La vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, volvió a aparecer públicamente. Lo hizo en un plenario de la CTA en Avellaneda, junto al secretario general de la central, Hugo Yasky y el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat y exintedente del municipio, Jorge Ferraresi. Durante su discurso, la expresidenta puso nombre y apellido a los problemas que sufre la economía argentina. También dejó importantes definiciones para entender los debates que existen dentro del oficialismo. Más allá de los cuestionamientos implícitos al presidente Alberto Fernández al decir que "para ganar una elección y no cambiar nada es mejor quedarse en la casa"; que "los que tienen miedo de tomar decisiones que se busquen otro trabajo", y de opinar que "este es un Estado estúpido", con funcionarios que "tienen miedo y no tienen voluntad de cambiar las cosas", aclaró que "la unidad del FdT nunca estuvo ni estará en discusión". 

Después de hacer un repaso por las últimas crisis que transitó el capitalismo en lo que va del siglo XXI --la crisis de 2008; la provocada por la pandemia de covid y la desatada por la guerra entre Rusia y Ucrania--, CFK explicitó que su discurso iba a girar sobre las causas de la inflación y desmintió que los números tan altos sean culpa del déficit fiscal. La vicepresidenta utilizó pantallas para mostrar gráficos que indicaban que la Argentina no se encuentra en el ranking de países con más déficit fiscal --dentro de los países del G20--. CFK dejó en claro que "el proceso ultrainflacionario que estamos viviendo es producto del endeudamiento criminal del macrismo"

“En el ranking de países evasores Argentina ocupa el tercer puesto. En nuestro país, la recaudación representa el 28 por ciento del PBI cuando debería representar el 45 por ciento. Junto a este podio de países evasores tenemos otro podio: en los países con formación de activos en el exterior también somos terceros. Miren qué casualidad”, dijo. “No nos faltan dólares, están afuera. Ese es el problema que hoy tenemos. La escasez en dólares y la economía bimonetaria. No es que no haya o nos falten o que la economía argentina no produce. Produce dólares que se evaden“, puntualizó.

Según comentó la vicepresidenta, en Argentina 600 empresas explican el 75 por ciento de las exportaciones y el otro 25 por ciento de las importaciones lo explican 24 mil empresas. "No es tan difícil controlar esto”, dijo sobre las diferencias en el plano económico que tiene con el Presidente y con su equipo. Destacó que "hay un festival de importaciones", y que "el gobierno debe pensar cómo articular mejor el Banco Central, el ministerio de Producción y la AFIP". CFK volvió a hablar de Techint, pero a diferencia del discurso en YPF, en esta ocasión lo hizo de forma explícita: “Si tenés una empresa multinacional de la magnitud de Techint y además tenés la posibilidad de hablar con sus directivos, pedile que los 200 millones de dólares que les tienen que pagar a su subsidiaria de Brasil, la financien ellos o pidan un crédito en el BNDES y entonces no hay que darles 200 millones de dólares a $127. Estas cosas son también usar la lapicera”, aclaró.

Para graficar la gravedad que implica la no toma de definiciones, CFK comparó: "¿Qué pasaba si San Martín hubiera pensado en la correlación de fuerzas? no hubiese cruzado la Cordillera. Este país existe porque hubo hombres y mujeres que no pensaron en la correlación de fuerzas e hicieron lo que había que hacer". Como consigna expresó que "debemos apelar a nuestras mejores acciones y convicciones, no nos olvidemos de dónde venimos y por qué ganamos. No es mi voz, es la de los que queremos representar a la gente". La presidenta del senado también repitió que "hay que tener funcionarios que funcionen y que se sienten a discutir, no a agachar la cabeza".  Sin embargo, tras ponderar de forma positiva la incorporación al gabinete del nuevo ministro de producción, Daniel Scioli, y de Guillermo Michel, como nuevo titular de la Dirección General de Aduanas, resaltó que "tengo expectativas de que esto se puede enderezar, pero tenemos que ponernos de acuerdo en el criterio".

