Quedó atrás en el tiempo, pero hubo una vez un rumor latente, que aparecía de tanto en tanto, acerca de una incierta camioneta que merodeaba los barrios para secuestrar niñas y mujeres con destino de trata. La Trafic blanca. Superada esa leyenda urbana, quienes trabajan hoy sobre la desaparición de personas divisan una forma emergente de este delito. Las "micro desapariciones", le llaman. Ausencias repentinas y temporarias, de unos pocos días, que denotan un problema más complejo: la explotación, el narcomenudeo, la drogadependencia. El Estado todavía no advierte ese trasfondo cuando una familia acude a él (fiscalías, policía) para denunciar y activar una búsqueda de paradero. Y en Rosario, por cada fin de semana, suele haber unas 30 personas en búsqueda. Las víctimas recurrentes: adolescentes, jóvenes, mujeres en mayoría. En el país hay 19.000 personas en búsqueda de paradero.
Ese fue el rasgo saliente en el temario de la Mesa Municipal contra la Trata que se reunió la semana pasada y donde se pusieron en tela de juicio los protocolos que ejecuta cada organismo interviniente en el tema. El objetivo es mejorar el acceso a la Justicia y la reacción de las agencias estatales ante cada caso, cuando se trata de encontrar a una persona. Por eso concluyeron en "diseñar una clara guía de actuación que acompañe los protocolos y la elaboración de una campaña pública de difusión de los canales de denuncia, asesoramiento y acompañamiento ante una situación de estas características", informaron.
De la Mesa participan la Secretaría de Género y Derechos Humanos, Dirección de Infancias y Familias, Concejo, Centros Territoriales de Denuncia, Ministerio de Seguridad, Defensoría del Pueblo, Ministerio Público Fiscal provincial y federal, y el Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata y Explotación de Personas (Celtep) del gobierno nacional, entre otras áreas del Estado.
"En Rosario notamos un fenómeno que también pasa en el Gran Córdoba: las microdesapariciones, búsquedas de paradero de una mujer joven o adolescente de poco tiempo. Desaparece un viernes y aparece a los 2 o 3 días. Y también personas que vuelven al cabo de algunas semanas o algunos meses", reveló Nicolás Del Mastro, delegado de Región Centro en el Celtep. "Es un fenómeno muy vinculado a la narcocriminalidad, el narcomenudeo. Son personas que están en situación de consumos problemáticos, situaciones como se llamaba al 'soldadito' de un bunker, o el 'delivery' de drogas. Situaciones asociadas a ese ámbito".
Las búsquedas de paradero que se activan cada semana –de a 30 casos en Rosario, según el cálculo de las organizaciones que intervienen– suelen referir a adolescentes víctimas de una lógica de captación para el narcomenudeo. El problema es que la Justicia no vincula una cosa con la otra. Buscar una persona, hasta ahora, es competencia de la Unidad de Flagrancia del MPA provincial. Procuran que el Estado aquí articule entre sus partes e intervenga de manera inteligente.
"Estamos tratando de que la Justicia empiece a ver el tema de esta manera. Un pibe en un esquema de narco delivery que desaparece de su ámbito educativo, de su familia, de su entorno, claramente es indicio de una situación de explotación. Una captación que representa un trabajo con horarios, cumplir con cierta recaudación, delinquir para pagar lo que deben por su consumo problemático de sustancias. Son sistemas que necesitan cuerpos de personas, adeptos", abundó Del Mastro.
"Cuando los CTC están cerrados, la denuncia la toma la comisaría, y ahí hay que ver el tiempo que pasa hasta que llega al MPA. Horas que pueden ser clave para hallar a la persona –continuó–. Es preciso que Flagrancia notifique al finalizar cada turno de fiscalía cuáles son las búsquedas activas porque no se hace. Debemos incorporar a los protocolos de búsqueda la hipótesis de la captación de las personas como víctimas de la trata y la explotación. Es el menor de los casos, porque hoy la captacion de personas se da con consentimiento, pero el Estado no puede ignorar la más grave de las posibilidades".
Entre el Celtep y la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario organizan una capacitación para adecuar esta perspectiva. "Vemos esta particularidad en todo el país, pero en Rosario la atraviesa la narcocriminalidad", marcó.
"El Estado registra la búsqueda de paradero de una persona, pero casi siempre hay todo un trasfondo mucho más denso para visualizar y abordar. A veces al Estado no le importa demasiado si una persona mayor de edad se va de su casa. A veces hay mal manejo de la información. El Estado siempre debe trabajar sobre la peor hipótesis, y esto es que la persona es víctima de un delito complejo. Aunque en la estadística solo el 3% de las personas en búsqueda son víctimas de trata, es complejo porque hoy en este delito muchas veces la víctima consiente la captación, por diversos factores, un consumo problemático de sustancias, un enamoramiento, una oferta engañosa de trabajo", analizó.
El acceso a una respuesta eficaz del Estado no es igual para todos. Quienes trabajan en el tema perciben que si la persona a buscar es de un sector socioeconómico acomodado, o al menos incluido, es la propia familia la que despliega sus vínculos y contactos, activa una búsqueda por iniciativa propia y apura el hallazgo. Un ejemplo reciente fue el de una pareja de jóvenes que desapareció en una semana desde la Facultad de Ingeniería y fue localizada en Puerto San Martín.
Para las familias de sectores excluidos, la búsqueda es más ardua. "Su posibilidad es solo cortar una calle o publicar en redes sociales para impulsar la búsqueda de una persona. Porque va a la comisaría y no le toman la denuncia, porque a la noche o en el fin de semana no tiene otra chance, porque no internaliza acudir al Centro Territorial de Denuncias, que además funciona de lunes a viernes y hasta las 20. Situaciones en las que el Estado se retira, pero las mafias siguen activas", señaló Del Mastro.
"Por eso es preciso insistir con hacer la denuncia, no esperar como suelen decir en la comisaría, ir al CTC. Debemos articular un sistema de consulta ágil con todo lo que pasa en Rosario. La búsqueda de paradero hoy no se investiga como un delito, porque no lo es, pero sí tiene todos los elementos para presumir que detrás hay una situación vinculada al delito", enfatizó el delegado del Celtep.
Cuando la persona desaparecida es mayor de edad, alrededor suele haber factores que pueden servir para la búsqueda y no demorar en explorar esos indicios. Algún antecedente penal, por ejemplo. Y si se trata de una mujer, muchas veces hay registros previos de violencia de género. "Esas desapariciones tienen alto riesgo de terminar en un femicidio", alertó Del Mastro. Ejemplo de esto fue la búsqueda de paradero de Nora Escobar, que el mes pasado desapareció en Granadero Baigorria y resultó que su pareja la había asesinado y enterrado en el patio de la casa.