La Policía de Phoenix, Arizona, dispersó con gas lacrimógeno a un grupo de manifestantes que se había concentrado durante la noche del viernes frente al parlamento estatal para protestar contra el controvertido fallo de la Corte Suprema que anuló los efectos de la sentencia de 1973 en favor del aborto.

Luego de la represión, las autoridades policiales emitieron un comunicado en el que reconocieron haber utilizado gas lacrimógeno, aunque aclararon que se vieron forzados a hacerlo luego de que varios protestantes "intentaran romper el cristal" de los grandes ventanales del parlamento.

Según un video publicado en Twitter por la senadora estatal republicana Michelle Ugenti-Rita, decenas de personas estaban fuera del edificio y algunas de ellas golpeaban con fuerza los vidrios, mientras los agentes les advertían que retrocedieran. Los incidentes derivaron en el uso de gas lacrimógeno y en la interrupción de la sesión

La senadora estatal republicana Kelly Townsend denunció en la red social que los manifestantes estaban manteniendo a los legisladores como "rehenes" dentro del edificio del Senado. "Se puede oler el gas lacrimógeno y los niños de uno de los miembros (del parlamento) están en su oficina llorando de miedo", se quejó.

La policía aseguró que los manifestantes atacaron algunos de los monumentos de la plaza frente al parlamento local, por lo que se volvió a usar gas lacrimógeno para detenerlos.

En el caso de Arizona, ya hay clínicas que han dejado de practicar abortos por miedo a enfrentarse a consecuencias penales. Esos centros de salud temen una ley de 1901, proclamada 11 años antes de que Arizona fuera un estado, y que establece que cualquiera que facilite un aborto puede ser sentenciado a entre dos y cinco años de prisión.

Algunos republicanos de Arizona argumentan que esa ley ha entrado en vigor automáticamente tras el fallo del Tribunal Supremo, aunque los demócratas difieren. Además, existe en el estado otra ley que prohíbe el aborto a las 15 semanas de gestación y que está previsto que entre en vigor en septiembre.

Las protestas contra el fallo que anuló la sentencia Roe vs. Wade se han sucedido por todo el país. Una de las más multitudinarias fue la de Washington, donde centenares de personas se concentraron durante horas frente al edificio de la Corte al grito de "¡Mi cuerpo, mi decisión!" o "¡Abortemos el Tribunal!".

Consignas similares se escucharon en decenas de ciudades. Algunas manifestaciones fueron organizadas por grupos como Planned Parenthood, la organización que gestiona la mayor red de clínicas de salud reproductiva en Estados Unidos; pero otras surgieron de manera espontánea.

Las protestas fueron especialmente numerosas lugares como Nueva York, donde miles de personas se concentraron en el Washington Square Park, una céntrica plaza que tradicionalmente acoge mítines políticos y manifestaciones.


En Los Ángeles, los manifestantes bloquearon el tráfico del centro de la ciudad, mientras que en Filadelfia miles se concentraron frente al emblemático Ayuntamiento y en Austin Texas, hubo una protesta frente a la corte federal. Otros cientos de personas salieron a la calle en Atlanta, Georgia, en dos manifestaciones diferentes que se unieron a los pies del parlamento estatal.

Por otro lado, en Cedar Rapids, dos personas resultaron heridas al ser atropelladas por un coche durante una protesta. En un comunicado, el alcalde de esa ciudad, Tiffany O'Donnell, dijo que la policía estaba investigando el suceso.

El aborto ya es ilegal en nueve estados: Alabama, Arkansas, Kentucky, Luisiana, Misuri, Oklahoma, Dakota del Sur, Utah y Wisconsin. Todos ellos habían aprobado con anterioridad leyes destinadas a prohibir el aborto y que entraron en vigor tan pronto como se hizo pública la decisión del Tribunal Supremo.

Planned Parenthood estima que 26 estados acabarán prohibiendo el derecho al aborto, en cuestión de días, semanas o meses.