El contrato para el aprovisionamiento de los caños para el gasoducto Néstor Kirchner (tramo Tratayén- Saliquelló) fue suscripto este jueves por las autoridades de la estatal Energía Argentina SA (Enarsa) y de SIAT SA (del grupo Techint). Pocas horas después, el juez Daniel Rafecas decidió archivar la causa por la denuncia presentada por la oposición contra el proceso licitatorio, señalando que no había elementos para la acusación. Y por la tarde se produjo la tercera novedad del día en torno a la obra: el Directorio de Enarsa resolvió declarar desierta la licitación por las válvulas, al considerar que ninguna oferta cumplía con los plazos requeridos en los pliegos. La consecuencia será un nuevo llamado a licitación, respecto del cual las autoridades de la empresa aclararon que no implica ninguna demora en el cronograma previsto para poner el gasoducto en servicio ("apto para funcionar"), como fue planificado, a partir del 20 de junio de 2023.
La contratación de la provisión de la cañería es uno de los aspectos clave para la realización en tiempo y forma de la obra. Se trata de 582 km de cañería de 36 pulgadas y otros 74 km de 30 pulgadas, que la empresa SIAT podrá empezar a fabricar desde este momento. La otra contratación clave es la obra civil, consistente en la excavación y preparado de todo el recorrido que deberá hacer el gasoducto desde Neuquén hasta el oeste de la provincia de Buenos Aires.
El pliego de la licitación de la obra civil fue publicado en el Boletín Oficial el 3 de junio, y la fecha límite para la presentación de las ofertas fue fijada en el 8 de julio. Se estima que las obras ya podrán estar adjudicados, y los contratos respectivos listos para la firma, a mediados de agosto. A partir de ese momento, se podrían poner en marcha las obras. En Enarsa confían en cumplir con los plazos previstos para poder contar con el gasoducto operando ya en el próximo invierno.
La obra civil está dividida en tres tramos, cada una de las cuales se adjudicará a un contratista distinto. Los pliegos establecen que sólo podrán tener participación en dos tramos las empresas constructoras favorecidas, si se asocian en una UTE (unión transitoria de empresas) dos adjudicatarios de tramos consecutivos para hacer las obras de ambos entre los dos. Pero la idea es que, en cualquier forma, una vez firmados los contratos, "existan simultáneamente seis frentes de ataque iniciando las obras, trabajando en los extremos de cada uno de los tramos", describió una fuente de Enarsa.
“La firma de este contrato es un hito fundamental para este proyecto transformador, que sin dudas va a marcar el rumbo de la Argentina en los próximos 25 años y nos encamina hacia la soberanía energética”, afirmó el presidente de Energía Argentina, Agustín Gerez, en referencia a la provisión de los caños. El costo de este contrato fue estimado en 500 millones de dólares, de los cuales SIAT asignará unos u$s 220 millones a la compra de chapas de acero a otra filial de Techint en Brasil, para la construcción de los tubos en Argentina.
SIAT logró la autorización del Banco Central para acceder al mercado único de cambios y comprar las divisas a precio oficial para pagar la importación de la chapa. Esta situación motivó un comentario de la vicepresidenta Cristina Kirchner, en oportunidad de la celebración del centésimo aniversario de la creación ded YPF, acerca de los privilegios que reciben y las condiciones que imponen empresas como Techint. Vale recordar que la reacción de Matías Kulfas, entonces ministro de Desarrollo Productivo, ante ese señalamiento terminó con el pedido de renuncia deAlberto Fernández a dicho funcionario.
La obra civil tiene un costo previsto de 220 mil millones de pesos, equivalentes a algo más de 1700 millones de dólares al valor oficial actual del mayorista. El pliego presenta la obra en 5 renglones distintos, que corresponden a cada uno de los tramos o componentes de la obra civil a realizar. Uno de esos renglones (el quinto) corresponde a la construcción de una planta compresora, que posibilitará el bombeo del gas.
Se estima que el gasoducto podrá estar transportando gas producido en Vaca Muerta para el invierno de 2023 (julio a septiembre), cuando ya se encuentre "apto para funcionar", aunque no esté terminada completamente la obra civil. El APF (apto para funcionar) debería alcanzarse al 20 de junio del año próximo, lo cual le permitiría al país ahorrar entre 1300 y 1500 millones de dólares de importaciones, que serían sustituidas por producción propia. Según aclararon autoridades de Enarsa, el funcionamiento del gasoducto sería posible aun cuando no esté declarado el "fin de obra", porque podrían quedar pendientes tareas de superficie (señales de seguridad, levantamiento de los obradores) que se pueden realizar con el gasoducto ya funcionando.