Un equipo de investigadores descubrió un bosque fosilizado en posición vertical de una antigüedad estimada en 290 millones de años en el sur de Brasil. El hallazgo es de vital importancia puesto que es considerado como una "ventana al pasado" para el estudio de la evolución de las plantas.
Compuesto por un conjunto de 164 troncos de licófitas (sin frutos, flores ni semillas), con una variedad extinguida, es el bosque fosilizado "más importante en el hemisferio sur", por cantidad y calidad de la preservación, explicó Thammy Mottin, geóloga y doctorada de la Universidad Federal de Paraná, quien lideró la investigación con colaboradores de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul y la Universidad de California.
"Con una edad estimada en 290 millones de años, estas plantas representan formas muy primitivas en la historia de la Tierra", destacó Mottin, que estudia el periodo posglaciar, en el cual el clima se volvió más cálido y propicio al surgimiento de bosques densos como este.
El descubrimiento en el municipio de Ortigueira, en el estado de Paraná, da "acceso al modo cómo las primeras plantas colonizaban el ambiente, cómo se distribuían en el espacio (...) y la interacción con el entorno", entre otros puntos, evaluó.
Si bien el hallazgo científico fue difundido recientemente por la prensa brasileña, el bosque de Paraná fue descubierto a finales de 2018, cuando se abrió en la zona una ruta para dar acceso a una planta industrial. Los geólogos habían ido hasta allí para estudiar las rocas expuestas, pero, para su sorpresa, se toparon con un bosque fosilizado.
Entonces, comenzó una larga investigación, publicada en febrero en la revista científica Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, del grupo holandés Elsevier, y tomó conocimiento masivo en los últimos días.
La peculiar preservación de este bosque fue posible gracias a que los árboles "fueron soterrados rápidamente cuando estaban vivos, y fueron cubiertos progresivamente por sedimentos, hasta que murieron por asfixia", explicó Mottin.
El evento que "prácticamente congeló ese bosque de la forma que era" fue una gran crecida de un río en cuyas márgenes se encontraban los árboles, determinaron los investigadores.
A lo largo de la historia, solo hubo otros dos hallazgos similares en el hemisferio sur, pero de menores dimensiones, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul (sur) y en la Patagonia argentina.