La Secretaría de Comercio Interior integrará los dos fideicomisos del trigo que apuntan a contener el impacto del aumento del precio internacional del grano en la mesa de los y las argentinas. Para seguir subsidiando el precio del paquete de harina 000 y los fideos secos, que hasta junio lo hacía el Fondo Anticícilico de subsidios cruzados entre privados, incorporarán esos productos al Fondo Estabilizador de Trigo Argentino (FETA) financiado por el aumento de dos puntos en los derechos de exportación de derivados de soja. La normativa saldrá publicada en los próximos días para que se efectivice la integración en julio.
El gobierno lo había adelantado apenas cambió la gestión de Comercio. El de los fideicomisos "es un esquema que va a seguir. Se puede mejorar pero creemos que es útil", confirmaron en su momento desde las oficinas de Economía. Las autoridades alertaron que el Fondo anticíclico -el más pequeño, destinado a financiar la harina de trigo tipo 000 de uno y cinco kilos y los fideos secos de 500 gramos, un kilo y cinco kilos con recursos privados- se estaba quedando sin fondos para seguir funcionando debido a los aumentos de los precios internacionales.
El financiamiento de 25 millones de dólares del Fondo Anticíclico se consiguió con el 1por ciento de valor FOB (valor de la mercancía puesta a bordo de un transporte marítimo) de las exportaciones de maíz y derivados de trigo. Estaba contemplado para que funcione durante un año, pero se acabó en apenas cuatro meses dado el aumento de los precios por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Una de las alternativas evaluadas por las autoridades era la de pedir más fondos frescos a los privados. Sin embargo, y tras una reunión con los involucrados, decidieron ampliar el FETA, el estatal creado dos semanas más tarde con financiamiento de la suba de los derechos de exportación de derivados de soja. De esta manera, el gobierno se asegura que los productos seguirán siendo subsidiados sin depender de la negociación con los privados.
Las casi 30 empresas que actualmente participan del fideicomiso privado tienen la posibilidad de integrarse al público en calidad de participantes. Desde el gobierno confían en que va a haber adhesión ya que quienes queden afuera tendrán que ofrecer un precio mayor dada la estructura de costos y, a la larga, no les terminará conviniendo. Sin embargo, entre las reacciones empresarias, también hay quienes desconfían en pasar a integrar un fideicomiso público. Si los tiempos se respetan, a partir de julio quedará vigente sólo el FETA.
Cómo funciona
El FETA se financia con el monto recaudado por el aumento de dos puntos de las retenciones a las exportaciones de derivados de la soja - harina y aceite de soja- en marzo, que calculan que puede llegar a 400 millones de dólares hasta marzo de 2023.
El Estado recauda el dinero y lo transfiere a una cuenta administrada por el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) que es quien le gira el dinero a los molinos interesados en recibir el subsidio. Para recibirlo, las empresas deben anotarse y luego aceptar que las bolsas de harina que vendan tengan la inscripción "Harina Subsidiada por el Estado Nacional" a fin de que el Estado pueda realizar un seguimiento.
El precio de venta de la bolsa es una referencia fijada por el Estado. De acuerdo al decreto la bolsa tenía que volver a valores previos a la guerra, a 1.150 pesos - hoy la pagan más de 2.000-, sin considerar el costo de la entrega, que varía del 3,5 por ciento en CABA y provincia de Buenos Aires al 8 por ciento en la Patagonia.
Con el cambio, además de la bolsa de harina de 25 kilos que elaboran los molinos y le venden a panaderías e industrias alimenticias para elaborar pan y otros productos derivados como galletitas o pastas secas, los fondos deberán utilizarse para subsidiar los paquetes de harina de trigo tipo 000 de uno y cinco kilos y los fideos secos de 500 gramos, un kilo y cinco kilos que antes hacía el privado.
Actualmente hay tres empresas inscriptas: Molino Cañuelas, Molisur y Molinos Florencia. Asimismo, existen cuatro con trámites avanzados que estarían en condiciones de entrar en los próximos días.
Esta herramienta se torna especialmente relevante ya que fue la elegida por el gobierno para desacoplar los precios internacionales de los internos al calor de la suba dada por la guerra entre Rusia y Ucrania. Y aún no termina de implementarse correctamente por la voluntariedad de la medida y la burocracia para aplicarla.
Mientras tanto, los precios de la harina, el pan y las galletitas siguen subiendo: en mayo el Indec consignó un aumento de 10,5 por ciento para la harina común tipo 000, de 7,7 por ciento para las galletitas de agua y de 7,1 por ciento para los fideos secos - por encima de la inflación del mes que fue de 5,1 por ciento-. Como buena señal, el precio del pan francés y el pan de mesa aumentaron 2,2 y 1,1 por ciento en el mes de mayo, respectivamente