“Señor ministro, señor ministro…”, le repite una mujer trans a un hombre de las altas esferas públicas, pero él no se encuentra presente. ¿Ella le habla a esta persona? ¿Se habla a ella misma? ¿Es una fantasía? En esta evocación multidireccional, construida a partir de retazos amorosos, ella recuerda sus vivencias como amantes, esa canción que los unió, los caramelos que él le traía, sus gestos y cómo finalmente él irrumpió violentamente en su casa “acaso buscando su silencio, acaso buscando su perdón”. Sin embargo, ante un cuerpo ausente, es imposible la confrontación.
Arderá, la obra del dramaturgo Alejandro Schiappacasse protagonizada por la actriz Marian Moretti, que se luce en el escenario con un abanico hipnótico de recursos actorales, es un texto escrito por una persona trans para otra persona trans. Provocadora y cautivante, esta apuesta teatral aborda la vulnerabilidad a la que se expone una mujer trans al entablar una relación con un hombre poderoso, su soledad en contextos hostiles y la hipocresía, impunidad y violencia de una sociedad transfóbica hacia estas identidades.
¿Cómo surgió este texto?
Alejandro Schiappacasse: Nace del pedido de un actor amigo, que quería le escriba un unipersonal donde pudiera estar vestido de mujer o encarnando a una mujer trans. Yo pensé que debería ser un personaje que aún no aceptaba su identidad, pero al iniciar la escritura la voz que se me impuso era claramente la de una mujer trans hablándole a un hombre que la visitaba después de mucho tiempo. La obra fue avanzando en esa dirección y, una vez escrita, caí en la cuenta de que la debía actuar una mujer trans, que lo significara en todo su alcance, en vez de un actor "representando" algo que no es.
¿Qué busca representar, más allá de lo que podemos ver en escena?
-Busca representar el sentir de una persona que es negada, invisibilizada y rechazada por alguien con quien está involucrado afectivamente, pero que no se atreve a trascender la discriminación cultural de una parte de la sociedad hacia esa persona negada. Una sociedad a la que este hombre no solo pertenece, si no que quiere representar políticamente. Lo que hace que este rechazo sea mucho más significativo y desleal.
¿Qué más querés explorar con esta obra?
-La obra intenta hablar del daño que se hace a sí mismo quien discrimina, quien no asume su verdad, quien no trasciende su temor o sus pre-juicios. Y, desde lo estético, siempre busqué generar una obra lo suficientemente potente a nivel poético ficcional para que trascienda incluso el tema de la identidad trans, y que pueda resonar en la discriminación en sus diferentes expresiones. Muchas personas hemos sufrido diferentes formas de discriminación y rechazo, la hemos padecido y la hemos tenido que superar como pudimos. Me gustaría que esa lectura pudiera darse a través de este personaje, que busqué se exprese con la mayor amplitud posible. Una amplitud expresiva y verbal que impacte en el espectador y lo saque de sus propios prejuicios.
Sábado 22.30, en El Portón de Sánchez.