El fracaso de Theresa May de intentar ampliar su mayoría en el Parlamento británico es una buena noticia para quienes aspiramos que el Reino Unido acepte la resolución 2065 de las Naciones Unidas e inicie el diálogo bilateral con Argentina por la Soberanía en las Islas Malvinas. El fortalecimiento de la figura de Jeremy Corbyn al frente de un laborismo que retoma sus banderas históricas, también.
Esta nueva situación muestra que la estrategia de Mauricio Macri de ceder a los reclamos del colonialismo británico, como lo hizo con la firma del vergonzoso acuerdo con Theresa May (con el que acepta modificar las leyes argentinas para "remover los obstáculos" con el objetivo de permitir que se apropien de las riquezas naturales de nuestra Plataforma Continental que pertenecen a 40 millones de argentinos), igualmente está condenada al fracaso. El debilitamiento de la posición colonialista británica a partir del Brexit; la irrupción de un amplio sector de la opinión pública en el Reino Unido que se manifestó a favor de posiciones pacifistas y abiertas al diálogo (particularmente entre los jóvenes) y la enorme solidaridad internacional recogida por la Argentina en el trabajo diplomático de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández abren una oportunidad histórica para reiniciar el diálogo.
Este 10 de junio, día de la afirmación de los derechos argentinos sobre Malvinas, es una buena ocasión para reclamarle al Gobierno que vuelva a colocar esta causa como una política de Estado. Ello exige posiciones firmes, consecuentes y abiertas al diálogo para hacer realidad que nuestra bandera vuelva a flamear en las Islas Malvinas como desde 1833 vienen reclamando el pueblo argentino y todos los pueblos del mundo que consideran que no hay lugar para el colonialismo en pleno Siglo XXI.
* Diputado del Parlasur y ex secretario de Estado para la cuestión Malvinas.