Antes del mediodía, el galpón ubicado en el parque municipal de Avellaneda, comenzó a colmarse de cientos de delegados y delegadas de la CTA que llegaban con sus banderas y pecheras. La mayoría venía de distintas provincias y había entusiasmo. "Avellaneda cuna de la resistencia"; "Juventud trabajadora"; "Empoderar a les trabajadores, emancipar la patria", consignaban algunas banderas que los militantes colgaban de las paredes. También había mujeres con remeras que tenían la cara de Cristina y la de Milagro Sala. La canción que más sonó fue: "Cuánto te falta para entender que no fue magia, nos conduce una mujer". Cerca de las 16 la vicepresidenta llegó acompañada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

En las primeras filas se ubicaron dirigentes de la CTA como Roberto Baradel y Sonia Alesso. También hubo sindicalistas de la CGT como uno de sus secretarios generales, Pablo Moyano, Omar Plaini, Víctor Santa María y Sergio Palazzo. Del gabinete nacional estuvieron los ministros de Defensa, Jorge Taiana y de Cultura, Tristán Bauer; la titular de ANSES, Fernanda Raverta y el secretario de derechos humanos, Horacio Pietragalla Corti, entre otros. También los legisladores Ofelia FernándezMariano Recalde, Daniel Gollan y Leopoldo Moreau. En representación de los intendentes del conurbano estuvieron Mayra Mendoza; Mario Secco; Fernando Espinoza y Mariel Fernández.

En otro tramo CFK denunció al poder Judicial. "Los jueces y los fiscales aparecieron en el mundo de las importaciones. Entre enero de 2021 y marzo de 2022 salieron del país 1.847 millones de dólares de importaciones autorizadas por jueces y fiscales a través de amparos". En esa línea, ironizó con los dichos del presidente de Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz. "Donde hay necesidad de dólares habrá un juez y un fiscal para darles dólares a los importadores; si la necesidad es del pueblo no hay derecho; si la necesidad es de los poderosos hay jueces y fiscales. No hay Poder Judicial, hay partido judicial", enfatizó.

Al final del discurso, la vicepresidenta dedicó unos minutos a las últimas marchas de los movimientos sociales pidiendo más planes. "Los piqueteros son hijos de las políticas neoliberales de los 90, no del peronismo", aclaró y recordó que "cuando asumió Néstor había 2 millones 200 mil planes, cuando nos fuimos quedaban 220 mil". En esa línea, añadió que "hoy tenemos un 7 por ciento de desocupación, pero a diferencia de 2015 tenemos 1 millón 300 mil planes. Con este número de desocupación debería haber menos". "El Estado debe recuperar el control de las políticas sociales. No pueden seguir tercerizadas", como reclaman al Presidente distintos gobernadores y subrayó que "el peronismo es trabajo".

Repercusiones

Desde Casa Rosada comentaron a este diario que el discurso de la vicepresidenta "fue interesante y aporta ideas al debate". Sin embargo, aclararon que "no es de afuera porque ella también forma parte del gobierno". Leyeron como positivo que CFK haya dicho "que bajó la desocupación y que le gusta Scioli" y que no haya mencionado el acuerdo con el FMI, ni cuestionado el aumento de tarifas.  

En diálogo con Página12 el diputado y dirigente de la CGT, Walter Correa, opinó tras el discurso que "significó un baño de realidad para muchos compañeras y compañeros que estaban un poco distraídos". "Hay que hacer lo que tenemos que hacer y este es el momento si queremos ganar en 2023"Pietragalla Corti, en tanto, agregó que "tenemos que tener la grandeza de escuchar a la mayor dirigente de nuestro país y la humildad para poder generar los cambios que está exigiendo la sociedad porque nos queda poco tiempo". Para Carlos Bianco, este "debate a cielo abierto" del oficialismo se da porque "no hay un mecanismo de debate institucionalizado". "Hoy Cristina hizo un diagnóstico muy claro de la situación, de cuáles son los problemas de la economía argentina y de cuáles son los caminos a seguir. Si hay decisión política se puede empezar mañana mismo a cambiar todo lo que ella planteó", dijo. 

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