En la justicia está haciendo el máximo ruido un escandaloso plan-canje planteado por el procesado fiscal Carlos Stornelli. Los términos del “negocio” son que el fiscal impulsa el cierre del expediente por la grave catástrofe que vive la obra social del Poder Judicial -que estaba bajo la órbita del supremo Juan Carlos Maqueda- y a cambio espera el voto de Maqueda para que impulse a su favor todos los planteos que hay en la Corte Suprema respecto de la causa en la que está procesado, la que tiene como protagonista al falso abogado Marcelo D’Alessio. Como se sabe, insólitamente Stornelli sigue en su cargo, protegido por el procurador interino Eduardo Casal, pese a que utilizó a D’Alessio para espiar al exmarido de la actual esposa del fiscal y para mandar a hacer una cámara oculta a un abogado -José Manuel Ubeira- que actúa en una causa importante para Stornelli, la de fotocopias de los cuadernos. Los planteos en la Corte tienen que ver con que la causa siga en Comodoro Py y, sobre todo, que se nulifique parte de la investigación que hizo el juez federal Alejo Ramos Padilla.
Al máximo tribunal ya llegaron seis planteos por la causa que tramitó en Dolores. La mayoría promovidos por la defensa de Daniel Santoro -el amigo de D'Alessio-, uno por el ministerio público, del fiscal general Raúl Plé -también íntimo de Stornelli-, dos de la Unidad de Información Financiera y uno de otro querellante, Carlos Soto Davila. El objetivo es que la causa siga en Comodoro Py -lo que quería y quiere Stornelli- porque allí rige la alianza judicial-política-mediática alineada con el macrismo. Es decir, Stornelli juega de local. Y, además, son planteos de numerosas nulidades, entre ellas que Ramos Padilla pidió la colaboración de la Comisión Provincial de la Memoria. En otras palabras, dejar el expediente casi en la nada. Por supuesto son las mismas posturas que viene alentando Stornelli, pieza clave de las persecuciones que se armaron desde el edificio de Retiro.
En la Corte Suprema sólo votan tres jueces. Sucede que Carlos Rosenkrantz se excusó porque fue uno de los espiados por D’Alessio, al punto que en las computadoras del falso abogado se encontraron informes de los viajes que hizo el supremo y el socio de su estudio, Gabriel Bouzat. Tácitamente, Rosenkrantz admite la validez de lo que descubrió Ramos Padilla. Y de esa manera, el resultado es que en todos esos recursos votarán únicamente Maqueda, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti.
Desde hace dos días, los grandes medios vienen agitando el planteo de Stornelli de cerrar la causa por el desfalco en la Obra Social del Poder Judicial, pese a que es público y notorio que era una obra social que funcionaba bien y que entró en una auténtica debacle con miles de reclamos y numerosas denuncias judiciales a partir de la administración de un hombre de confianza de Maqueda, Aldo Tonón. La cuestión fue tan evidente que la propia Corte resolvió reemplazar a Tonón por un nuevo director, Mariano Althabe, y en la causa judicial ya declaró Guadalupe Burgos, sobrina de Maqueda, que admitió, por ejemplo, que en 17 años de ser jerárquica de administración nunca fue designada, que no tuvo cargo alguno, no es contadora ni tiene profesión y firmaba cheques por más de mil millones de pesos mensuales.
Buena parte de las denuncias las hizo el Sitraju, una de los gremios judiciales. Entre otras cosas, la imputación señaló lo siguiente:
*Contrataciones de servicios informáticos que terminaron siendo usados por privados.
*Tratamientos que se le negaban a unos afiliados, pero que a otros, por sus vinculaciones familiares, se les otorgaban y eran pagados por la obra social.
*La contratación de una empresa cordobesa -Farmandat- en licitaciones más que dudosas. La sociedad tenía una presencia escasa y sin embargo se le adjudicó un contrato por 2.600 millones de pesos.
*Desplazamiento de prestadores que reclamaban pagos, con el consecuente perjuicio para los afiliados que se estaban tratando con esos prestadores.
*Centenares de juicios pendientes por mala praxis.
