En un raid de entrevistas televisivas que concedió a cuatro canales de televisión, Fernando Farré, el femicida condenado por el crimen de su ex esposa, Claudia Schaefer, reconoció que “evidentemente el asesino (de ella) fui yo, la víctima es ella” pero que, a la vez, “una persona que mata (…) es víctima de su propio acto”. “Estoy convencido de que no soy un femicida”, dijo. A tres días de que un jurado popular lo condenara a prisión perpetua, Farre también se ofreció como chivo expiatorio en las cuatro notas registradas en la Unidad Penal 46 de San Martín: en la última audiencia, dijo, había pensado en “pedirle al jurado que me dé cadena perpetua, pedirle al juez algo que no hay en Argentina que es pena de muerte, por silla eléctrica o colgado sea en la 9 de julio o en el mástil de San Isidro”. Consultado por este diario, el abogado que representó a la familia Schaefer en el juicio, Jorge Sandro, advirtió que “nada de lo que diga Farré con posterioridad al juicio tiene valor legal”, y evaluó que con las entrevistas televisivas “no hizo más que confirmar la mala impresión que dejó durante el juicio”. Curiosamente, en su contacto con el periodismo Farré dio a entender que fue esa, la percepción social que pueda haber construido el proceso judicial de él, la razón que lo llevó a brindar las entrevistas.
Las notas fueron registradas ayer por la tarde en una sala del penal, ubicado en José León Suárez y donde Farré, además de estar detenido, cursa materias de la carrera de Sociología. Según pudo saber este diario, la idea original de la entrevista había sido propuesta por uno de los canales que finalmente la registró, y Farré había aceptado otorgarla de manera exclusiva a esa señal, algo que a último momento resultó no ser así. El abogado que lo representó durante el proceso judicial, Adrián Tenca, en cambio, estaba en contra de que el condenado se encontrara con la prensa, pero un familiar cercano de Farré terminó pautando las entrevistas con distintos canales.
En las distintas entrevistas, Farré intentó desmentir algunos de los testimonios brindados durante el debate oral, en ocasiones ostentando un pequeño archivo periodístico personal (del cual tomaba notas de diarios para leer fragmentos y contradecir la información publicada), pero también información sobre su estado de salud, que describió como frágil. “No sé por qué la maté, entiendo que yo estaba enfermo”, dijo. El condenado también dedicó minutos de aire a contar que en prisión estudia Sociología y que su formación académica es tan vasta que puede manejar cinco idiomas. Además, dijo que la fiscalía erró al decir que él mató a sangre fría, porque “lo que ocurrió fue un acto a sangre caliente”. “A sangre fría se mata por la espalda, en la nuca, con un sicario, sobre seguro, para que nadie lo vea, no delante de la madre y con dos abogados”, advirtió y reiteró que no actuó con premeditación.
“Ahora parece que se acuerda del hecho porque dice que no mató a sangre fría. Si no tiene memoria de lo que pasó, como dijo durante el juicio, ¿cómo sabe”, dijo a este diario el abogado de la familia Schaefer, Jorge Sandro. “El juicio terminó con la sentencia condenatoria, todo lo que ocurra después es irrelevante”, añadió.
Durante las entrevistas, Farré aseguró que la carta a sus hijos que leyó durante el debate oral la tenía desde hacía un año, y que no había podido hacérselas llegar porque su ex cuñada, hermana de Claudia Schaefer, primero había pedido restricción de acercamiento contra la familia Farré y, luego, no accedió a que los chicos se revincularan con ellos. Sin embargo, el abogado Sandro desmintió esa versión: “Nunca hubo perimetral para la familia de él. La única que hubo fue para él y por unos días, nada más. Para su familia no hay restricción. A los chicos no los han visto”.