"Las mismas 19 empresas que actualmente se ocupan del servicio de alimentación en las escuelas porteñas fueron las únicas en presentarse en la licitación", alertaron las organizaciones que impulsan la "Campaña por una alimentación de calidad y gratuita para todxs" sobre el proceso licitatorio abierto por el Gobierno porteño que decidirá qué empresas estarán a cargo por cuatro años de un servicio que suma cuestionamientos. Las organizaciones sociales ya habían advertido que la licitación estaba hecha a medida para esas empresas y ahora se conoció que, en efecto, son las mismas que llevan adelante el servicio desde hace dos décadas y que acumulan denuncias por proveer alimentos escasos y en mal estado. La oposición porteña, que presentó un proyecto de ley para modificar el sistema, señaló ahora que el GCBA "prioriza seguir con un negocio para pocos".
La licitación en marcha por los servicios de desayuno, almuerzo y refrigerio de los colegios porteños está abierta desde febrero de este año. Mientras se espera que la Comisión Evaluadora decida qué empresas quedan a cargo durante el período 2022-2025 de la alimentación de cerca de 240 mil chicos y chicas, las organizaciones realizaron un informe detallado sobre el proceso y sus ofertantes. "Se trata de las mismas 19 empresas denunciadas en múltiples oportunidades por familias, docentes y hasta organismos públicos como la Auditoría de la Ciudad por el pésimo servicio que brindan", explica el informe elaborado por el Observatorio del Derecho a la Ciudad, la Cátedra de Ingeniería Comunitaria y el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas.
Hace unos meses este diario relevó varias de las denuncias de familias y comunidades educativas de las escuelas porteñas. Sandwiches con una feta de queso, frutas en mal estado, carnes duras, crudas o directamente reemplazadas por ingredientes más baratos, son algunos de los "alimentos" que día a día llegan a los comedores. En marzo de 2020, por caso, casi cien alumnos se intoxicaron por alimentos en mal estado en escuelas de Caballito y Palermo. El servicio de esos colegios estaba a cargo de Lamerich, una de las empresas que se mantiene desde hace años y que aparece en la nueva licitación, según recabaron las organizaciones que también presentaron una acción judicial para intentar frenar el proceso licitatorio.
Además, advirtieron que "en esta licitación sucedió algo nunca visto: estas 19 empresas ofertaron exactamente los mismos precios para cada uno de los servicios. Todas cotizaron cada desayuno a 35,57 pesos, cada almuerzo a 302,95 pesos y cada refrigerio a 105,17 pesos". El informe firmado por Jonatan Baldiviezo, María Eva Koutsovitis y Alejandro Volkind, agrega que esto sucedió porque "el GCBA estableció un precio mínimo que las empresas pueden ofertar", algo que calificaron como "inaudito". Según señalaron, la situación abre dos posibilidades: "El GCBA pierde recursos al garantizar mayor rentabilidad a las empresas o acordó con las empresas un valor y luego se elaboró el pliego hecho a medida para justificar legalmente dichos valores con el establecimiento de precios mínimos".
La continuidad de "un negocio para pocos"
"La Ciudad prioriza seguir con un negocio para pocos", consideró en este sentido el legislador porteño del Frente de Todos (Fdt), Matías Barroetaveña, quien presentó un proyecto de ley para modificar el sistema de comedores escolares junto a la legisladora Ofelia Fernández.
Barroetaveña dijo a Página/12 que, al continuar con las mismas empresas, el GCBA "desaprovecha una oportunidad extraordinaria para resolver dos problemas". Por un lado, señaló, se pierde la posibilidad de "mejorar la calidad de la alimentación en los comedores escolares, que desde hace décadas son denunciados por la mala calidad y cantidad de sus raciones. Por otra la posibilidad de haber hecho una contratación de cooperativas y cooperadoras escolares que multiplicaría los empleos".
Es que el proyecto del FdT incorpora a la economía popular y a las cooperadoras como posibles gestoras del servicio, priorizando que los alimentos provistos sean agroecológicos. En la actualidad, existen cuatro experiencias de gestión de los comedores por parte de cooperadoras. Una de ellas, la de la escuela Álvarez Thomas del barrio de Agronomía, es modelo por la incorporación de alimentos sanos, frescos y saludables. En 2020, el GCBA intervino esa cooperadora por un supuesto "incumplimiento de las normas contables" que, sin embargo, nunca comprobó y las familias denunciaron que se trató de un "ataque" para "disciplinar" a la cooperadora organizada por fuera de los mandatos del Gobierno. Recién a fines del año pasado, tras quince meses de intervención, las familias pudieron recuperar el control.