Aunque el legendario Gustavo Kuerten coquetee con la idea de ver a Rafael Nadal ganando 15 veces Roland Garros, el español tiene aún que ganar el décimo. Y para ello tendrá que tumbar hoy en semifinales a Dominic Thiem, el hombre que más armas tiene para hacer frente al “rey” de la arcilla.
Se enfrentarán en la Philippe Chatrier, territorio de Nadal, (no antes de las 10.30 hora de Argentina) justo después de la otra semifinal, la que medirá al británico Andy Murray con el suizo Stan Wawrinka (7.45). Aunque ese duelo tenga al número uno y al número tres del ranking, a un finalista del año pasado y al campeón de 2015, casi todos los focos se posan en el otro lado del cuadro.
Ahí emergen las figuras de Nadal y Thiem, los grandes protagonistas de la gira europea sobre polvo. El mejor tenista en arcilla de la historia y el jugador que más se le parece, siete años menor y al que todos ven como futuro campeón en París. “Se está convirtiendo en el clásico”, comentó ayer Carlos Moyá, uno de los entrenadores de Nadal. Mientras hablada, se escuchaban los golpes y los gritos de Thiem, que practicaba en la pista vecina.
Nadal, de 31 años, se impuso al austríaco en las finales de Barcelona y Madrid, pero Thiem se llevó el último cara a cara, hace dos semanas en Roma. Ahora llega el cuarto capítulo con un billete a la final de Roland Garros como premio. Si Nadal llega lanzado –apenas 22 juegos cedidos hasta semifinales–, algo similar se puede decir de Thiem. El austríaco destruyó el miércoles al serbio Novak Djokovic, defensor del título, por 7-6 (5), 6-3 y 6-0. “Hasta ahora siempre he jugado mal después de una victoria ante un jugador ‘top’”, admitió Thiem, séptimo del ranking. En su memoria estaba fresca su derrota ante Djokovic por 6-1 y 6-0 en Roma, el día después de convertirse en el único jugador de 2017 que le ganó a Nadal en polvo.
Pero París no es Roma. En la capital francesa hay que ganar tres sets a Nadal, un jugador que lleva 100 victorias y sólo dos derrotas al mejor de cinco mangas en arcilla. “Es el rival más difícil de la historia de Roland Garros”, aclaró Thiem.
Aunque no gana un grande desde hace tres años, todos dicen el nombre de Nadal cuando surge la pregunta de quién es el favorito en Roland Garros. La historia y los números del español en París avalan esa tesis. “Rafa puede ganar 15 veces en Roland Garros”, dijo ayer Kuerten, triple campeón sobre la arcilla francesa. “No creo que volvamos a ver a un tipo así. Ha ganado nueve Grand Slam aquí en 11 o 12 años. ¿Cuándo volverá a pasar?”.
La otra semifinal será una reedición de la del año pasado. Hace 12 meses se impuso Murray en cuatro sets, pero la trayectoria de ambos en el actual torneo dice que Wawrinka llega en mejor forma. El suizo, campeón en París en 2015 tras una memorable final ante Djokovic, llega a la penúltima ronda sin ceder un set. “Estoy feliz y con confianza”, dijo Wawrinka, número tres del mundo y que levantó el título de Ginebra justo antes de viajar a París.
Murray, que tiene asegurado el número uno aunque no alcance la final, parece haberse reencontrado consigo mismo en Roland Garros. Hasta el segundo Grand Slam del año, contaba cinco victorias y cuatro derrotas en la gira de arcilla. En París superó momentos complicados –en segunda ronda con Martin Klizan o en octavos con Kei Nishikori– y ahora persigue su segunda final en Roland Garros. “Voy a tener que dominar todos los puntos que pueda. Stan tiene un juego muy poderoso y le gusta ir en busca de sus tiros. Voy a tener que jugar un gran tenis para ganar”, explicó Murray, que busca convertirse en el segundo británico que gana el torneo después del título de Fred Perry en 1935.