*En un informe pedido por el administrador de la Corte, Daniel Marchi, se habrían constatado diferencias entre el inventario informático de medicamentos y el inventario físico. O sea, alguien se llevó medicamentos.
*Sobre todo, funcionamiento deficiente de toda la obra social, con quejas constantes de los afiliados.
Pese a la existencia de esas imputaciones, Stornelli presentó un dictamen para que la causa se cierre, planteando que las acusaciones son infundadas dado que el denunciante, Agustín Bruera, del Sitraju, no aportó elementos sólidos para reafirmar sus imputaciones. "Son conjeturas sin sustento. La denuncia tiene defectos insalvables", dictaminó Stornelli. El juez a cargo, Ariel Lijo, no aceptó el archivo del expediente y simplemente contestó con un "téngase presente". Al mismo tiempo ordenó nuevas medidas. En forma tácita sostiene que hay elementos para investigar. Los diarios de la oposición salieron a plantear que se trata de un enfrentamiento dentro de la Corte Suprema, entre Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Esos medios se ocupan de ocultar el plan-canje que es el verdadero fondo del asunto: Stornelli, en lugar de investigar y acusar, pide el cierre, mientras espera que le paguen dejando la causa en Comodoro Py y se haga lugar a las nulidades pedidas, que consisten en borrar buena parte de la investigación.
El fiscal tiene un verdadero record de anomalías. Entre muchas otras:
*Justito le llegó un anónimo con el cual armó una causa judicial para voltear la investigación de Dolores. Con ese anónimo puso en marcha la llamada causa Puf Puf, sosteniendo que el expediente instruido por Ramos Padilla fue un armado que hicieron los presos kirchneristas de Ezeiza. Es obvio que el anónimo lo hizo la Agencia Federal de Inteligencia en base a escuchas ilegales a los presos, sus familiares, amigos y abogados, pero de los diálogos no surgía ni remotamente el vínculo con la denuncia contra D'Alessio en Dolores.
*En el celular de D’Alessio había diálogos con Stornelli en el que éste le pedía que investigue a Jorge Castañón, piloto nacido en Perú pero nacionalizado norteamericano, exmarido de la actual esposa del fiscal. En esos intercambios, Stornelli y D’Alessio hablan de plantarle droga a Castañón en una valija para meterlo preso y ganarle una disputa por sus dos hijas.
*También en el celular de D’Alessio se registran mensajes en los que el falso abogado y el fiscal hablan de hacerle las cámaras ocultas al abogado Ubeira para después denunciarlo en la justicia y sacarlo de la causa de los cuadernos.
*De forma oculta, Stornelli le tomó declaración a D’Alessio en el expediente por la importación de Gas Natural Licuado. Cuando la causa saltó por los aires por una pericia trucha, Stornelli -tres meses después- blanqueó el testimonio de D’Alessio, otra vez en base a carpetas que le llegaron de manera anónima y en los que involucraban a Cristina Kirchner en un ridículo pedido sobre los seguros de los barcos del GNL. El propio juez Julián Ercolini terminó sobreseyendo a CFK, apuntada principal en esa causa.
*Sobre la base del expediente anterior, armado de manera fraudulenta, Stornelli -en alianza con Claudio Bonadío- se quedó con la causa de los cuadernos, en lugar de mandarla a sorteo como correspondía. Tras cartón, el fiscal le tomó declaraciones a una larga serie de arrepentidos, empezando por el chofer, Oscar Centeno, y siguiendo con casi cien empresarios. Ninguna de esas declaraciones se grabó en video, como pide la ley, y hay numerosos indagados que afirman que fueron verdaderas extorsiones: “o nombrás a Cristina o dormís en una celda”.
La punta de todo ese iceberg se vio en la investigación de Ramos Padilla en Dolores. Y por eso, para Stornelli, el plan canje es vital. Sólo la protección de aparato político-mediático-judicial explica que siga en funciones. Pero ahora necesita el voto de la Corte Suprema para dejar lo de Dolores en la nada. Y, como se ve, él aporta la ofrenda a Maqueda para conseguir a cambio el empujón que mantenga el expediente en la sucursal opositora de Comodoro Py y se dicten todas las nulidades que se piden.