En California, Estados Unidos, se llevó adelante este sábado la competencia anual del "Perro más feo del mundo", y su ganador resultó ser un can de raza Crestado chino de 17 años llamado "Sr. Rostro Feliz". Entre los finalistas se encontraban otros cuatro competidores llamados "Cosa Salvaje", "Liberace", "Jinny Lu", y "Mono".
Las imágenes del perro campeón dieron vuelta al mundo por su sorprendentemente afeada apariencia, pero también provocaron ternura y compasión en decenas de miles de usuarios de las redes sociales. El premio mayor obtenido por su dueña en el certamen fue una suma de USD $1500 y un viaje a la ciudad de Nueva York para estar en "Today" de NBC.
El "Sr. Rostro Feliz" es el perro de Jeneda Benally, una mujer que lo adoptó cuando ya tenía una edad avanzada y un aspecto espantoso, señaló el Daily Mail de Gran Bretaña. Su mascota tiene un penacho blanco, una piel oscura y berrugosa, y orejas cortas, pero fue "su alegría" lo que la cautivó.
La emotiva historia de "Sr. Rostro Feliz"
Durante el evento celebrado en la ciudad de Petaluma, la tutora del perro relató cómo llegó "Sr. Rostro Feliz" a su vida y emocionó al jurado. Todo comenzó en una perrera de Arizona, donde los encargados le informaron sobre un perrito anciano con algunos problemas de salud. "El personal trataba de prepararme para lo que estaba por ver", contó Benally, y siguió: "Vi una criatura que de hecho era viejo, necesitaba otra oportunidad y merecía amor", resumió.
Asimismo, la dueña del ganador explicó cómo su mascota se había enfrentado además a una vida de "abuso y negligencia" antes de llegar a su hogar y formar parte de su familia. Tras repasar el historial médico de su peludo amigo, describió sus cualidades: "Sus aficiones son ser intrépidamente adorable, invocar su privilegio de mayor edad entre sus hermanos peludos de 4 y 3 patas y comer cosas apestosas", explicó, de acuerdo con el medio inglés. "No le gusta subir escaleras, llevar pañales, compartir la cama, no ser el centro de mi universo y los besos de mamá", aseguró Benally.
El concurso del perro más feo del mundo se presenta como un espacio para gritar al mundo que "el pedigrí no define a la mascota". Sobre esto coincidieron los organizadores: "Perros de todas las razas y tamaños han calentado nuestros corazones y han llenado nuestras vidas de amor incondicional".
La dueña del campeón confirmó esa idea: "Creo que esta humilde alma también está siendo un ejemplo, de forma sutil, para ayudar a los humanos a darse cuenta de que incluso los perros viejos también necesitan amor y una familia".