En el Día Internacional de la Pizza, Malena convocó a su Comité de Especialistas Gastronómicos para que nos regalen la receta de la pizza argentina.  El veredicto fue unánime: la pizza creación argentina es la Fugazzetta, en este caso rellena de tango.  Como sabemos, los comités de Malena (tanto sus especialistas musicales como gastronómicos) son amantes del tango, la comida y de las historias incomprobables. En esta ocasión aseguran  que es la receta de la fugazzeta que el mismo Zorzal comía. No sabemos si es cierto, lo que sabemos es que sale riquísimo.

Ingredientes
Para 4 fugazzetas grandes o para 2 gigantes.
30g levadura fresca o 10-12g. levadura seca
1 cda de azúcar
1kg de harina 0000
20g de sal
1 chorrito de aceite de oliva (opcional pero aconsejable)
550-600ml de agua
Para cada pizza: de 2 a 5 cebollas grandes
Para rellenar: jamón y mozzarella (bastante, unos 250gramos)
Para la fugazza con queso: 200g. mozzarella

Para la masa

En un vaso con parte del agua tibia agregar la levadura desarmándola con las manos, amplias como patios. Sumamos media cucharada de azúcar, dos cucharadas de harina y revolver hasta que se integre bien, como dos bailarines que se aman.
Hacer la clásica corona con la harina y poner la sal por arriba. En el centro va para quien le guste un chorrito de aceite de oliva .
Ahí es el momento de sumar la levadura.
Mezclar e ir poniendo el agua tibia de a poco.

es momento de escuchar un poco de música y para afirmar el amor lo nuestro nada mejor que un buen tango cantado en japón.

Amasar por 10 o 15 minutos . Luego colocar la masa con un buen chorro de aceite. Tapar y dejar reposar.

Una vez que esté hecho, dividir la masa en la cantidad de bollos según la cantidad de pizza que quiera hacer

Armado de la fugazza y la fugazza con queso

Estirar dos de los bollos y dejar levar por aproximadamente media hora y llevar a horno para que haga piso.
Agregar cebolla a gusto, a la fugazza con queso por arriba agregarle mucho queso mozzarella en cubitos pequeños para que se derrita de amor
Llevar a horno fuerte, nada de Horacio Salgán, hasta que se derrita el queso. Sacar del horno y espolvorear con orégano y un chorrito de aceite de oliva.
Servir.
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y escuchar todo el tango posible

Si llega a salir mal, ya saben la otra opción: