La pelota la tuvo Racing. Pero los goles los hizo Gimnasia. La Academia volvió a pagar con una derrota por 3 a 1 la endeblez de una defensa que volvió a dar ventajas y a transmitir una inequívoca sensación de inseguridad. Es todo un dato que Racing haya cerrado el partido con una posesión de 75 a 25 sobre Gimnasia. Porque no generó situaciones en esa proporción abrumadora. Cada vez que el equipo de La Plata pudo cortar y contratacar rápido desde la mitad de la cancha, puso en evidencia la lentitud de una línea que no funcionó nunca con cuatro, tres y cinco hombres en el fondo. 

Gimnasia arrancó ganando a los 6 minutos del primer tiempo con un gol de Eric Ramírez, tras un córner de Alemán desde la izquierda y un cabezazo de Ramón Sosa que no pudo retener Gastón Gómez. Enzo Copetti empató a los 25 con una buena definición y a los 35, el propio Alemán, tras un empujón de Mura a Sosa dentro del área anotó de penal el 2 a 1.

En el segundo tiempo, el árbitro Falcón Pérez no cobró un penal de Piris a Copetti que puso muy nervioso a todo Racing. Entraron Vecchio y Cardona, pero no se pudo recuperar fluidez en el manejo de la pelota. Y a los 32 minutos con un gran tiro libre desde 25 metros, Alemán aseguró la victoria gimnasista.

Racing volvió a evidenciar los mismos problemas que lo han dejado afuera de la Copa Sudamericana y la Argentina. Mucha tenencia de la pelota, pero poca definición. Y una defensa que achica a espaldas de los volantes pero a la que resulta muy sencillo desbordar por los costados y que termina siempre corriendo de atrás. Si pretende no perder terreno y dar pelea por el título, el técnico Fernando Gago deberá balancear su equipo y defender de mejor manera. Los que van, no vuelven. Y para apretar mas arriba necesita hombres más rápidos que puedan recuperar posiciones en corto tiempo y defender con la cancha de frente.

Ni siquiera los ingresos en el segundo tiempo de Vecchio (por Rojas, que volvió a salir lesionado) y de Cardona por el lateral Mena (que había jugado un buen primer tiempo) alumbraron a un ataque racinguista que volvió a depender de las embestidas de Copetti. En función de lo mucho que tuvo la pelota, Racing generó muy pocas llegadas claras. Si además, cuando lo atacan o contraatacan defiende muy mal, no debería extrañar que Gimnasia, con un esquema simple y práctico, con la velocidad de Chávez y Sosa por los costados y la calidad del uruguayo Alemán, haya ganado un partido en el que aprovechó todo lo que Racing le ofreció en las dos áreas.