La Selección Argentina comienza una nueva etapa. Con el debut de Jorge Sampaoli en el banco, hoy muy temprano jugará un amistoso frente a Brasil, una prueba más que exigente para encarar el tramo final de las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial de Rusia 2018. “Es un partido de preparación, aunque el que esté enfrente sea Brasil”, dijo ayer el flamante técnico del seleccionado, tratando de bajar la presión que tendrán los jugadores argentinos y él mismo.
En los pocos entrenamientos que pudo desarrollar en Melbourne –recién anteayer tuvo a todos los convocados, menos a Javier Pinola, que finalmente no viajó a Australia por estar engripado–, Sampaoli intentó esbozar el estilo de juego que quiere. A diferencia de su antecesor, Edgardo Bauza, el ex técnico del Sevilla y de la Selección Chilena pretende un esquema táctico más ofensivo, con un tridente de ataque poderoso: Messi junto a la dupla de la Juventus italiana, Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín.
Desde el primer entrenamiento, Sampaoli paró un sistema con tres defensores, cuatro mediocampistas, dos enganches y un delantero. “Tenemos que encontrar algo parecido al Barcelona respecto del juego colectivo. Cuando el equipo funcione así, Messi hará una aporte muy valioso y el equipo hará que Messi se potencie en Argentina”, dijo el DT en conferencia de prensa.
Más allá de los esquemas e inclusive del resultado, Argentina afronta esta nueva versión del superclásico sudamericano como el primer tramo de una recta final en la que la esperan los últimos cuatro partidos de las eliminatorias, en las que todavía está lejos de conseguir la clasificación: se ubica quinto en las posiciones, en zona de repechaje, teniendo dos duros partidos de visitante –ante Uruguay en Montevideo y con Ecuador, en aquel país– y dos en teoría más accesibles, frente a Venezuela y a Perú, aunque este último rival ha crecido en su rendimiento en las últimas actuaciones.
Brasil, por su parte, llega en plenitud al amistoso, completamente recuperado de la crisis futbolística en la que tocó fondo con la debacle del 7-1 ante Alemania en las semifinales del Mundial de 2014. Bajo el mando de Tité, inclusive, goleó 3-0 a Argentina en el Mineirao de Belo Horizonte, en noviembre pasado. Clasificado a Rusia 2018, Brasil saldrá a la cancha sin presiones, encarando su larga preparación para el Mundial quizá con el único desafío inmediato de no perder su invicto ante su archirrival.
“Necesitamos jugar bien y tener un buen resultado para que la autoestima se consolide”, consideró Tité.
El técnico brasileño no convocó al astro Neymar, así como tampoco a los laterales Marcelo y Dani Alves, para darles descanso y foguear a otros jugadores. El partido frente a Argentina, en cambio, marcará el regreso del delantero Gabriel Jesús después de la lesión que sufrió en febrero en su pie derecho. La nueva promesa del ataque brasileño,de 20 años, será la gran novedad en el once que enfrentará a los de Messi.