Rosario recuperó su acto por el Día de la Bandera con casi todos los pasos habituales de esa ceremonia, que se había interrumpido durante los dos años más crudos de la pandemia. Ocurrió sin la presencia del presidente Alberto Fernández –había estado el miércoles en Santa Fe–, y con un público ralo que sí aumentó a medida que el sol entibió el parque nacional a la Bandera y que el humo sabroso del torneo de asadores a la estaca se impuso por encima del humo de las quemas en el humedal de enfrente. En medio de todo eso, Omar Perotti y Pablo Javkin se mostraron en sintonía de unidad para los discursos y sin chicanas. 

El intendente sí apeló en un mensaje tácito al gobierno nacional para que refuerce las condiciones para combatir el crimen organizado y la violencia urbana. "Rosario, que le da tanto a Argentina, necesita que Argentina la defienda mejor", dijo. Y le prodigó un palo a formas sensacionalistas de la política, acaso a su ex socia Elisa Carrió con quien en la semana sostuvo un picante contrapunto: "Los gritos que escuchamos desde el centro del país no sirven. Esa es la forma de la decadencia política de los últimos 20 años", dijo luego en rueda de prensa al pie del Monumento. 

El día patrio fue de menor a mayor, y culminó con una fiesta total de música junto al río Paraná, con Jorge Fandermole y Soledad Pastorutti como números fuertes de un programa que atrajo a miles al Monumento y coronó un fin de semana largo de gran afluencia turística.

Pero antes fue la hora del protocolo y los discursos de rigor, donde la miga política quedó en boca del intendente. El gobernador se abstuvo de polémicas y apeló a un discurso de unidad, incluso a "juntarse con el que piensa distinto para construir".

A falta de cualquier enviado del Ejecutivo nacional, la cabeza del acto quedó en Perotti y Javkin. El intendente, como anfitrión de los fastos, enumeró por un buen rato las virtudes de la ciudad y de su gente, y así calzó el reclamo de su discurso.

"Pero también tenemos un problema muy grande, somos una ciudad que quiere ser de paz pero vive amenazada por bandas mafiosas que son sus armas y su mugre arrebata la vida de nuestros pibes. Necesitamos unión y decisión. Cuando escuchamos los gritos desde el centro del país, no nos sirve. La única pelea que debemos dar es contra esos mafiosos que crecen a costa de la pobreza y la falta de oportunidades de nuestros chicos y chicas. Rosario no tiene justicia, ni policía, ni cárceles; pero reclama a quienes sí las tienen. Pedimos ayuda, no me avergüenza decirlo, pedimos con energía que se haga lo que hace falta y urgente", planteó Javkin. Y completó: "Rosario, que tanto le da a Argentina, precisa que Argentina la defienda con todo los recursos a su alcance. Merecemos poder caminar la calle, estudiar, trabajar y crecer en paz".

Más tarde, en rueda de prensa, el jefe municipal reforzó su apelación. "Necesitamos que nos cuiden de la mejor manera, y que se controle fuerte lo que pasa en las cárceles. Esta semana hemos tenido 3 esclarecimientos de hechos de bandas que incluyen casi 140 delitos organizados por personas detenidas. Que la cárcel sea la cárcel y no que la calle sea la que la sufra. Planteamos una agenda de trabajo con Nación, Provincia y las fuerazas de seguridad", dijo.

No hubo reproches acerca de la ausencia del Presidente y de cualquier otro emisario del Gobierno central. "Es importante que el Presidente esté, pero a veces se puede y otras no", contempló Javkin. Y Perotti, parecido: "Cuando estuvo esta semana no tenía definido si vendría o no, pero un fin de semana largo como este se utiliza para juntar equipos puertas adentro. Seguramente de eso se ha tratado", suavizó.

El gobernador, por su parte, valoró la recuperación del acto presencial, y exhortó a seguir el ejemplo de Manuel Belgrano. "Por postulados como los del prócer, Santa Fe hoy es la provincia con mayor producción y trabajo registrado. Somos el motor productivo de nuestro país", dijo Perotti y por eso abogó por "más federalismo para integrar territorio y equilibrarnos en población".

En ese marco, consideró que "puntos de vista diferentes siempre habrá, pero eso no debe ser impedimento para desarrollarnos. O por el contrario tendremos una economía estresada y eso genera más tensión".

"Debemos unir, construir con el que piensa distinto –postuló Perotti–, si no, obtendremos el mismo resultado. Cada oportunidad que se le abre a un joven es una puerta que se le cierra al delito. En un país con muchas divisiones hay algo que supera todo: nuestra bandera, nuestro amor por Argentina".