El flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, debutó con una agenda de cinco reuniones con sectores empresarios variados y funcionarios nacionales, en el marco de un proceso de construcción de poder político como base para encarar reformas que harán ruido en algunos de los antes mencionados. Sobre todo en lo vinculado a la sintonía fina que se viene en materia de permisos para importar: aquí se abordó la cuestión de sub y sobrefacturación, irregularidades que están en estudio en el Gobierno. Esta agenda se plasmó en las en reuniones express de no más de una hora con la CAME, CGERA, la mesa chica de la Unión Industrial (UIA), el ministro de Agricultura, Julián Domínguez y el presidente del banco BICE, José Ignacio De Mendiguren.
Fue el "Vasco", este viejo conocido suyo, el primer directivo del sector financiero con el que charló, por dos ideas. La primera, Scioli quería interiorizarse de las líneas de crédito disponible y, en segundo término, sigue firme la idea de un Banco de Desarrollo. Corría el año 2022 cuando De Mendiguren era ministro de la Producción y Scioli secretario de Turismo. En aquellos años -en los que al ahora titular del BICE lo criticaban por el tipo de cambio y a Scioli le elogiaban el boom turístico precisamente por el dólar- se forjó un vínculo que terminó en amistad.
En esa mesa también hablaron de importaciones, de la existencia de irregularidades, sub y sobrefacturación, que "ya se están corrigiendo". Según supo Página I12, habrá prioridades: primero garantizar divisas al que exporta y entra dólares, luego a los sectores industriales que sin esas divisas se caerían. No sería extraño, según contaron a este diario fuentes oficiales, que la brecha actual entre el dólar blue y el oficial termine generando en el Gobierno la idea de corregir algo más que las importaciones fabriles. En los pasillos se habla de los "verdes regalados" a las compras con tarjeta en los free shops. Según el Gobierno, los que viajan al exterior no hacen las compras afuera sino acá, a un dólar subsidiado.
Cerca de las tres de la tarde, el auto del ministro recaló en el ministerio de Agricultura de la calle Paseo Colón. Scioli llegó acompañado por Guillermo Merediz, secretario Pyme y ex funcionario de él en su gestión bonaerense. El dato es político, porque lo quiere cerca y tendrá al sector como eje de su gestión. El contacto con Domínguez, en tanto, marca la idea de romper la lógica de Producción desacoplada de lo agropecuario. "Argentina naturalmente tiene integrada la actividad del campo, de la industria y el comercio. Hay un gran esfuerzo del Gobierno Nacional para acompañar el desarrollo de cada actividad y contamos con todas las herramientas para optimizar a todos los sectores productivos para que sigan creciendo", dijo Scioli en esa reunión, que no duró más de media hora.
En la misma línea, Domínguez aseveró que "estamos construyendo una política de estado para la organización del sistema cooperativo. Esto cambia el eje de la política agropecuaria". Esta apelación del ministro viene a cuento de que se trabajó en base a un nuevo encuadre para las cooperativas agroalimentarias donde se las evalúe por la constitución de productores y no por su facturación final, lo que les permitirá acceder a los beneficios del Certificado Pyme. De esta forma, se fomenta la incorporación de mayor cantidad de pequeños productores, la integración y el acceso a esquemas de financiación a tasa bonificada para productores asociados en cooperativas.
La agenda con los empresarios
Por la tarde, en las reuniones con empresarios, hubo algunas propuestas concretas para la cuestión de las divisas, que todos coinciden en que son escasas. Lo más llamativo fue lo que ocurrió en CGERA, donde la entidad propueso “una declaración jurada cada 30 días de las Pymes que necesiten importar un insumos o materias primas que no se produzcan en el país, destinadas a la fabricación del producto final y que no superen el 25 por ciento de la facturación mensual". Según consignó su titular, Marcelo Fernández, este mecanismo podría dar certidumbre en materia de importaciones.
En la conversación que mantuvo con la UIA, en tanto, quedó en claro que los dólares "hay que cuidarlos", y los ceos admitieron que "son escasos". En la mesa rectangular del salón central de la sede de Avenida de Mayo se congregaron su presidente, Daniel Funes de Rioja; el secretario Miguel Ángel Rodríguez; el textil Jorge Sorabilla; Eduardo Nougues, de Ledesma; el presidente de UIPBA, Martín Rappallini y el empresario del café Martín Cabrales, entre otros. Scioli llevó, de nuevo, a Merediz, y al secretario de Industria, Ariel Schale, confirmando que ambos seguirán en sus cargos.
“La industria tiene las soluciones que el país necesita. Conozco las dificultades que enfrentamos y quiero que las encaremos juntos”, dijo Scioli, y agregó que “la actitud constructiva del sector industrial le hace bien al país”. Con algunos de los industriales de UIA Scioli se verá jueves y viernes en Mar del Plata, cuando participe del encuentro de la Pastoral Social, en el que también estará Funes de Rioja