El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará la próxima semana a negociar la deuda con el Club de París, en un marco turbulento de la economía con un problema latente: una inflación de junio que, según supo Página/12, en el Gobierno ya confirman que no será inferior al 5,1 de mayo, por impacto de tarifas y commodities. Eso complica la meta anual de precios y se da en paralelo a rumores, desmentidos por su entorno, de un menor respaldo del presidente Alberto Fernández a Guzmán.
Las reuniones formales del titular de Hacienda comenzarán el 6 de julio, con el objetivo de renegociar el acuerdo realizado en 2014. Antes de confirmar el viaje, Guzmán habló con el equipo técnico que lo acompañará y se reunió a charlar con el presidente Alberto Fernández, con quien estuvo on line durante su participación en el G7 de Alemania. Esas conversaciones con el mandatario adquieren sentido ante rumores recientes de cambios en el Gabinete y cuestionamientos a las figura de Guzmán, que desde su entorno rechazan. Califican que el apoyo de Fernández "sigue siendo importante" y afirman que no viajó con el Presidente al G7 porque "no era una cumbre con ministros de Economía y tenía además muy cerca este viaje a París, no quería estar tanto tiempo fuera del país".
En los últimos días, se difundieron desde diferentes sectores del Gobierno supuestas diferencias entre el Presidente y Guzmán. Una de las mismas fue en línea con la posibilidad de la creación de un súper ministerio que contendría a Producción y Agricultura, con el titular de Diputados, Sergio Massa, a la cabeza del mismo. Pero en la Casa Rosada desmienten el dato, al que inscriben en el marco de las internas propias del Gobierno y las críticas de algunos al desempeño de Guzmán.
En la otra esquina, lo que sí existe y no se desmiente es que hay fuertes choques de Economía con Energía, que contribuyen al ruido reinante. Según supo este diario, el Presidente mismo le dijo al secretaría del área, Darío Martínez, que proceda y no demore más los cambios en tarifas y que resuelva la cuestión del faltante de gasoil. Martínez, que en algún momento se refugió en el cristinismo y luego bajo el ala de Guzmán, se transformó en un equilibrista en la cornisa. En su carrera por ser gobernador de Neuquén, empezó a correrse de manera muy poco elegante de la gestión. El último hecho, publicó una resolución delegando en Santiago López Osornio, secretario de Planeamiento Energético, la política tarifaria. "El ministro sos vos, resolvelo", le dijo alguien muy cercano al Presidente cuando vio la movida, que ya era así en la práctica, formalizada en los papeles. Es que Martínez sabe que su futuro político precisa, si o sí, apoyo del sector de la vicepresidenta, Cristina Fernández, y que ir a confirmar los ajustes tarifarios de Guzmán lo alejan de esa meta.
Los que conocen la dinámica oficial, apuntan que en las internas del Gobierno hay que mirar más y mejor el futuro de Martínez que el del propio Guzmán. Las acciones del secretario están en baja, limadas por una interna en la cual el funcionario no sabe dónde pararse. Y el juego de equilibrios siempre es riesgoso cuando el viento sopla fuerte de todos lados.
La carrera de los precios no se detiene
Guzmán tiene en su haber algunos logros de corto plazo, como la estabilización de la situación de los bonos en pesos con la última licitación sobrecumplida y las negociaciones de deuda. En este último punto se inscribe el viaje a París. La reestructuración de la Declaración Conjunta de 2014 se considera crítica a efectos de restablecer relaciones con las agencias de crédito para la exportación nucleadas en el club, lo que para el Gobierno adquiere singular importancia en el escenario global actual en el que se potencian las oportunidades de desarrollo de inversiones en el sector energético que requieren de inversiones externas directas complementarias de la inversión local y financiamiento de escala, tales como en el caso del Gas Natural Licuado.
En la otra esquina, está jaqueado y apurado en lograr resultados visibles en materia de precios. Fuentes oficiales confirmaron a este diario que en junio la inflación será muy similar a la de mayo, que el IPC del INDEC posicionó en un 5,1 por ciento. De este modo, se cortaría la baja que se venía produciendo desde el 6,7 de marzo, el 6 de abril y 5,1 de mayo. "La vemos un poco más o menos de ese número", afirman. Y admiten que las subas de tarifas y la evolución de los commodities internacionales pegarán fuerte en un mes al que califican de "estacional".
¿Qué vienen midiendo los privados para el mes? La consultora Ecolatina proyecta un 5,3 por ciento de alza, LCG un 5,5 y Eco Go (la consultora de Marina Dal Pogetto) un 5,1 por ciento. Antes de que el INDEC de el IPC el 14 de julio, también se conocerá el Indicador de precios de la Capital Federal, otro dato que da señales de cómo podría ser el indicador nacional.
De todos modos, la mayor parte de esas mismas consultoras aseguran que, luego de junio, se verán números de inflación a la baja. El último REM que difundió el Banco Central, promedio de consultoras que trabajan con la City, disparó un 4,5 de inflación para julio; Ecolatina un 4,6, Eco Go un 4,7 y Analytica, la consultora de Ricardo Delgado, un 4,6 por ciento. Con esta perspectiva y de mantener la tendencia a la baja, podría terminar el año en no menos de 72 por ciento de inflación.