María Soledad Ledesma denunció el 5 de marzo de 2020 a Daniel Zelaya por abuso sexual con acceso carnal. En los últimos días se conoció que Zelaya, que había sacado licencia de su función como concejal por la capital, fue nombrado en el Gobierno provincial.

El anuncio lo hizo el gobernador Raúl Jalil durante el fin de semana largo en una entrega de Viviendas.

"Me siento indignada por el encubrimiento", le dijo Soledad a Catamarca/12. Además posteó en sus redes: "Recibí 26 mensajes de amigos de Catamarca contándome que a mi abusador lo premiaron con el cargo de Secretario de la Vivienda ( ... ) A pesar de estas noticias deprimentes, me reconforta el saber que ninguno de ustedes se olvidó que este despiadado abusó de una niña de 8 años, no de la mujer empoderada en la que me convertí. Eso quiere decir que por más que mi causa duerma en un despacho de algún juez la sociedad toda no se olvida y me escribe para hacerme saber que mi objetivo se cumplió, todos los que miran su rostro recuerdan que están al frente de un VIOLADOR".

El derrotero de la causa es largo. Soledad pidió en varias oportunidades a la Justicia de Tucumán actuar con perspectiva de Infancia y de género, teniendo en cuenta su edad al momento en que describe que sucedieron los hechos.

"Formalizamos la denuncia penal por abuso en contra de DGZ, por un delito cometido cuando la víctima contaba con 8 años de edad, extendiéndose hasta los 12 años de la víctima", explicó la querella a Catamarca/12 .

La denuncia fue desestimada y archivada por prescripción. "Agotada la vía local, interponemos queja directa ante la CSJN por denegacion de recurso, estando a consideración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde la fecha", explicaron desde la defensa de Soledad. 

La espera interminable de quienes padecieron el abuso, sigue revictimizando hasta que la Justicia actúa.

Un estudio reciente de especialistas de la Universidad Nacional de La Rioja, profundizó sobre las culturas de la violación. 

En el trabajo, destacadas profesionales e investigadores de cuestiones de géneros, plantean la existencia de una cultura de sostenimiento colectivo de la violación en nuestras sociedades, y mencionan a los sistemas políticos, la Justicia o la Iglesia como instituciones que históricamente han sostenido la cultura de la violación.

Además, sitúan que quienes sufrieron abusos, se vuelven sobrevivientes en la medida en que sus denuncias comienzan a ser realmente escuchadas.

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