Después de tres años de ausencia, Juan Wauters volverá a subirse este viernes 17 a las 21 a un escenario porteño. Esta vez sucederá en la Sala Siranush (Armenia 1353), en la que desempolvará un cancionero que apologiza el humanismo y la buena onda. El juglar uruguayo, quien fijó residencia en Nueva York hace poco más de dos décadas, es actualmente una de las figuras del circuito anglosajón de la música indie. Lo que bien pueden avalar Jeff Tweedy (mandamás de Wilco), con el que compartió una gira por Estados Unidos, o el canadiense Mac DeMarco, invitado de lujo de su último trabajo de estudio: Real Life Situations (2021). “Si bien tocaré muchos temas de ese álbum, también repasaré mi discografía”, adelanta el cantautor desde su Montevideo natal, donde se encuentra poniéndose al día tanto con sus familiares como con sus fans en la otra orilla del Río de la Plata.

En el verano pasado, en su paso por Buenos Aires, su amigo y colega argentino Tall Juan (otro de los músicos latinoamericanos mejor posicionados en el plano internacional del indie), advirtió las intenciones de Wauters de no sólo de volver pronto a este rincón del mundo, sino también de instalarse un tiempo en la capital uruguaya. “Desde que me enfoqué en la música, estoy aceptando que no tengo un espacio estable en el mundo”, explica el artista. “Mi base es Nueva York, porque allá está mi familia y porque ahí me forjé. Sin embargo, cuando empecé a venir acá para tocar, se dio otro diálogo con el país y con la región. Me hacía falta. A partir de la pandemia, pararon las giras y hubo un tiempo muerto en el que me vine un rato a Uruguay. Me gustó mucho, por lo que me propuse estar más presente. Pero es difícil decir si me mudo o no. Prefiero ni pensar en esas cuestiones, y que fluya. No quiero que nada sea definitivo”.

-En tu última serie de recitales en Sudamérica, mandaba el Frente Amplio. Pero regresaste a un Uruguay gobernado por la derecha. ¿Notás la diferencia?

-No podría dar una opinión certera sobre eso porque no estuve suficiente tiempo para comprobar lo que sucede. Lo que sí puedo decir es que en Montevideo, principalmente, la gente apoya al partido de izquierda. Entonces no están conformes con el gobierno.

-¿Sentís que ya sos profeta en tu tierra?

-Acá no soy un artista masivo, sino más bien del under. Pero los que me conocen siempre aparecen. Mi público es cada vez más grande, y va creciendo orgánicamente en todos lados. La gente me quiere mucho, y sé que llego a sus corazones porque cantan conmigo.

Real Life Situations, sucesor de la saga Introducing Juan Pablo y La onda de Juan Pablo (ambos de 2019), también llegó a los corazones del público por su manera de contar el encierro. Y su single “Locura” lo evidencia: “Hoy en mi cama, de mañana, pensé en toda la gente que no ha podido salir a trabajar. Tiene una familia, los niños tienen hambre, son indocumentados. El gobierno no les manda dinero”, dice uno de sus pasajes. No obstante, salvo por esa tema, Wauters revela que el repertorio fue compuesto antes de la cuarentena. “‘Locura’ describe la sensación de estar encerrado, y de pensar cuándo será nuestro próximo concierto o cuándo tendremos contacto físico con los demás”, describe. “Fue muy confuso, todo un proceso. Hoy me siento en plenitud para crear libremente. No es que antes no lo hiciera, pero esta vez siento que es aún más natural. Tengo nuevas canciones que están listas para ser compartidas”.

-¿Cuándo las pondrás a circular?

-Pronto. Estas canciones hablan de la existencia en pleno clima pandémico. Reflejan incertidumbre, muchos cuestionamientos existenciales y cambios personales.

-Al igual que en Real Life Situations, ¿en este disco harás uso nuevamente del recurso del interludio?

-En el caso de Real Life Situations, la idea original era hacer una pieza musical que dure lo que dura un disco. Alrededor de 30 minutos. Era como un sonido continuo. Pero por temas comerciales, vinculados básicamente al sello discográfico y a cómo compartir las canciones en las plataformas digitales, se me complicó y tuve que que seprar todo un poco más. A pesar de que están debidamente separadas, algunas canciones tienen un pequeño fade entre una y la otra. Una termina, y la otra empieza a la misma vez. Tuvimos que hacer finales exactos.

-Esos interludios le dan un carácter conceptual al disco debido a que funcionan de manera testimonial. Ahí tenés registros de la calle, conversaciones e incluso silencios.

-Hay mucha variedad de grabaciones que hice a través del tiempo, sobre todo en espacios públicos. Hice una selección de sonidos que para mí representaban ese momento. Y sí. Se parece a un disco conceptual. Apunto hacia eso. Quiero hacer una pieza musical continua que estampe un momento particular en mi vida. Cada vez que comparto una música, tiene que ver con situaciones de mi vida personal. Es una foto del momento. Siento que me estoy acercando a mi mejor disco.

-Además de “experimental”, otra etiqueta que le viene bien a Real Life Situations es la de “extrovertido”.

-Eso se dio porque tuve varios encuentros con amigos músicos. Para poder componer con otra personas tenés que ser extrovertido. Pero mi nueva música será más introvertida.

-¿Cómo sería eso?

-Quiero explorar diferentes estilos de grabación. Esta vez grabé con un productor en un estudio en Nueva York. Me metí igualmente en un estudio en una isla en Brasil y en otro en Los Angeles. También hice registros en Cabo Polonio, acá en Uruguay. Hay de todo un poco. Es un disco que describirá la vida de un músico fuera de los escenarios, tras verse forzadamente apartado de su pasión y su labor. La pandemia fue muy difícil porque perdimos contacto con nuestro público. Cantar en público nos define.

-A pesar de este desarraigo forzado de los escenarios, sos un músico que no perdió las perspectivas. Lograste en menos de una década lo que a un artista le cuesta toda una vida. Pero pareciera que no estás conforme.

-Siempre voy a tener esas dudas existenciales. Eso es lo que mantiene mi llama encendida. Si dejan de existir, mi música pasaría ser otra cosa. Se me apaga el alma de poeta. Creo que empezaría a cantar sobre el champán, los autos y las chicas. Intento que los canales de comunicación entre mi alma y el público estén libres para que sean lo más transparentes posibles. Disfruto que mi música hable honestamente sobre lo que pasa en mi corazón, y peleo para que eso continúe.

-Sos un artista agradecido con Nueva York, al punto de que suele aparecer en tus letras. ¿Hasta qué punto te "americanizaste"?

-No me veo ni uruguayo, ni neoyorquino. No soy solo eso. Todo esto ha sido un proceso de sanación de heridas que quedaron abiertas de la época en la que fui desarraigado de Uruguay, por una situación mayor que no podía controlar. Ahora como adulto decido volver a reconectarme. Pero allá, en Nueva York, soy uno más. O así me ven.

-¿De qué depende componer una canción en español y otra en inglés?

-Hoy en día depende de la circunstancia geográfica. Al principio componía en inglés porque mi público era de Nueva York. Pero al empezar a venir a tocar a estos lados, comencé a encontrarme con mi publico hispanoparlante. Entonces yo también les quiero cantar en nuestro idioma.