En un avión a la India, Lana Wachowski rescribe el guión de la segunda temporada de Sense8, directo al set de filmación donde la están esperando. Los actores no la molestan, está a cargo de pilotear la dirección de esta nueva temporada sola. Su hermana y pareja creativa de siempre, Lily, ha abandonado el proyecto luego de que un periodista la hostigue sobre su reciente transición. Lily le explicó a su público con una carta politizada que se retira brevemente por motivos personales. Lana y Lily Wachowski, ambas orgullosas del amor que sostienen con sus compañeras cis de vida, directoras de Lazos ardientes, una de las primeras narrativas lésbicas con final feliz, la trilogía de Matrix, Cloud Atlas, entre otras, dieron a luz a su primera serie, Sense8 en el 2015, y recientemente se ha estrenado su segunda temporada.
Sense8 es sin duda una obra queer. La crítica hetero ha dicho que hay demasiada agenda lgbt en detrimento de la historia a la vez que las personas lgbtiq militantes la han criticado. Es una de las series más caras de todos los tiempos con rodajes en ocho locaciones simultáneas. Esta temporada apuesta más al deleite en la música y la fotografía, con escenas a toda velocidad y mientras otras se demoran en una burbuja de intimidad para generar una afectación melodramática a las personas de su comunidad. Los sense son uno en ocho, son todos y uno a la vez, complejiza el concepto de narración como un juego de mamushkas rusas. Es cierto que los ocho sense participan del cliché sin rodeos, cada uno parece un estereotipo cultural con un registro de actuación acorde. Son flacos, hermosos, multiétnicos y el líder del grupo es el policía yanqui. Es cierto sí que el mensaje de es obstinadamente el amor: hacer el amor, celebrar el amor, luchar contra los miedos de amar. Pero en esta temporada fascinante el objetivo ya no es la presentación de cada personaje, importa lo que hacen. Lo que hace cada quien y lo que hacen en comunidad por sobrevivir. Los sense resisten a la caza comandada por los sapiens poderosos (cis varones blancos científicos con cara de Freud) o a las luchas libradas por otros grupos de sense menos amigables (glamorosas hetero cis hermosas hiper sexuales).
Las hermanas fabricantes compulsivas de ciencia ficción, han creado un nuevo tractor semiótico donde ya no estamos a imagen y semejanza. El juego de representaciones de las Wachowsky nos ampara otra vez y susurra para que podamos, entre tiros y patadas voladoras, descansar por la noche porque no estamos solas.