Maya Rudolph no tendrá el bigote de Richard Pryor, pero en Loot (Apple TV+) cuenta con su propia Lluvia de dólares (Walter Hill; 1985). En aquel largometraje, un don nadie debía gastar un millón de dólares por día en un mes para acceder a una herencia de varios ceros más. Y vaya si Molly Novak -dueña de 87 billones de billetotes con la cara de Washington- sabe despilfarrar. “Esa película era tremendamente graciosa, y cuando pensás en algo así sabés que querés ver la exageración de la vida de un millonario y todo lo que viene con ella. Ahí está lo divertido”, le dijo a Pagina/12 la actriz de Damas en guerra e Idiocracy. La plataforma de streaming estrenará los tres primeros episodios el próximo 24 de junio, seguido de un nuevo capítulo cada viernes.
Su criatura en Loot es la clase de persona que puede darse el lujo de colocar una fuente de chocolate en su jet, regalar tostadoras de oro a mujeres carenciadas, contar con un chef estrella como cocinero o tener una habitación con dispensers de golosinas donde puede comer y llorar sin que nadie la juzgue. Es que Molly está atravesando un redituable divorcio tras descubrir que su esposo (Adam Scott), la estaba engañando con “una vagina de 25 años”. “Sos la cornuda más famosa del planeta”, le recordará un personaje. Los derroches en público encontrarán un nuevo cauce en una fundación benéfica que, para su absoluto desconocimiento, presidía.
Este segundo acto en su vida incluye un redescubrimiento personal entre gastos suculentos y el choque con quienes están al frente de su fundación, especialmente, con la sensata Sofía Salinas (Michaela Jaé Rodriguez). Según los creadores de la serie, Alan Yang (Master of None, The Good Place) y Matt Hubbard (30 Rock, Parks & Recreations), gran parte de la serie es el feedbback entre ambas. “La presencia de Michaela es muy fuerte, trasciende la pantalla, y hace al personaje más creíble por su dignidad y la sensación de que es alguien que ha vivido lo suyo, lo cual está bueno para su dinámica. Su personaje es el único que se planta como un igual a esta ricachona”, plantea Yang.
Para Rudolph, el gancho de Loot es el contraste entre la pompa de su personaje y su propio interior. “Desde que me contaron la idea supe que podía ser muy graciosa, pero lo que más me interesaba descubrir quién era esta persona. ¿Qué podemos hacer para que sea más cercana? Porque la idea de por sí puede no serlo. Así que se trató de encontrar un balance”, opinó la comediante con un largo historial en la pantalla chica (Saturday Night Live) y el cine (en la reciente Licorice Pizza fue dirigida por su esposo, Paul Thomas Anderson).
Antes de Loot, los responsables de la serie habían trabajado con Rudoplh en Forever. Si allí la atraparon en un purgatorio junto a su esposo, aquí está reclusa de su patrimonio. Entre la fábula y la sátira sobre “la rica también llora”, Rudolph se destaca con un rango que va del deadpan a la desazón más profunda, abrazar la tontería absoluta o el sinsentido. A veces todo eso sucede en una misma escena segundos. “Su estilo es indefinible, puede componer todo. Pasa de insultar sin culpa a estar en las raíces de una emoción, y eso no es fácil. Le tirás cualquier pelota y la agarra. Hay muy poca gente que puede hacerlo por separado y ella puede hacer todo el espectro”, dijeron los hacedores de esta reversión de Lluvia de dólares. “Definitivamente la tuvimos en cuenta con los guionistas”, dijo Hubbard entre risas. “Creo que esta serie y esa película hablan de lo absurda que pueda llegar a ser la riqueza, compartimos el mismo ADN. Molly tiene mucho de todo y eso empieza a afectarle de manera negativa. Espero que el programa muestre como puede corregirse un poco en el camino”, cerró Yang.