Carlos Tevez asume su primera experiencia como director técnico avalado por su extraordinaria carrera futbolística. Llega a Rosario Central como la fachada de un operativo político, comercial y deportivo en gran escala que involucra al propio presidente de la AFA, Claudio Tapia y a Cristian Bragarnik, el empresario más astuto, audaz e inescrupuloso del fútbol argentino. La apuesta es diversa y de resultados imprevisibles: si sale mal, será para Tevez y Bragarnik, un paso en falso. Y a Central le irá peor de lo que ya le va. Si sale bien, Tevez se posicionará como un gran candidato para dirigir a Boca en un futuro más o menos cercano. Central saldrá del fondo del pozo en el que se encuentra. Y Bragarnik incorporará un equipo grande y pasional a su cada vez más amplia cartera de negocios con la pelota de por medio.
La decisión de contratar a Tevez en medio de una crisis institucional y futbolística que demora en resolverse, parece ser para Central un salto al vacío de derivaciones imprevisibles. Da la impresión de no ser este el mejor momento para traer un cuerpo técnico sin experiencia. No hay nada consistente por detrás de la imponente figura del ídolo. Lo rodean tres de sus hermanos, cuya mayor cercanía con el fútbol es precisamente esa, la de ser hermanos de una celebridad, uno de los preparadores físicos de la reserva de Boca, y Carlos Retegui, que también hará sus primeras armas luego de haber ganado una medalla dorada como técnico del equipo masculino de hockey sobre césped en los Juegos de Río 2014. Y haber dirigido el seleccionado de hombres y el de mujeres de ese deporte en los Juegos de Tokio 2021.
Por lo que ha trascendido, en el reparto de tareas Retegui tendrá a su cargo los trabajos de campo y el trazado de la estrategia y la táctica para cada partido. O sea, será el verdadero técnico en funciones. Tevez también opinará sobre jugadores y planteos. Pero lo suyo será eminentemente motivacional. Tratará de recrear una mística ganadora que se ha perdido. Y absorberá las presiones que bajarán de las tribunas calientes del Gigante de Arroyito y recorrerán las calles de una ciudad apasionada como Rosario que respira fútbol a cada paso.
Tal vez por esta razón, algunos dirigentes de Central encabezados por el vicepresidente Ricardo Carloni a la cabeza, aceptaron la sugerencia de Claudio "Chiqui" Tapia de ir a buscar a Tevez. Y descartaron a un hombre de la casa como Pablo "Vitamina" Sánchez. Creen que, más que un técnico experto, el aura ganadora de Tevez, el magnetismo de su figura que moviliza mucho mas allá del fútbol y atrae la atención de los grandes medios de Buenos Aires es lo que se necesita para zafar en este momento. ¿Alcanzará con eso? ¿Sabrá como tensar las fibras emocionales de los jugadores? ¿Cómo reaccionará el plantel a la conducción de un técnico de hockey sobre césped? ¿Vendrán los jugadores que comprometió Bragarnik? Todo está por suceder. Tevez inicia su carrera como director técnico. Y eso asegura ruido del grande, por ahora no hay nada más que eso.