El impuesto a la renta inesperada tiene la capacidad de ofrecer un salto de progresividad para el sistema tributario local. Así lo indicó un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda, en el cual se estimó que se recaudarán unos 200 mil millones de pesos. La cantidad de empresas alcanzadas por el impuesto sería de 350 firmas.
En el documento se subrayó que este gravamen no es una anomalía argentina sino una discusión que ocurre a nivel global y cuenta incluso con el apoyo de organismos como el Fondo Monetario Internacional. "El conflicto bélico entre la Federación Rusa y Ucrania iniciado en febrero de 2022 provocó que se disparen los precios internacionales de muchos bienes, sobre todo combustibles y commodities", señaló la Universidad de Avellaneda para darle argumentos a las necesidades de implementar el tributo.
El documento realizó un repaso por estos incrementos extraordinarios en precios del petróleo y el gas, la soja, el trigo, el aceite de girasol y el maíz, entre otros. "Mientras los sectores productores de estos bienes tuvieron un importante aumento en sus ingresos, otros sectores económicos vieron aumentar sus costos, y la enorme mayoría de la población sufrió una pérdida de poder adquisitivo", indicó el trabajo de la casa de estudios.
En el detalle de la medida sobre la renta inesperada se indicó que se buscará gravar con un pago adicional del 15 por ciento y de única vez parte de las ganancias de las empresas beneficiadas por el salto de los precios internacionales. Se trata de una ganancia que no fue fruto de mayores inversiones de capital ni de un aumento en el esfuerzo humano. Simplemente son producto de la coyuntura. "El impuesto a la renta inesperada puede aportar a una mayor progresividad en el sistema impositivo argentino", subrayó la Universidad de Avellaneda. Ponderó que este tipo de medidas también comenzaron a implementarse en países como Italia y Reino Unido con un esquema muy similar.
El informe considera también que el propio Fondo Monetario se mostró a favor de esta clase de herramientas para incrementar los ingresos del sector público. “El FMI también avala este tipo de impuestos, donde se grava ganancias generadas por circunstancias excepcionales como la guerra", se indicó.
Otro de los puntos para argumentar la medida fue que “en Argentina el peso de los impuestos a los ingresos de empresas respecto del PIB es bajo en comparación con otros países”. Se detalló que a nivel local las compañías tributan impuesto a las ganancias por el equivalente al 5,4 por ciento del Producto Nacional. Se trata de una cifra que en el promedio de los países de la OCDE es más del doble, al ubicarse en torno del 11,2 por ciento del PIB. En el informe de la Universidad de Avellaneda se mencionó que los ratios argentinos también se ubican por debajo del promedio regional.
En el detalle de la implementación de la renta inesperada el documento recordó que “la sobrealícuota planteada es del 15 por ciento, y se calcula sobre la diferencia entre la ganancia real del presente ejercicio económico respecto del ejercicio anterior (no sobre la ganancia total)”. Se mencionó además que las empresas alcanzadas serán aquellas que en el ejercicio actual obtengan una ganancia superior a 1000 millones de pesos y que cumplan 1 de las siguientes 2 condiciones: a) que la ganancia del ejercicio sea superior al 10% de los ingresos; o b) que la ganancia del ejercicio actual sea un 20 por ciento mayor que la del ejercicio anterior, en términos reales.