Desde Roma
Después de las recientes elecciones municipales italianas en las que el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) vio disminuir considerablemente el consenso conseguido, esta semana se le agregó otro problema que ha puesto en crisis el partido creado por el cómico Beppe Grillo y que podría tener consecuencias también para el gobierno del primer ministro Mario Draghi - del que el M5S forma parte- en un momento de total inestabilidad a causa de la guerra en Ucrania.
Las críticas del M5S apuntaron la semana pasada contra el actual ministro de Relaciones Exteriores Luigi di Maio, miembro del Movimiento, porque está a favor del envío de nuevas armas de parte de Italia a Ucrania, cosa que el M5S rechaza ampliamente poniendo el acento en la necesidad de intensificar el trabajo diplomático para conseguir un acuerdo de paz.
En efecto, en las reuniones que la Unión Europea realizará el 23 y 24 de junio sobre este tema, los países miembros deberán expresar su opinión. Pero antes la posición de Italia deberá ser aprobada por el Parlamento, probablemente el martes.
A causa de las diferencias dentro del M5S, fue convocado el domingo a la noche una reunión de urgencia de los 14 miembros del Consejo Superior del M5S para decidir sobre Di Maio. Muchos pensaron que Di Maio sería expulsado del partido. Pero no lo fue aunque se habla ya de una posible división dentro del Movimiento.
Sobre el nuevo envío de armas negado por el M5S, Di Maio escribió en una nota: “La próxima semana el Parlamento italiano votará una resolución sobre la posición que llevará el gobierno a las reuniones sobre este tema de la Unión Europea (UE). Como ministro del Exterior he reiterado y continuaré reiterando que Italia no puede permitirse tomar posiciones contrarias a los valores Euro-Atlánticos. Valores de democracia, de libertad, de respeto de la personas y defensa de los Estados”. Y continuó: “todos buscamos y queremos la paz. Mientras tanto Putin sigue bombardeando Ucrania, ignorando el pedido de la comunidad internacional de sentarse a negociar”.
Y ante un escenario de este tipo, dijo también Di Maio, “los dirigentes de la primera fuerza política en el Parlamento (el M5S) deciden atacar al ministro de Exteriores y llevar adelante posiciones que ponen en dificultad al gobierno italiano en la sede de la UE. Una actitud poco madura que tiende a crear tensiones e inestabilidad en el gobierno. Un hecho muy grave”.
A las palabras de Di Maio respondió el presidente de la Cámara de Diputados Roberto Fico, también del M5S. “Estamos desilusionados y enojados” con Di Maio. El Consejo Nacional, luego de la reunión del domingo, emitió un comunicado en el que calificó a las palabras de Di Maio como “irrespetuosas y no verdaderas”, respecto a la política exterior llevada adelante por el Movimiento que “nunca ha puesto en discusión la colocación de Italia en el contexto de la Alianza Atlántica y de la Unión Europea”, subrayó.
En una resolución que los senadores del M5S estaban preparando se había subrayado la importancia de que el gobierno no procediera a enviar nuevas armas a Ucrania, lo que “podría facilitar una intensificación del conflicto dejando de lado una solución diplomática”. Otras cosas solicitadas al gobierno eran la “consolidación de una acción diplomática coordinada que dé nuevo impulso a las tratativas de paz a fin de conseguir un cese del fuego. También se pedía que la UE se transformara en el principal actor diplomático y garantía del apoyo económico, humanitario y sanitario al pueblo ucraniano.
Por lo que se sabe hasta ahora, la UE ha enviado armas a Ucrania por valor de al menos 2.000 millones de euros, Estados Unidos por valor 4.600 millones de dólares y el Reino Unido por valor de 1.000 millones de dólares.
El futuro del M5S
Di Maio, que dentro de pocos días cumple 36 años y ha sido uno de los más jóvenes vicepresidentes de la Cámara de Diputados, viceprimer ministro, ministro del Trabajo dos veces y ahora ministro del Exterior, según algunos medios periodísticos tiene un largo camino por recorrer todavía. Nacido en Avellino, cerca de Nápoles, empezó a estudiar ingeniería informática y luego Leyes en la Universidad de Nápoles. Pero nunca terminó. Trabajó como periodista por un breve período.
Algunos ya lo dan, aunque es sólo una hipótesis, como fundador de un nuevo partido de centro, al que se llevaría a sus seguidores del M5S. Y se aliaría con varios personajes de la política italiana que pertenecen a pequeños partidos o se han alejado de sus partidos originales. Al parecer Di Maio se entiende muy bien por ejemplo con el alcalde de Milán, Giuseppe Sala, ubicado en un área socialista y ecologista, con el alcalde de Parma que acaba de terminar su mandato, Federico Pizzarotti, un ex M5S, y con otros alcaldes de importantes ciudades de Italia como Florencia, Venecia y presidentes de regiones como Emilia Romania y Liguria. Las suposiciones publicadas por el prensa llegan aún más lejos asegurando que Di Maio estaría dispuesto a aliarse con el Partido Democrático (que hoy también forma parte del gobierno) pero sin el M5S.
Pero la salida de Di Maio de su partido podría provocar no pocos problemas de equilibrio dentro del gobierno de Draghi, ya que el M5S o incluso otros partidos que forman parte, podrían pedir entre otras cosas su renuncia como ministro.