Al retirar su Peugeot 208 del playón de la comisaría porteña 41°, dos semanas después de que había denunciado el robo del vehículo, un hombre encontró en el baúl el cadáver de un hombre oculto en una bolsa como las usadas para entrenamientos de boxeo. Los policías no habían detectado ningún olor extraño, pese a que “el cadáver presentaba un estado de descomposición de más de tres días”, según relataron fuentes policiales a PáginaI12. El cuerpo tenía toda la cara encintada –pero sin ninguna herida visible–; al cierre de esta edición, no se había podido establecer su identidad.
El 27 de mayo a la madrugada, cuatro hombres que iban a bordo de dos autos persiguieron durante varios minutos por las calles de Ramos Mejía al conductor de un Peugeot 208. Al llegar a un cruce de calles, los hombres bajaron de sus vehículos, amenazaron al otro conductor y le robaron el auto. Horas después, el conductor se acercó a la seccional 2° de ese barrio para realizar la denuncia. Cuando los agentes tomaron sus datos, enviaron la alerta policial; el 29 de mayo aquel Peugeot tenía pedido de secuestro.
Ayer, el comisario de la seccional porteña 41°, Carlos Villavicencio, llamó al dueño del Peugeot para informarle que hacía dos días una patrulla halló su auto abandonado en la calle Ávalos al 200 –a metros del cementerio de la Chacarita– y le pidió que se acerque al playón judicial de la comisaría para retirar el vehículo. El dueño se presentó, completó los papeles correspondientes, buscó su auto y revisó el interior. Con esa simple acción, detectó lo que ningún policía había alertado: dentro del baúl del auto estaba embolsado el cuerpo de un hombre casi desnudo –solo tenía puesto calzoncillos– con la cara encintada y papel en la boca.
“Los policías que retiraron el auto no olieron nada. Sólo se puede revisar el interior de un vehículo con una orden judicial o, al alertar algo extraño, deben llamar a una fiscalía para que se autorice”, dijo un vocero de la Policía de la Ciudad a este diario. La explicación, contaron los propios oficiales de la comisaría 41°, es que el cadáver estaba cerrado “herméticamente” en una bolsa gruesa de boxeo. Sin embargo, el cuerpo estaba en estado de putrefacción. “Al menos, tres días descomponiéndose”, relató una fuente.
Anoche no se había establecido aún la identidad del hombre muerto.La policía estimó que tendría entre 35 y 40 años, e informó que tenía tatuajes en la pantorrilla y en el hombro izquierdo. La primera hipótesis evalúa que sería un ajuste de cuentas, y por la posición de las piernas y por tener la cabeza hacia atrás, habría muerto de rodillas.