Para las 18.30, una mujer fumaba visiblemente nerviosa por la ventanilla de su auto, blanco y moderno. "Me rechaza la tarjeta y me está pasando el tiempo. No se cómo volver para atrás para agregar la de débito". La mujer llegaba a su casa de trabajar, estaba enterada del nuevo sistema que implementó la Ciudad y descargó la app hace unos días. "Tengo poca batería y se me va el internet. Me va a levantar la grúa", repetía mientras intentaba volver a la pantalla de inicio o poder destrabar la aplicación que no le respondía. "Tengo fichas todavía, quiero pagar y no puedo", continuaba la mujer diciendo totalmente ofuscada por la situación. "No anda y no hay nadie a quien pedir ayuda", remarcaba y mostraba la pantalla a Página|12 dónde se leía: "tarjeta rechazada" en letras rojas.
Hoy terminó el uso de estacionamiento con parquímetros y pago de cospeles. Quienes viven en la zona tarifada -Retiro, Monserrat, San Nicolás, San Telmo, Recoleta y Balvanera-, deben iniciar los registros para poder estacionar de forma gratuita en un radio de 300 metros de su domicilio. Con el nuevo sistema, a través de una aplicación móvil de descarga gratuita llamada Blinkay, los conductores deben cargar su patente para generar el pago del estacionamiento a través de plataformas de pago. Esto no implica que la aplicación sea la única alternativa: comercios habilitados y visibilizados con un sticker son una opción para aquellos conductores que no cuenten con Whatsapp o no tengan teléfonos inteligentes. Vecinos, comerciantes y oficinistas se encontraron de martes para miércoles con el nuevo sistema digital que trajo más desconciertos que certezas.
La grúa no pasó en todo el día porque esperan a que los conductores se acostumbren para volver a levantar infractores. El cemento en la esquina de México y Balcarce como en Azopardo y Chile está fresco todavía, hace pocas horas sacaron los parquimetros. Los carteles que dicen "tickeadora" están con una etiqueta notablemente nueva pegada que dice las nuevas reglas de estacionamiento. También se colocaron carteles con el QR para descargar la aplicación de la Ciudad.
"Ni sabía que había una aplicación. Si no me decías vos no prestaba atención al cambio de señal", respondió un hombre al bajar de su auto en la calle Balcarce ante la pregunta de esta cronista. "Yo laburo de las 6 de la mañana a las 10 de la noche. No tengo idea". En eso, otro conductor que pasaba intentó explicarle: "Es digital, te descargás la app y parece que te pone un contador para decirte cuánto te falta de tiempo para usar". El otro, sorprendido, se quedó preguntando, intentando entender el nuevo sistema, pero fracasó. Dejó el auto en infracción y se fue hacia su casa, ahí nomás.
Los alrededores del Colegio Nacional Buenos Aires para las 5 de la tarde estaban colapsados. Los autos estacionaban en doble fila esperando a los estudiantes que salían del colegio. "No tengo idea. Yo estaciono y que me avisen", contó un padre motoquero que esperaba a su hija. Una madre tampoco sabía del nuevo sistema pero sí dijo que "ví algo en la tele ayer, muy por encima, estaba cocinando. Acá tengo fichas del parquímetro, pero no sé".
"Che, ¿Sabes cómo se usa?", "¿Qué pasó?", "La app no anda", "No me carga. ¿Como hago?", fueron algunos de los reclamos que recibieron los trabajadores de Tránsito de la Ciudad, que fueron enviados a la zona para informar a la gente sobre el nuevo sistema y sobre el uso de la aplicación. "A nosotros no nos dijeron como ayudar con la app entonces no sabemos. Solo informamos que se descarguen Blinkay porque el parquímetro no va más", contó una de las de Tránsito a este diario. Eran cuatro con su uniforme. Uno de sus compañeros acotó que "no sabemos si la app anda mal o si ellos no la saben usar. Ellos dicen que no anda". Y otro completó el escenario: "No tenemos capacitación con esto, nos mandaron así nomás".
"No sé nada. Es el mismo sistema nada más que digitalizado, pero la verdad no le di bolilla", aseguró el dueño de un estacionamiento aclarando que no tuvo nuevos clientes en la tarde ni tampoco menos.
"Esto lo tendrían que haber hecho hace años. Antes vos te bajabas del auto a comprar cospeles y en ese ratito te llevaban el auto", exclamó Enrique, dueño de un Laverrap. "Desde el celular, así no más. Es espectacular", sostuvo. "Hoy lo usé a la tardecita para probar y me anduvo rebien. Me saltó la alarma de que me quedaba poco tiempo", resaltó contento.
Los kiosqueros desde el lunes que reciben preguntas constantes para saber si venden fichas. "Le tenía que decir a la gente que ya no se vendían que se tenía que descargar la app porque hasta hoy a la tarde pasaban para comprar porque no estaban enterados", aseguró Gonzalo.
Después de un rato de intentar, la mujer del auto blanco y moderno, se dio por vencida. "Es terrible. Yo soy beneficiaria para no pagar porque vivo en la zona, pero como estoy sobre Independencia, que es una avenida, me salta que no puedo acceder y tengo que pagar la tarifa aunque no estacione en la puerta de mi casa sino a 300 metros en esta calle", afirmó totalmente agotada. Finalmente decidió ir a buscar a uno de tránsito para intentar un auxilio que, ya se sabe, no iba a conseguir.
Informe: Mercedes Chamli.