hacen es guerra para después vendernos miedo y vendernos seguridad democrática”, término, éste último, que remite a la política bajo Álvaro Uribe entre 2002 y 2010, marcada por casos emblemáticos como los conocidos como “falsos positivos” de los cuales fueron víctimas más de seis mil personas.
La propuesta del Pacto Histórico es desmontar ese engranaje de violencia y desigualdad sistemática. “Arrancar la situación que vivimos pasa por el presupuesto económico. El primer paso es un plan de gobierno participativo de la gente, segundo la definición de los recursos económicos, yo puedo hablar mucho de paz, pero si no destinamos los recursos económicos para avanzar en todo lo que es el proceso estamos diciendo mentiras, si el presupuesto de la guerra va a tener mayores niveles que el presupuesto de la salud, la educación, la vivienda, del trabajo, ahí estamos engañando a la gente”.
Alertas de cara al domingo
“Este sería el primer gobierno progresista, que, por supuesto, no va a cambiar quinientos años de atraso, de olvido, de violencia, de exclusión, pondremos las bases de ese camino de cambio”, explica. En frente está una élite política, económica, que se alineó en gran medida tras Hernández para enfrentar a Petro y defender su statu quo, situación que levanta alertas de cara al domingo.
“Tengo una preocupación de un fraude electoral, no hemos revisado el software de la Registraduría a plenitud”, dice Francia Márquez. Petro, en una entrevista reciente, afirmó que registraron “movimientos muy sospechosos” en la Registraduría, cuya cúpula “tiene una afinidad clara con el otro candidato”. “La élite acá no sabemos, que no acepten las elecciones si llegan a perder y que eso termine en violencia. Son temores que tenemos, esperamos que nada de eso pase, que el proceso sea en paz, sea tranquilo, con alegría y no con situaciones que tengamos que lamentar”, explica la candidata.
“Necesitamos que toda Colombia salga a votar” es uno de los mensajes que repite en estos últimos días de ritmo incesante de actividades en el sur-occidente colombiano, una de las zonas más golpeadas por el narcotráfico y su consecuente violencia, donde el Pacto Histórico ganó en primera vuelta. Una victoria el domingo significaría a su vez la de la primera mujer afrocolombiana en la vicepresidencia, algo que, como un primer gobierno progresista, sería histórico en Colombia.