La familia de Lola Chomnalez espera que la fiscalía apele el fallo del juez que absolvió ayer al cuidacoches Ángel Moreira por el encubrimiento del crimen de la adolescente argentina en 2014, en la playa uruguaya de Barra de Valizas. El hombre al recuperar su libertad, dijo que "casi me matan en la cárcel" y que durante un tiempo durmió en una bolsa de basura.
"La pasé mal, casi me mataron, pero bueno, la fui llevando. Pasé dos meses en el calabozo durmiendo en una bolsa de basura", dijo en las últimas horas Ángel Moreira, alias "El Cachila", en declaraciones al canal Subrayado de Uruguay al salir de su lugar de detención.
Consultado sobre los motivos que lo llevaron a estar imputado y detenido por el crimen "El Cachila" explicó que lo "llevaron drogado, hasta las manos" a declarar. "Dije cosas que no debí decir", aseguró.
"Nunca tuvieron pruebas contra mí", indicó Moreira, quien recordó que hace tres años y medio no puede ver a sus hijos y que durante este tiempo también sufrió distintos problemas de salud.
Juan Willman, uno de los abogados de los padres de Lola, dijo a Télam que esperan que la fiscal Jéssica Pereira apele el fallo de primera instancia del juez letrado del 1º turno de Rocha, Juan Giménez Vera. El letrado recordó que la causa se lleva adelante con el procedimiento penal uruguayo anterior, por lo que no hay "querella de parte" y ellos dependen de lo que disponga la fiscalía.
"Es un fallo de primera instancia, esto es apelable. Suponemos que la fiscalía va a apelar e irá todo al Tribunal de Apelaciones", señaló el abogado.
Mientras que la fiscal señaló en declaraciones a El Observador que analiza apelar el fallo, pero que primero tiene que estudiar los fundamentos del magistrado.
De hecho, Pereira había solicitado al juez que condene al "Cachila" a diez años de prisión por "encubrimiento".
En su sentencia de 58 páginas, el juez Giménez Vera sostuvo que "no existe medio probatorio alguno" que posibilite responsabilizar a Moreira del delito de "encubrimiento, ni de cualquier otra conducta penalmente reprochable". También remarcó que el peritaje psiquiátrico a "Cachila" arrojó que "presenta una tendencia a la mitomanía".
"La conducta de A. E. M. M. (iniciales de Moreira) no resulta atrapada en el tipo penal del delito de encubrimiento, dado que no conoció la existencia del delito anterior, ni ayudó, colaboró contribuyó o facilitó a su autor, con la finalidad de sustraerlo de la acción de Justicia", abundó.
Luego, el juez refirió que el acusado dio tres versiones distintas del hecho y que su descargo en determinados tramos y cuestiones puntuales "carece de espontaneidad verosimilitud".
"La sola voz de A. E. M. M., relatando hechos poco creíbles, por un lado, y contradictorios con respecto a las pruebas que se han acumulado, demuelen cualquier estructura seria que pretenda responsabilizar con certeza jurídica a una persona de la comisión de un delito", afirmó.
En tanto, por el crimen de la adolescente continúa detenido Leonardo David Sena (39), quien, según el juez Giménez Vera, "es quien depositó su material genético en la escena del hecho, es decir, en la toalla que estaba en el interior de la mochila que llevaba Lola en su interior el día que falleció y en su documento nacional de identificación argentino".
"Está científicamente ubicado en el lugar del crimen. Reconoce haber tomado contacto con las pertenencias de Lola y que sustrae dinero de la mochila, reconoce lo que es imposible no reconocer porque la evidencia científica lo coloca en ese lugar, pero niega la autoría del crimen", manifestó el abogado Willman cuando detuvieron a Sena en mayo último.
Lola (14) viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, quien se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevich, y el hijo de éste.
Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos. Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en distintas partes del cuerpo. Para la fiscalía, la adolescente trató de escapar corriendo de sus asesinos, fue alcanzada, herida con un arma blanca y golpeada en la cabeza para finalmente morir asfixiada cuando, ante sus probables pedidos de auxilio, le apretaron la cara contra la arena.
"El Cachila" fue detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre ya que dio negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en los objetos de la víctima, pero en 2019 la Justicia uruguaya lo volvió a imputar y lo detuvo como encubridor al concluir que "estuvo presente antes, durante y después del homicidio" de la adolescente.