El nivel de desempeño de los estudiantes en las pruebas Aprender, tomadas en diciembre de 2021, muestra una disminución en el proceso de aprendizaje en el área de lengua y un promedio estadístico más estable en matemática, informó este martes el Ministerio de Educación de la Nación. La variación en el proceso de “comprensión lectora” y los niveles de lectoescritura –respecto a las muestras realizadas en 2016 y 2018--, definen en este muestreo censal, realizado en las 24 jurisdicciones provinciales, este retroceso, señaló el ministro Jaime Perczyk al presentar los resultados ante la prensa en el primer piso del Ministerio de Educación.
Estos resultados se explican por “los dos años de pandemia, pero también por los antecedentes” destacó el ministro en alusión a los cuatro años de políticas recesivas implementadas durante el macrismo, que afectaron “las condiciones sociales de los chicos” explicó. De ahí que entre las decisiones tomadas para revertir esta tendencia, se destaque una mayor distribución de libros por alumnos, un mayor nivel de conectividad, y aplicar un aumento en los días y horas de clases. También se considera el ingreso al sistema educativo en niños de 3 y 4 años, para potenciar su desempeño futuro.
La prueba, realizada en el área de lengua y matemática en estudiantes de sexto grado de la educación primaria fue realizada por 623.558 estudiantes de 19.639 escuelas. De estos establecimientos el 61,03 por ciento corresponde a escuelas urbanas y 38,97 por ciento a escuelas rurales. Del total, además, 81,04 por ciento son estatales: 15.913 establecimientos. Y un 18,97 por ciento son privadas, esto es: 3.725 escuelas. En tanto la distinción por genero marca un 43.45 por ciento de estudiantes mujeres, un 41,97 por ciento de varones, y un 14,49 por ciento que no definió una identidad de género.
Los resultados
El resultado de las pruebas Aprender 2021 “midió la pandemia y sus consecuencias” señaló Perczyk, de ahí que muestre “los problemas derivados de la pandemia” sostuvo. Pero también carga con importantes “antecedentes” afirmó. En ese sentido destacó que “veníamos de cuatro años de desfinanciamiento en el área, y también incide cómo afectan las condiciones socioeconómicas” de las familias, al proceso de aprendizaje.
Sin embargo, Perczyk enfatizó en el nivel de participación, que creció respecto a los muestreos anteriores. Tanto a nivel de los estudiantes –82,3 por ciento en 2021, contra 78,7 en 2018 y 70,8 en 2016--, como respecto a los establecimientos educativos que alcanzaron en 2021 un 93,3 por ciento. Aun cuando la comunidad educativa estaba transitando un final de año difícil "por la vuelta a la presencialidad" luego del confinamiento sanitario, la alta participación “es muy satisfactoria”, sostuvo el ministro ante la consulta de Página/12, y agradeció “especialmente a los docentes y a los estudiantes que se involucraron” en la medición.
Este nivel de participación permitió cotejar y comprobar resultados. También elaborar políticas públicas destinadas a subsanar los retrocesos evidenciados ya que, si bien en matemáticas, el puntaje medio de los estudiantes muestra un resultado estable respecto a los últimos dos muestreos, la variación en lengua advierte una tendencia desfavorable evidente.
En lengua hay un aumento del nivel “por debajo del básico” y del nivel “básico”. Así, un 22,3 por ciento de los estudiantes no alcanzó el punto base necesario, y el 21,7 por ciento que sí alcanzó el "nivel básico", queda detrás del 17,6 de 2018. En el nivel “satisfactorio” en el desempeño en lengua, el 33,6 por ciento de esta muestra es menor al 39,9 de 2018. Y en el nivel de resultados “avanzado”, el 22,4 por ciento queda muy por detrás del 35,4 de 2018.
Restituir derechos
Revertir este proceso llevará mucho tiempo “porque destruir es fácil, pero construir lleva mucho tiempo”, puntualizó el ministro Perczyk en la presentación de estos resultados en el Ministerio de Educación. Junto a Perczyk se encontraban la secretaria de Educación Silvina Gvirtz, al secretario de Evaluación e Información Educativa Germán Lodola y el secretario del Consejo Federal de Educación Héctor Mango, entre otros miembros del gabinete ministerial.
En relación al deterioro de la comprensión lectora, el ministro se encargó de destacar la incidencia del nivel socioeconómico de los hogares, ya que esta práctica responde a procesos grupales y familiares. Hay un “nivel educativo en las familias y sobre todo en las madres”, que incide “en la comprensión lectora” más que en el resultado de las operaciones matemáticas, explicó Lodola. Para evaluar el “índice económico del hogar” de las y los estudiantes, se trabajó una encuesta donde se les preguntó a los chicos entre otros ítems por nivel educativo de los padres y por la existencia de ciertos bienes con los que cuenta la familia. “Entre ellos, los libros” puntualizó Perczyk.
De ahí que se ha definido una serie políticas públicas destinadas a reparar el deterioro derivado de las condiciones de educación no presencial impuestas por la pandemia de coronavirus durante 2019 y 2020, sumado a lo desandado en materia socioeconómica de la administración macrista. Entre ellas, se impone la necesidad de “aumentar los días y horas de clases”. Además, destacaron la decisión de acercar materiales educativos: esto implica tanto la entrega de libros como las posibilidades de conectividad. Para esto ya está en marcha una inversión de más de seis millones de pesos para la compra y distribución de libros. “No solo educativos, también textos literarios que serán entregados a cada alumno, para potenciar la presencia de libros en los hogares” detalló Silvina Gvirtz.
Así, frente a resultados que comparativamente son similares a lo evaluado en CABA, donde la comprensión lectora va en retroceso, la decisión de la cartera educativa de Nación es "asumir el problema y dar soluciones desde nuestro gobierno". Sin cargar sobre los estudiantes ni los docentes que en CABA deben lidiar ahora con la prohibición del lenguaje inclusivo, Perczyk señaló: “Hay que comprar más libros y que los estudiantes puedan llevarlos a los hogares, hay que tener más horas de clases y también hay que subir el piso de la edad en que se ingresa al sistema”.
Se evalúa para este último punto, la posibilidad de aumentar el nivel de ingreso al ámbito escolar a niñas y niños de 3 y 4 años. “Que entren antes al sistema educativo, permitirá un mejor desempeño a futuro” sintetizó el ministro.