Se reunieron los gobernadores y los mandatarios de los BRICS más los de los países observadores. Pero el discurso del lunes de la Vicepresidenta mantuvo su preeminencia en el debate sobre las importaciones y la distribución de los planes. Sin embargo, lo más trascendente fue el pedido de Alberto Fernández para que Argentina se incorpore al grupo de economías emergentes denominado BRICS, un paso hacia la organización planetaria como una globalización multipolar.
La sede de la XIV Cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) fue Beijing, pero se realizó en forma virtual. Alberto Fernández presentó la solicitud formalmente este viernes, como culminación de un proceso diplomático previo que obtuvo el respaldo de Rusia y China. Argelia, Indonesia, Malasia, Tailandia, Nigeria, Egipto, Kazajastan y Senegal también han pedido integrarse y sus representantes participaron en la reunión virtual. Hasta ahora, los cinco países fundantes representan el 42 por ciento de la población mundial y el 24 por ciento del PBI mundial.
La pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, más el desinterés del brasileño Jair Bolsonaro, frenaron el desarrollo de esta alianza que recomienza ahora tras la pandemia y a pesar de la guerra y con la casi segura reincorporación de Brasil a partir de la probable derrota de Bolsonaro y el consiguiente ascenso de Lula. La pujanza de China y la paciente urdimbre de la colosal Ruta de la Seda, a la cual se incorporó Argentina, funcionó en el sentido de las BRICS mientras Occidente entraba en una espiral de crisis económica, social y política.
Argentina en un mundo multipolar
El mundo parece encaminarse hacia la superación del modelo de la globalización neoliberal unipolar para ordenarse en lo que, en los hechos, empieza a ser multipolar y, en la formulación, busca integración y cooperación. En su discurso inaugural, el mandatario chino Xi Jin Ping, presidente pro tempore de este acuerdo de economías emergentes, expresó que “el mecanismo BRICS es una importante plataforma de cooperación y ahora ha entrado en una nueva etapa de desarrollo de alta calidad”.
El surgimiento de esta alianza es consecuencia del debilitamiento de Estados Unidos como único centro de ordenamiento planetario, un esquema que ha generado calamitosas crisis económicas intermitentes desde mediados de los años '90, como si se tratara ya de una crisis permanente. Un mundo multipolar como el que representa la emergencia de los BRICS puede restablecer el equilibrio y la paz, además de plantearse formas de intercambio menos desiguales.
Argentina será incorporada en el transcurso del 2023, en medio de una disputa electoral muy antagonizada en la que incluso estará en juego el modelo de integración mundial al que adscribirá. A diferencia de lo que implican los BRICS, la diplomacia del macrismo se vanaglorió por su sumisión a Washington, gracias a la cual pudo endeudar a varias generaciones de argentinos.
En el Frente de Todos esta política constituye un punto de acuerdo. No hay, o al menos no hubo hasta ahora, voces que plantearan otra vía de integración al mundo. Es un punto de acuerdo importante, quizás subestimado en el marco del debate alrededor de las diferencias.
El debate por la inflación
Con la persistencia de una inflación alta que disminuye apenas por goteo, el debate alrededor de sus causas supera a los demás. Cristina Kirchner apuntó al control de las importaciones, una vía por la que sale a precio oficial gran parte de las divisas que muy esforzadamente acumula el Banco Central. Las compras de energía y las que se deducen del crecimiento de la economía –que sigue a tasas importantes-- justifican una parte. Pero el record de dólares que se gastó en mayo en importaciones supera ampliamente esas dos explicaciones.
Cristina apuntó a la coordinación de las áreas de gobierno que están relacionadas con esa actividad, el ministerio de la Producción, la Aduana y la AFIP. No se trata de una preocupación nueva: los días anteriores habían cambiado los titulares de Producción, donde asumió Daniel Scioli, y de la Aduana, donde lo hizo Guillermo Michel, que ocupó esa lugar en los últimos meses del gobierno de Cristina Kirchner, pero es cercano a Sergio Massa.
La polémica interna que se generó ante la paradoja de un crecimiento de la economía pero con gran desigualdad, tiene impacto en el gobierno. Los recambios están relacionados con el debate, lo cual no quiere decir que los nuevos funcionarios estén alineados con el ala crítica más afín a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Además de coordinación, la vicepresidenta reclamó una intervención más activa del Estado.
“Se trata de hablar, no se trata de pelearse” dijo al recordar su acuerdo con algunas empresas para que equilibraran la importación con exportaciones. El martes publicó que una de estas empresas, que se dedicaba a importar electrónica y para equilibrar se había dedicado a la pesca, había logrado un contrato millonario para exportar truchas a Japón. Ese mismo día hubo una reunión en Olivos de funcionarios de Aduana y Economía y la vocera Gabriela Cerrutti rechazó que hubiera un “festival de importaciones”. Pero es evidente que la cifra que difundió el Indec sobre las importaciones de mayo no fue bien recibida en la Rosada.
El corazón del discurso de Cristina Kirchner en el Congreso de delegados de la CTA que se realizó en Avellaneda fue la carestía de la vida, la inflación y en ese camino desembocó en las importaciones. “Antes de cada salto inflacionario hubo un gobierno neoliberal que sobreendeudó al país”, afirmó. Y recordó que antes de la hiper de fines del gobierno de Raúl Alfonsín, fue el sobreendeudamiento de la dictadura. Y que antes de la crisis del 2001, fue el endeudamiento de los '90 con Carlos Menem y la Alianza. Y antes del pico actual, fue el “irresponsable y criminal endeudamiento de los cuatro años de Mauricio Macri.”
Cristina centró en el macrismo la responsabilidad por la crisis. Y los planteos sobre estrategias del gobierno apuntaron a la ineficiencia para conseguir resultados superadores. Subrayó que no está en discusión la unidad del Frente de Todos, pero se diferencia cada vez que puede, lo cual debería desembocar en un proceso de elecciones internas en el que ella muy probablemente no sea la candidata principal.
Gobernadores y planes sociales
Fuera de esa temática, hizo un apartado para referirse a los movimientos sociales y los planes. Recordó que en su gobierno los planes bajaron porque se creó trabajo genuino. Ahora, la desocupación bajó y ronda el 7 por ciento, pero los planes aumentaron hasta pasar el millón en vez de bajar. Y reclamó que el Estado debería retomar el control de las altas y bajas de los planes.
Este viernes se reunieron 17 gobernadores en el Chaco agrupados por el reclamo de Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno de CABA por el punto y medio de coparticipación extra que le otorgó Mauricio Macri y le retiró Alberto Fernández. Otro ítem de la convocatoria fue el manejo de los planes sociales. Numerosos intendentes apoyaron esta idea.
Si Cristina Kirchner quiso plantear la universalización de los planes, y que el Estado controle el cumplimiento de una contraprestación como se hizo con la AUH, donde no es necesaria ninguna intermediación, el debate se desvió a un plano electoral, donde los movimientos sociales parecieron convertirse en el enemigo. Es la peor forma de debatir la problemática de los planes y los movimientos sociales. Es un debate necesario, pero sacándolo de ese contexto. La militancia de base en los barrios populares constituye la parte más sana de estas sociedades, es la que entiende mejor la ética de la solidaridad y los valores comunitarios.