Desde Alemania
El presidente Alberto Fernández analizó, en el marco de una conferencia de prensa con periodistas argentinos en el G7, la medida que este lunes tomaron el Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) para cuidar los dólares que se destinan a importaciones. Y desligó esa decisión de las críticas recientes de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, sobre que en la Argentina “hay un festival de importaciones”. En paralelo, no confirmó que el cerrojo pueda extenderse a otras formas de gasto en divisas, como las compras con tarjeta de crédito en el exterior.
En una charla con los acreditados a la cobertura que se dio al finalizar sus reuniones bilaterales con líderes del mundo en el Palacio Elmau, Fernández aseveró que “eran medidas que ya veníamos pensando de antes”. “Hoy se tomaron las medidas. Ya las explicaron el presidente del BCRA y el ministro de Economía (ver aparte) y eran medidas que ya veníamos pensando antes. Estábamos esperando que el directorio del Fondo Monetario aprobara el primer trimestre para aprobarlas”. La referencia es para la revisión trimestral del organismo sobre las metas del Facilidades Extendidas con el que Argentina renegoció la deuda contraída por la gestión de Mauricio Macri.
Según el Presidente, hacer antes las medidas de importaciones “hubiese significado un cambio de condiciones respecto a lo que el Fondo había visto y van a ver en el sentido en que se puedan recuperar reservas, que es un problema importante, y también poner en orden las cuentas públicas”.
En esa línea, dejó otro dato fuerte al aclarar que “nosotros no creemos que se pueda vivir eternamente con déficit fiscal, así que eso hay que tratar de corregirlo paulatinamente, no hay que hacerlo salvajemente. Hay que hacerlo sin ajuste, el ajuste no lo tiene que hacer la gente, la economía tiene que mejorar, pero el Estado tiene que hacer su parte y ése es el sentido de las medidas que se tomaron”.
El presidente, por otra parte, se refirió al compromiso de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, de "insistir" ante el directorio del organismo multilateral para que traten la iniciativa que impulsa la eliminación del cobro de sobrecargos.
La Argentina viene reclamando al FMI que revea su política de sobrecargos, que consiste en cobrar una tasa de intereses adicional a la que pesa sobre los préstamos que exceden la cuota de cada país y que implican costos extra en intereses por cerca de 1.000 millones de dólares al año.
El jefe de Estado dijo tener "buenas expectativas" en torno al tema luego de haber dialogado con Georgieva. "En una breve charla, ella me dijo que iba a insistir con el tema para que el directorio del Fondo lo trate. A la pandemia se sumó la guerra. La situación es mucho más grave. Además no fui el único que habló de los países endeudados", señaló.
Fernández aclaró que Georgieva propone abiertamente un replanteo de los Derechos Especiales de Giro (DEGs), que "había que ver cómo aprovecharlos mejor". "Es una pelea que hay que seguir dando. Estamos en un buen camino. No se cambian de un día para el otro", añadió el jefe del Estado.
La estructura de sobrecargos consiste en un cargo adicional de 200 puntos básicos sobre el saldo de la deuda pendiente de pago cuando supera el 187,5 por ciento de la cuota y de 300 puntos básicos si los compromisos se mantienen por encima del 187,5 por ciento de la cuota después de 36 meses.
Como la Argentina accedió a un crédito de 45.000 millones de dólares -equivalente a un 1.000 por ciento de la cuota del país en el organismo, que asciende a casi 4.500 millones- y la tasa de interés estándar del FMI para sus préstamos a los países de ingresos medios y altos es actualmente 1,17 por ciento, la tasa de interés que abona el país es de 4,17.
En la última reunión del G20 en Roma, en octubre del año pasado, los líderes mundiales incorporaron en su comunicado final un apoyo al reclamo de la Argentina y otros países. “Nuestros ministros de Finanzas esperan que se siga debatiendo la política de sobrecargos en el Directorio del FMI”, expresaron en ese sentido los mandatarios del G20.